Galdós y la literatura
- Escrito por Emilio Meseguer
- Publicado en Cultura
Próximos a terminar el año galdosiano recordemos algunas peripecias de D. Benito, por causa de la literatura.
Galdós editor
Poca gente sabe que Galdós fue editor, se editó sus libros, a qué esperar a que otros lo hagan y creen conflictos al autor. Esa es la idea que muchos de los que escribimos tenemos. Tanto ayer como hoy era frecuente el que los autores editaran sus obras.
La historia comienza cuando D. Benito, escribe artículos, críticas musicales para los periódicos y además los Episodios nacionales, allá por 1873, tras publicar Trafalgar. Escribe a una velocidad tremenda, suele entregar a su editor, semanalmente, unas 100 páginas escritas. El editor debe hacer las correcciones, presentárselas al autor y una vez revisadas, maquetar y editar. Eso hacía, pero…, el eterno problema entre escritores y editores. Los unos nos creemos que sin lo escrito no hay libro y los editores creen que sin su labor posterior de corrección, maquetación y edición no existe el libro. Para colmo la Sociedad General de Autores de España, hace años cambio el España por Editores. Todos en el mismo saco y con intereses opuestos. El editor de D. Benito, aduce que apenas gana con los Episodios, él debe corregir, maquetar y eso tiene un coste, para venderlos hay que bajar precios, los vende baratos y los estudiantes compran un ejemplar entre varios para ahorrar dinero, porque los libros son caros, según cuenta D. Pío Baroja, de modo que no hay ganancias para el autor. D. Benito no lo admite y tras querellarse con el editor y ganar el juicio, creó en 1874, su propia editorial en la calle Hortaleza, Editorial Pérez Galdós, con los años pasaría a manos de otro editor y se convirtió en Editorial Hernando.
El juicio que mantuvo con su editor lo llevó su compañero diputado Sr. Maura. Corrían los tiempos en que el autor era también político.
Galdós, autor teatral
Se inició como dramaturgo el 15 de marzo 1892 con Realidad como ya expuse; mucho tuvo que ver su relación con la actriz Concepción Ruth Martorell, pero no debemos olvidar que en aquellos años era prestigioso para los novelistas el escribir teatro, además daba dinero, no como ahora, pero también Dña. Emilia Pardo Bazán, animó al autor a crear teatro. Y no debemos olvidar que Galdós, siempre estuvo ajustado cuando no ahogado por la economía, la editorial se comía buena parte de las ganancias y como su mano izquierda nunca supo lo que hacía la derecha, pues se prodigó con los que más ayuda necesitaban. En sus primeros años en Madrid lo mantuvo su hermano y luego, siendo ya un prestigioso escritor, tenía que seguir haciendo crónicas que se pagaban a menos de 5 pesetas, para poder subsistir. En esto poco ha cambiado el asunto de la literatura, sigue siendo ruinoso para todos.
La impronta que deja Galdós en el teatro, es una renovación necesaria, el disminuir el exceso dramático en las obras de la época, como las que alentaba Echegaray.
Principales actrices que trabajaron en sus obras: Xirgu, María Guerrero, Carmen Cobeña.
Con Electra, estrenada en enero de 1901, en el teatro Español de la capital, llega la apoteosis, sale a saludar 14 veces el día del estreno y es llevado a hombros hasta su casa. Electra dio nombre a un caramelo, pero el dulzor de la obra se convertiría en hiel. Por causa de esta obra, hubo una ola de protestas promovida por los grupos tradicionalistas y reaccionarios a los que se unió el clero. Su anticlericalismo suscitó todo tipo de críticas y llegó hasta el mismísimo Vaticano, donde, parece se confabuló para eliminar a Galdós de la carrera hacía el Nobel de literatura. Se lo dieron a D. José de Echegaray, que además de dramaturgo, del que no recordamos nada de su obra literaria a día de hoy, era un magnífico científico.
D. Benito “El Garbancero”
El 25 de noviembre de 1912 se comienza a publicar por capítulos la comedia de Valle Inclán “El Embrujado”
Valle manda al actor Francisco Fuentes con esta obra a Galdós, que entonces era director artístico de El teatro Español, Galdós le responde: “Una obra de Vd. es siempre un hallazgo para esta empresa.”
En aquellos días se estaba representando: La reina joven, de Ángel Guimerá y estaba previsto sustituirla por Electra, exitosa obra de Galdós una década antes.
Valle, no para de insistir, se mueve, habla con unos y con otros. Todo parece indicar que el autor pretende que la protagonista de El Embrujado sea su esposa, la actriz Josefina Blanco.
Al fin una escueta nota se le hace llegar en la que dice: “La empresa del teatro, en uso de su perfecto derecho, ha resuelto no representar la comedia de Vd. que por lo demás desconoce”. Aquello último no era cierto y Valle Inclán, suspicaz y siempre alerta, pensó que lo que se pretendía era que no trabajara su esposa y que Matilde Moreno, la primer actriz aquella temporada y que había tenido años atrás en su compañía a Josefina Blanco, estaba liando las cosas por celos artísticos. Se reunió con el ayuntamiento, pero nada consiguió.
Valle, consideró que su amigo, hasta ese momento, no había hecho lo suficiente para defenderle y no se había puesto de su lado.
Encolerizado, el 25 de febrero de 1914, hace una lectura en el Ateneo, del primer acto de El Embrujado, al día siguiente de los otros dos actos. Entre una ovación espectacular un periodista le pregunta por lo que tenía que haber hecho Galdós con aquella obra, y este repuso: Morirse.
En la escena 4ª de Luces de Bohemia aparece Dario Gadex, parodiando a Galdós, es el que se dice: Ahora está vacante el sillón de don Benito el Garbancero.
La palabra garbancero es sinónimo de: ordinario, descortés, de mal gusto.
Nada tiene que ver con la gastronomía que Galdós nos muestra en sus obras, fiel reflejo de la gastronomía de la época donde, así se dice, “el garbanzo es compañero de todos los platos, ya que desde los garbanzos con berza de los pobres a los cocidos con otros complementos cárnicos de los ricos”. Estos abarcan un amplio espectro del yantar decimonónico madrileño.
Ambos autores murieron en enero de distinto año, D. Benito el 4 y D. Ramón Mª el 5. Algunos dicen que se les puede es cuchar la noche de 4 al 5 de enero, en los soportales de la mismísima Plaza Mayor, las conversaciones que surgen de esos encuentros.
Emilio Meseguer
Ergónomo PhD. Profesor del Master Prevención de Riesgos Laborales en Suffolk University Campus Madrid. Sindicalista. Dramaturgo y Escritor. Vicepresidente del Colectivo de Artistas Liberalia. Guionista y conductor de los programas de radio: Mayores con reparos, Salud y Resistencia y El Llavero.