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Ariana Harwicz ve un “hito” la llegada de su obra “Matate, amor” a Hollywood


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La argentina Ariana Harwicz, una de las protagonistas de este año del festival de literatura MOT de Girona y Olot, ve un "hito" la llegada a Hollywood de la mano de Martin Scorsese de su novela "Matate, amor", sobre todo por considerar que sus libros responden a "la antiefectividad narrativa".

Harwicz está convencida de que esa producción, que protagonizará Jennifer Lawrence y dirigirá Lynne Ramsay en 2024, supondrá un "punto de inflexión" en su trabajo, que arrancó hace una década.

La escritora, afincada en Francia desde 2007, precisa en todo caso que su camino se ha movido siempre por el terreno de la marginalidad, más periférico en sus primeros cinco años de carrera.

Su literatura, en ningún caso, se acerca al "mainstream -corriente mayoritaria- ni es cosmopolita o de 'bestseller', no puede nunca serlo", destaca en una entrevista a EFE.

Todo superventas, explica, "salvo los clásicos, tiene que tener un elemento de facilidad o de género, todos esos elementos que hacen que no sea perturbador un libro, un estilo más llano, más liso, más accesible o la temática un poco más fácil o que sean sagas o la intriga".

Todo eso que conduce "a un 'bestseller' a la efectividad narrativa", elementos que asegura que ella no tiene, incluso destaca que se mueve en el terreno opuesto, por lo cual aún le parece mas remarcable que "Matate amor" llegue a Hollywood, y confía en que, "desde ahí, se mirará la novela de otro modo".

Inicialmente, considera que la obra sufrió "cierto malditismo" tras ver la luz con "una tirada muy chiquita" que la hizo desaparecer de la circulación.

"Me consta que algunas personas se pasaban los libros de contrabando, que es lo mejor que le puede pasar un libro, que lo deseen, no siempre tiene que estar en la sala principal de las mejores librerías", asegura.

La obra pasó "muchos años sin traducciones, decían que era difícil de traducir, solo una al hebreo, que es una lengua marginal", detalla para reiterar que había "pocas ediciones" y que veía en sus viajes a América Latina que la gente "se pasaba versiones en pdf".

Cinco años después de la publicación, se tradujo al inglés y, "ahí, se abrió la puerta" a todo lo que ha venido después de una pieza que narra la lucha de una madre contra el rol clásico que se atribuye a la maternidad.

Pese a la dura y poco convencional visión de la protagonista, Ariana Harwicz está en desacuerdo con quienes califican su literatura de visceral, una imagen que ella vincula a "los cuadros de Caravaggio", mientras que su obra la relaciona más con lo "apolíneo y dionisíaco".

Su creación, como sucede con el arte, tiene que ver "con un gran afluente de pasión y deseo que tiene que estar al servicio del pensamiento".

Desconoce si sus personajes son creíbles y precisa que "si la obra está lograda los personajes están vivos" y eso es "muchísimo, porque entonces andan solos, tienen sangre, están en la vida".

"A veces, están más vivos que nosotros, nosotros somos los muertos. Mis personajes trato de que estén vivos y, para ello, tienen que tener contradicción", añade.

El miedo es el eje temático del festival MOT de este año en el que ha participado Harwicz, quien define el miedo como "un sentimiento central de la escritura y de la obra de cualquiera".

El MOT ha dedicado su edición de este año al miedo en la literatura y Harwicz ha sido una de las escritoras invitada a participar ya que su obra tiene el miedo como eje de sus obras.

"No se trata, y menos en el arte, de vencer al miedo, se trata de ir al encuentro de lo que sea muriéndose de miedo", indica, a la vez que afirma que "la escritura es tener miedo e ir a escribir con miedo y eso es muchísimo más interesante que haberlo vencido".

A Ariana Harwicz no le genera ese sentimiento la situación de su país, "explosiva, siempre en tensión, siempre problemática, siempre extrema" y subraya que no tiene la mirada de extranjera pese a que va camino de dos décadas en Francia, a donde llegó con veintinueve años.

"Me da más miedo Europa, tal vez porque son nuevas violencias no conocidas, en las de América Latina me crié", explica.

Este año publica "El ruido de una época", reflexiones y notas sobre la lengua y la literatura y tiene una ópera "en construcción".

Aprovecha esta visita a España para referirse al veto al arte ruso en el contexto de guerra, que no entiende: "En la dictadura en Argentina no tenían porque estar cancelados los artistas argentinos por tener una dictadura violenta, feroz, sanguínea, torturadora y genocida al mando, no tiene que ver".