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La inquisición y la sodomía heterosexual


(Tiempo de lectura: 3 - 5 minutos)

Aunque inicialmente el concepto sodomía iba ligado a las relaciones sexuales no reproductivas, con el tiempo se refirió a lo que las autoridades inquisitoriales llamaron como el "conocer por detrás"1.

El término sodomía no aparece hasta el siglo XI, lo creó un monje llamado Pedro Damián, por una interpretación muy particular del relato bíblico de Sodoma. Lo hizo para poner orden entre su clero que vivía con sus parejas, manteniendo relaciones sexuales no reproductivas, porque entendían que con ello no rompían el celibato. La Iglesia tardó cien años en iniciar una política de persecución, especialmente contra los homosexuales, pero también contra muchos heterosexuales. Lo que se perseguía, en realidad, eran las relaciones sexuales de cualquier tipo, el sexo nunca ha sido buen visto por las jerarquías religiosas, especialmente por el que practican “los otros”.

Al final de la Conquista de Granada una serie de encuentros sexuales se produjeron en la ciudad de Loja. Prohombres, matrimonios y criados mantenían relaciones sexuales de todo tipo, todo lejos de las convicciones más tradicionales o de los roles asignados a hombre y mujer. Conocemos todos los hechos por las declaraciones de 12 testigos ante el Santo Oficio, después de que alguno de ellos los denunciara a los familiares inquisitoriales2. Los inquisidores aprovecharon el vacío de poder creado entre la muerte de la reina Isabel y el retorno de Fernando el Católico para ajustar cuentas, actuando sin ser competentes en estos temas.

A mediados del siglo XVII los inquisidores llegaron a un pueblo de Aragón3. Inmediatamente pidieron a la población que todos los que hubieran cometido algún acto contra natura, lo confesaran. Anunciaron que el tribunal sería misericorde y perdonaría. Una mujer del pueblo, visiblemente asustada corrió a confesar: "Mi marido en alguna ocasión me ha conocido por detrás". El marido tuvo que presentarse ante el tribunal, fue torturado y azotado, después condenado a 5 años de galeras. Ella tuvo que pagar las costas del juicio. Entre los siglos XVI y XVIII, los tribunales del Santo Oficio en la Corona de Aragón dictaron 26 sentencias sobre el delito de sodomía entre hombre y mujer. La mayoría de los casos eran matrimonios, y las mujeres señalaron no haber sido forzadas a mantener este tipo de relaciones.

En Barcelona dos juicios afectaron hombres procedentes de Francia (franceses y marineros eran siempre sospechosos habituales en estas materias). El primero fue absuelto en 1575 y su mujer acusada de ser adúltera. El segundo tres años después fue condenado a 200 azotes y galeras perpetuas por haber mantenido relaciones sexuales con su mujer, a la fuerza y ​​por detrás. Ella misma lo denunció.

En Valencia en 1688 un hombre fue acusado de haber tenido en varias ocasiones relaciones sexuales pecaminosas con su mujer. En su descargo declaró que lo hizo inducido por el diablo y la bebida. Le enviaron 5 años a galeras y al destierro.

Cuando se trataba de hidalgos o clérigos las penas se suavizaban, por lo general tenían sentencias absolutorias. Así en 1585 un ganadero de Zaragoza fue acusado de haber sodomizado a su criada. Dijo ser hidalgo y doctor en teología y fue absuelto.

Los franceses en este apartado aparecen en muchas ocasiones. También en Zaragoza un joven de 20 años procedente de este país fue acusado de mantener este tipo de relaciones con su mujer, en su defensa dijo que era muy inexperto y no sabía por donde se realizaba la penetración. Torturado cantó todo lo que le pidieron, y así salió que la vaca y la mula de su propiedad también habían sido penetradas. Lo condenaron a 6 años de galeras.

Curioso es el caso de un trabajador del textil de Zaragoza en1620, que fue detenido con su mujer bajo el delito de sodomía. Ella fue llevada a las horribles prisiones secretas de la Inquisición, donde fue torturada al margen de la legalidad aragonesa4. En el juicio la familia acusó al marido de ser un bujarrón, pidiendo fuera quemado. En su defensa dijo que aunque había intentado la penetración, nunca lo había conseguido. Él fue condenado a ser azotado y enviado de por vida a galeras. De la mujer no se conoce la sentencia.

Así podemos ver varios casos de hombres y mujeres horrorizados acudiendo al tribunal para autoinculparse de una simple intención, o de haberlo deseado o consumido. A ello es necesario añadir las delaciones, muchas veces por motivos totalmente ajenos. El miedo y el terror estaban presentes por donde pasaba el Santo Oficio.

1 Conocer por detras, eufemismo que hacía referencia al sexo anal.

2 Familiares inquisitoriales, eufemismo con que se denominaba a los funcionarios de la Inquisición.

3 Los tribunales del Santo Oficio solo tenían competencias para perseguir la sodomía en los reinos de la Corona de Aragón. En Castilla las autoridades castellana seran competentes.

4 Los tribunales aragoneses raramente autorizaban la tortura. Para ello la Inquisición disponía de cárceles secretas donde poder tormentar a los reos. En la zona del Bajo Aragón (Matarranya) aun pueden verse.

Bibliografía:

Alberto Mira, Para entendernos (Juicio de Loja)

Rocío Rodríguez en su libro "El sodomita y la Inquisición"

Jaume Riera, Sodomites catalans.

Rafael Carrasco, Inquisición y represión sexual en València.

Experto en historia LGTBI.