La Masonería como verdugo, la iglesia católica como víctima: el victimismo que se esconde tras el discurso antimasónico de la última mitad del siglo XIX (II)
- Escrito por Manuel Según Alonso
- Publicado en Cultura
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, la iglesia católica ha condenado a la masonería desde el mismo momento de su fundación; recordemos que Clemente XII, lo hizo en 1738. Sus principios heterodoxos y liberales chocan frontalmente con los principios dogmáticos e inmutables que representa la iglesia católica. No se puede olvidar que el papa se consideraba depositario de un poder terrenal y religioso que ve peligrar, y todo aquel que lo pone en duda, se convierte en su enemigo.
Dicho esto, es el momento de volver a León XIII y su encíclica Humanum genus, escrita el 20 de abril de 1884, donde afirma que:
- El secreto es uno de los elementos más negativos e inquietantes de la masonería. Según él, los miembros más importantes, sus propósitos y su naturaleza íntima son ocultados por la Orden incluso a muchos de sus asociados.
- La táctica de la masonería es el camuflaje, presentándose falsamente con una apariencia académica y científica, teniendo siempre en sus labios el celo y el amor por la civilización, y la intención del mejoramiento del pueblo.
- Exige una obediencia ciega: “el candidato masón debe jurar no revelar jamás a nadie los nombres de los afiliados y las doctrinas de la secta. Deben estar dispuestos a ejecutar las órdenes de superiores desconocidos, dispuestos, si no lo hacen, a toda gravísima pena e incluso a la muerte”.
- Su fin, no solo es destruir el poder temporal de los papas, sino del cristianismo, con el fin de fundar en su lugar una religión natural y ecuménica.
- El orden natural es la esencia de la masonería y el principio fundamental de este es la soberanía de la razón sobre la gracia y la revelación, negación el orden sobrenatural y del poder de la Iglesia. La masonería propugna la aconfesionalidad del Estado.
- La lucha contra el papado está constituida por tres etapas, que van dirigidas: la primera, contra su poder temporal; la segunda, contra su poder espiritual; y la tercera, perseguir hasta su aniquilamiento al cristianismo.
El papa se considera depositario de la verdad y la religión católica, la única que la posee y garantiza el orden natural y la vida eterna. Por todo ello, el pontífice considera que se debe condenar a la masonería y todas las sectas relacionadas con ella, puestos que son las enemigas de la justicia y de la honestidad natural, es decir, adversarias de la iglesia católica. En concreto, es necesario quitar la máscara tras la que se esconde la masonería, combatirla y erradicarla con la ayuda de Dios. Finalmente invita a resistir y a orar.
La encíclica Humanun genus causó un gran impacto, siendo objeto de una gran cantidad de comentarios, tanto desde el mundo católico como del masónico. Se fundaron asociaciones y revistas antimasónicas, se reunieron congresos antimasónicos, como el internacional de Trento de 1896, en el que participó Léo Taxil, que como sabemos fue el mayor defensor de que la Orden era una organización satánica.
Gabriel Jogang Pagés (Léo Taxil) nació en 1854 en Marsella. Captó el lado comercial de la disputa entre clericales y anticlericales; montando un negocio sobre esa base. Funda una librería anticlerical; en ella, y con forma de fascículos empieza a publicar títulos como “El cura, culo de monos” o “Una jornada de León XIII”. Cuando el negocio del anticlericalismo empieza a agotarse en 1885, cambio de estrategia y finge su conversión al catolicismo.
Llevado por fines puramente económicos, decidió hacer de la masonería un lucrativo negocio, y comenzó a publicar una serie de libros antimasónicos que tuvieron mucho éxito (“Los Hermanos Tres puntos. Revelaciones completas sobre la masonería”, “Las Hermanas Masonas”, “La francmasonería desvelada y explicada”, “Los asesinatos masónicos”, “La leyenda de Pío IX masón”, etc.) y donde defendió falsedades contra la Orden, como antes lo había hecho contra la Iglesia.
Tuvo la habilidad de escribir sus libros siguiendo las ideas marcadas por la encíclica Humanum genus, lo que le valió el apoyo de los católicos militantes. Además, lanza la idea de que la masonería practicaba el culto al diablo, siendo sus rituales en conjunto una “glorificación de Lucifer”, lo que defendía con pasajes sacados de contexto de verdaderos rituales masónicos. Sus escritos se popularizan en la prensa católica. Incluso publica que “todo masón lleva en sí mismo a Satanás”. El papa León XIII se declara admirador de Taxil, a quien llega a recibir en audiencia privada.
El clima antimasónico se recrudece, teniendo su punto álgido en la celebración en 1896 del Primer Congreso Antimasónico Internacional en Trento. Congreso que levanta grandes expectativas en círculos católicos, al que asiste Taxil que eleva el clericalismo y los ataques a la Orden y a todo lo que representa. Como curiosidad, señalar que, a este congreso, asiste el pretendiente carlista al trono español con su familia, quien recibe honores reales y a quien los tradicionalistas dan vítores "al único Rey antimasónico".
El 19 de abril de 1897, Taxil da una conferencia de prensa en la Sociedad de Geografía de París, en la que confiesa que sus revelaciones son falsas. Agradece a la Iglesia su contribución en su éxito, al darle publicidad y contribuir a la edición de sus libros. El escándalo es tal, que tiene que intervenir la policía para protegerle. Todos los postulados que relacionan a la masonería y el satanismo se demuestran falsos, su mayor instigador así lo declara. Pero la verdad importa poco y sus postulados siguen reproduciéndose en la propaganda antimasónica.
Pero ¿qué defendía verdaderamente la masonería?
Muchos de sus miembros se esforzaron en defender que la Orden “no era sinónimo de limitación de la libertad religiosa, sino de respeto a las creencias de cada cual”, y ésta fue siempre la posición oficial de la mayoría de las obediencias; aunque no es menos cierto, que algunos de sus miembros, se dejaron llevar por su desprecio por la religión, pero siempre desde un posicionamiento individual.
La masonería en general defendió postulados que eran considerados desde la iglesia católica como irreconciliables con ella, como pueden ser el matrimonio civil, la libertad de culto, los cementerios civiles, la libertad de pensamiento, la escuela laica, pública y gratuita, etc.
Los miembros de la masonería quieren construir una Jerusalén ideal representada en el templo de Salomón. Ciudad humana a imagen de la ciudad celeste donde el lema de Libertad, Igualdad, Fraternidad sea sinónimo, no de “deber ser” sino de “ser”. Para finalizar, recordar que, en el terreno práctico, la masonería nunca contó con una estructura económica suficiente para llevar a cabo sus deseos.
- Boletín de , del Soberano Gran Consejo General Ibérico, 28 de julio de 1897, 28 de agosto de 1897.
- FERRER BENIMELI, José Antonio: La Masonería. Madrid, Alianza editorial, 2019.
- GIGLIOLI, Daniele: Crítica de la víctima. Barcelona, Herder Editorial, 2017.
- León XIII, Encíclica Humanum genus, en Tutte le Encicliche dei Sommi Pontefici, Milano, Dall’Oglio Editore, ed. V, 1959.
- MORALES RUIZ, Juan José: Palabras Asesinas. El discurso antimasónico en la Guerra Civil Española. Siero, masonisca.es, 2017.
- RUIZ SÁCHEZ, José-Leonardo: "Reflexiones sobre la controversia clericomasónica en la Restauración y Segunda República", Stud. hist., Hº Cont., 23 (2005).
- SAMPEDRO RAMO, Vicent: “La aplicación de la ley sobre represión de la masonería y del comunismo en el país valenciano: los masones de Alicante y Castellón (1938-1963)”. Tesis doctoral inédita. Universidad de Castellón de la Plana, 2016.
Manuel Según Alonso
Funcionario del Cuerpo de Gestión de Sistemas e Información de la Administración General del estado. Actualmente destinado en el Ayuntamiento de Madrid como jefe de Unidad en la subdirección general de Comunicaciones del Organismo Autónomo Informática Ayuntamiento de Madrid (IAM). Doctor en Historia e historia del arte y territorio con la tesis “Masonería y Política en Madrid (1900-1939). Miembro del Centro de Estudios históricos de la Masonería Española (CEHME). Miembro del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Libros: La quema de conventos de mayo de 1931 en el Madrid republicano. El anticlericalismo de la gasolina y la cerilla. Saarbrücken, Academia Española, 2015, y La masonería madrileña en la primera mitad del siglo XX. Madrid, Sanz y Torres. 2019.
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