El trabajo como terapia contra el maltrato
- Escrito por Belén Ortiz
- Publicado en La Zurda
Salir de una relación de maltrato es un proceso complejo que requiere de ayuda psicológica y social, pero también laboral, primer paso para que la víctima de violencia de género, en muchos casos aislada durante años, logre independizarse de su maltratador, y a eso se dedica una unidad especializada del Servicio Andaluz de Empleo (SAE).
Se trata de un servicio de atención integral y acompañamiento para la inserción sociolaboral de mujeres víctimas de la violencia machista en Andalucía que, en el caso de la provincia de Granada, presta la Cruz Roja a través de un equipo multidisciplinar integrado por psicólogas, trabajadoras sociales, orientadoras laborales e intermediarias.
El perfil de la mujer atendida por esta unidad es variado, pero hay algo en lo que todas coinciden a la hora de trasladar a los profesionales su situación: "La necesidad de sentirse escuchadas y valoradas, que entendamos sus circunstancias, que no se las juzgue en ningún momento y que intentemos mejorar su vida a nivel laboral, pero también personal y social", explica a EFE Nazaret Cadenas, psicóloga del equipo de intervención de la Cruz Roja de Granada.
Las usuarias van desde los 20 hasta los 65 años, suelen llevar mucho tiempo desempleadas porque el maltratador las ha tenido "aisladas" sin permitirles trabajar, la mayoría tiene hijos que sacar adelante, estudios básicos y un nivel socioeconómico bajo y, en casi todas ellas, un factor común: La brecha digital, aspecto en el que el programa formativo de este servicio hace especial hincapié".
"En algunos casos se enfrentan al mercado laboral por primera vez, unas no han podido estudiar, otras se están sacando la Educación Secundaria Obligatoria", señala Cadenas, que sostiene que para ellas, dar el primer paso hacia la formación y la inserción laboral es "una fuente de empoderamiento" para salir adelante tras años de maltrato.
Porque independizarse económicamente, explica, es el primer paso para salir de su situación de aislamiento, que en muchos casos atraviesan sin apoyo familiar.
En funcionamiento desde el pasado mes de julio, este servicio se presta a través del Servicio Andaluz de Empleo, que deriva a las usuarias al equipo de intervención, aunque éste también colabora con otras entidades sociales, programas o centros municipales de apoyo a las mujeres y otros servicios como el de atención a víctimas de violencia de género de Andalucía para captar a quienes reúnan el perfil pero, por las que circunstancias que sean, no están dadas de alta en el SAE.
Una vez conocen la situación emocional, económica y laboral de todas ellas, comienzan un plan de intervención personalizado que se inicia con apoyo psicosocial y continúa con la orientación laboral y la formación hasta que el equipo hace de intermediario con las empresas para que puedan ofrecerles un puesto de trabajo.
"En general hay sensibilidad por parte de las empresas para acoger a este tipo de usuarias", resalta Cadenas. Los empleos ofertados dependen de la cualificación profesional de cada mujer: Desde los relacionados con los cuidados asistenciales, la ayuda a domicilio, la limpieza y la hostelería hasta el emprendimiento para aquellas que quieren crear su propia empresa, aunque también hay quien opta por opositar a diferentes bolsas de empleo.
Este servicio comprende unidades de intervención en todas las capitales de provincia andaluzas y tiene previsto atender durante un año a un millar de mujeres víctimas de la violencia de género, según la Consejería de Empleo.
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