Jordi Amat: “Si nos sorprende el totalitarismo es porque no quisimos mirar”
- Escrito por Andrea Cuesta
- Publicado en Cultura
El escritor español Jordi Amat ha explorado durante años conceptos como la cultura democrática y el abuso del poder, un elemento que ahora ve reflejado en la actuación del presidente ruso, Vladímir Putin, en Ucrania y en su sistema totalitarista, pero que siempre fue así: “Si nos ha sorprendido es porque no queríamos mirar”.
“Había una cantidad de pistas que nos obligaban a pensar que Putin era una amenaza no sólo para nosotros, sino seguro para todos los ciudadanos de Ucrania”, afirma en una entrevista a Efe en Roma, donde ha viajado para ofrecer en el Instituto Cervantes de la capital italiana una charla sobre corrupción y poder, prácticas que han cobrado valor con la guerra en Ucrania.
“Estamos ante una invasión ilegal y el ataque sistemático contra la población civil, por lo que cualquier medida que se adopte para intentar evitar que esto prosiga creo que es una buena”, opina sobre las sanciones contra los oligarcas que han impuesto los países europeos.
El autor barcelonés valora como necesarias estas medidas, aunque puedan parecer hipócritas: “Durante muchos años la entrada de riqueza en muchas capitales europeas ha sido consecuencia de la llegada del dinero ruso, sobre el que no preguntábamos de dónde venía o nos daba igual”.
Este desconocimiento voluntario es el que ha provocado que ahora la gente se escandalice por la riqueza de los oligarcas, cuando, para Amat lo alarmante de la situación actual es que no haya habido ninguna “exigencia democrática para fiscalizar”.
Según el pensador, si los gobiernos hubiesen querido controlar el dinero procedente de las “autocracias, ya sea la rusa o la china” hubiesen tenido que mirar en los paraísos fiscales en los que se escondían y en los que hubiesen encontrado personalidades de su propio país, “lo que lo complica todo”.
“Ahora nos parece un escándalo la tolerancia que hemos tenido con los oligarcas rusos y el dinero que venía de una autocracia, pero nos cuesta mirar lo que nos toca a nosotros”, critica durante la entrevista con Efe.
En su paso por la capital italiana, el escritor y filólogo hablará hoy en Instituto Cervantes de Roma sobre cómo narrar la corrupción en el mundo, un elemento que ha convivido en todos los sistemas políticos de la historia y que él mismo ha tratado en sus libros.
“La corrupción es indiscutiblemente un tóxico para la vida democrática, debe ser perseguida por la justicia, investigada por los medios de comunicación y, en el mejor de los mundos, debe ser penalizada por los electores, aunque no siempre pasa” sostiene.
Amat relató los vacíos alegales en los que vive esta corrupción en su último libro “El hijo del chófer” que relata a través de los ojos del periodista catalán Alfon Quintà las cloacas del poder político en la Cataluña de Jordi Pujol.
Tras los dos años que pasó entrevistando y recopilando información para dar vida a ese libro, Amat explica con confianza que aunque el sistema democrático “empeora cuando normaliza la corrupción en su funcionamiento”, la verdadera reflexión que la sociedad se debe hacer es “hasta qué punto es un lubricante para que el sistema funcione mejor”.
“Lo más inquietante es que a veces una dosis pequeña de corrupción es la garantía del buen funcionamiento del sistema”, declara.