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Poema a Miguel Hernández


Evoco relicarios de luz junto a tu nombre

de humilde piel pataleada y sola;

de niño cabrero que una fría noche de Reyes

llorabas la injusticia de tus abarcas desiertas;

de padre y esposo enamorado que

aunque no perdonaste a la vida desatenta

supiste vivir y amar y venciste al fin aunque vencido.

 

Que tu voz suba a los montes y desate

una tormenta de almendras espumosas.

 

Que mi voz se una a ti como el eco de una plegaria

para recordarte y regresarte,

para que no naufragues nunca en el olvido

de las conciencias dormidas.

 

Y que a la luna venidera el mundo se vuelva a abrir

encendiendo mil pétalos de lumbre dichosa

que sirvan para recordar que todo puede ser posible

si ignoramos el odio y la lucha sin sentido

de un mundo que sólo buscar escapar

de su propio precipicio.

Madrileña. Profesora. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid y con Grado en Maestra de Educación Primaria (Mención en lenguas extranjeras) por la Universidad Camilo José Cela. Posee amplia experiencia editorial como correctora de estilo, tipográfica y traducciones para diversas editoriales.

Es autora del poemario Ausencia levemente prolongada publicado por Huerga y Fierro Editores (2017), así como de la adaptación de Aire de Mar en Gádor de Pedro Sorela para la colección «Leer en Español» (Santillana-Universidad de Salamanca, 1997).

Ha publicado en revistas y antologías como Aldea poética (selección y prólogo de Gloria Fuertes, Ópera Prima, 1997), así como microrrelatos en Menos cuento que Calleja (La Mirada Malva, 2013) y Antropotecas (Ianua Editora, 2017).

Fue colaboradora de Onda Torrelodones y ha participado en recitales y homenajes literarios. Es autora de introducciones para poemarios, así como reseñas en revista de creación Cuadernos del Matemático.

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