“La esclava y el ruiseñor”
- Escrito por Manuel Según Alonso
- Publicado en Cultura
Artículo del masón José María Dalmau, fue publicado, por primera vez, en el periódico Las Hijas del Sol, que dirigía la baronesa de Wilson y más tarde, en el boletín oficial del Gran Oriente de España, el 1 diciembre 1872. Aunque de carácter profano, recoge de forma simbólica lo que pensaban los masones madrileños sobre la importancia del trabajo, la caridad, la ciencia, la cultura y el saber; y a la vez, ataca a la religión como elemento que divide y mantiene al pueblo en el rencor y la ignorancia. La ilustración, en definitiva, es el camino que hace de todos los seres humanos, hermanos.
“En un suntuoso palacio gemía la esclava. En una pobre jaula cantaba el ruiseñor.
¿Por qué gemía la esclava? ¿Por qué cantaba el ruiseñor?
La esclava llevaba un collar de perlas, brazaletes de oro y pendientes de brillantes; tenía por cárcel un alcázar y nada le faltaba de cuanto los sentidos pudieran apetecer. ¡Y, sin embargo, era infeliz!
El ruiseñor apenas podía moverse en su férrea jaula. ¡Y, no obstante, era dichoso!
Contemplaba la esclava al ruiseñor, y al oír sus melodiosos gorjeos le decía:
Canta, inocente pajarillo, canta, mientras llore la pobre esclava. Tus dulces trinos forman sublime armonía con mis tristes lamentos. ¿existiría, acaso, la dicha si no existiera la desgracia? ¿Sentiríamos el placer si no sintiéramos el dolor? ¡Qué valdrían las riquezas sin la miseria? ¿Qué sería la virtud sin el crimen, la justicia sin la arbitrariedad, la ciencia sin la ignorancia, la civilización sin la barbarie?
Canta tu felicidad. Tus deseos están satisfechos. La jaula es tu patria, el sol es tu Dios y yo soy tu reina. ¿Y qué más puedes ambicionar que vivir en tu jaula, que el sol te vista con sus rayos de oro y rubíes y que la esclava te acaricie y vele por tí?
Yo también cantaba en otros tiempos mi dicha. Entonces solo me ocupaba en embellecerme y en agradar á mi señor. Mas ¡ay! Una visión celeste vino á turbar mi sueño…
Vi á una joven encantadora como la primavera y en cuya fe resplandecía la inteligencia.
Tienes un entendimiento brillante, me dijo, y no comprendes que eres esclava.
¿No ves que esa cárcel en que yaces, aunque sea de mármol y pórfido, es al fin cárcel?
¿No conoce que ese collar, que hermosea tu cuello de marfil es al fin collar?
¿No ves que esos brazaletes, que ciñen tus manos de alabastro, aunque sean de oro, son al fin esposas?
¿No ves que todos sus aderezos son cadenas, collares y esposas, símbolos todos de la esclavitud?
Eres un ángel nacido para el amor y la caridad y, sin embargo, las preocupaciones y la ignorancia han erigido en tu bello corazón un altar á los falsos ídolos.
En tu mente brilla un destello de la esencia divina, creado para sondear y conocer los arcanos de las ciencias y la belleza de las artes.
Levántate: yo romperé tus cadenas y te elevaré al trono reservado al genio, á la virtud y al trabajo: extenderé nuevos y dilatados horizontes á tu entendimiento á tu corazón.
Cogiéndome luego de la mano, me trasportó á un templo, que coronaba la cumbre de un elevado monte, y con voz enérgica exclamó:
Arrodíllate ante la majestad del Eterno. Vas á adorar á tu verdadero Dios, al Dios de la caridad, al Dios del amor, al Dios de la ciencia, al Dios del trabajo, al Dios cuyo eco siente la conciencia humana, al Dios que socorre al desgraciado y ampara al desvalido sin mirar su patria, su familia, su religión y doctrina.
Tan nuevo como sublime lenguaje tenia asombrada á la infeliz esclava.
¡Qué diferencia entre el Dios de las batallas, que atiza la tea de la discordia por todas partes, dividiendo á la humanidad en religiones, castas, países y partidos, y el Dios que pregona la paz, la caridad y el amor para todos los hombres!
¡Qué diferencia entre el Dios que enciende los odios y las pasiones, y que manda aborrecer, perseguir y exterminar á los infieles, y el Dios que reconcilia las razas, sectas, naciones y escuelas! Mil millones de hombres pueblan la tierra.
Mil millones de seres, en cuya alma brilla un mismo principio de justicia y en cuyo corazón está encarnado un mismo sentimiento de moral; pero que ofuscada su inteligencia y pervertido su corazón por el fanatismo y el error se persiguen y destrozan como tigres y panteras…
Hermosa esclava, tienes mil millones de hermanos. ¿Quieres libertarles de la servidumbre? ¿Quieres poner término á sus odios y persecuciones? ¿Quieres conocer á tu Dios, á tu rey, á tu patria y á tu familia?
Pues bien, abre tus ojos á la luz, destierra la ignorancia, ahuyenta las preocupaciones, busca la ciencia y luego hallarás a Dios en tu corazón, á tu rey en tu entendimiento, tu patria no tendrá limites y los hombres todos serán tus hermanos.
Desapareció tan extraña visión y la esclava principio á gemir.
Sentía un vació en su corazón sediento de justicia; y suspiraba por su Dios, por su patria y por sus hermanos.
¡Triste de mí! Exclamaba; tengo un palacio, ricas joyas y cuanto pueda recrear mis sentidos; más mi alma es esclava….
Para mi señor soy la más hermosa de las aves, la más bella de las flores.
El se extasía oyendo mi voz como yo me embeleso oyendo el dulce canto del ruiseñor.
Me acaricia, me mima y me cuida como yo acaricio, mismo y atiendo á este inocente pajarito.
Mas ¡ay! ¿y los dulces acentos de mi alma, quién los escucha? ¿Y el suave aroma de mi corazón, quién lo aspira?
¡Infeliz de mí! Para ser dichosa me sobra la inteligencia y el sentimiento…
¡Oh, tu, genio de la civilización, que has venido á revolucionar mi espíritu! ó arráncame el alma y seré de nuevo feliz como el ruiseñor, ó concédeme la ciencia, que eleva al hombre á la altura de los dioses.
Una de dos: ó la felicidad de la ignorancia, ó la felicidad de la ilustración.
No caben términos medios
¿Comprendéis ahora por que gemía la esclava y cantaba el ruiseñor?”
Manuel Según Alonso
Funcionario del Cuerpo de Gestión de Sistemas e Información de la Administración General del estado. Actualmente destinado en el Ayuntamiento de Madrid como jefe de Unidad en la subdirección general de Comunicaciones del Organismo Autónomo Informática Ayuntamiento de Madrid (IAM). Doctor en Historia e historia del arte y territorio con la tesis “Masonería y Política en Madrid (1900-1939). Miembro del Centro de Estudios históricos de la Masonería Española (CEHME). Miembro del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Libros: La quema de conventos de mayo de 1931 en el Madrid republicano. El anticlericalismo de la gasolina y la cerilla. Saarbrücken, Academia Española, 2015, y La masonería madrileña en la primera mitad del siglo XX. Madrid, Sanz y Torres. 2019.
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