Los promotores de la miseria
- Escrito por Alberto Vila
- Publicado en Opinión
En la confrontación política dentro del sistema democrático, los límites del decoro están definidos por el conocimiento, la buena fe y una dosis no menor de elegancia. Cualidad esta última que nada tiene que ver con la indumentaria, porque resumirla en las artes de la costura es no comprender el concepto de lo digno. Se puede leer y escuchar menosprecios a los que exhiben vestimentas humildes o características de etnias o colectivos que se identifican simbólicamente a su través. Diatribas que parten de aquellos colectivos que no entienden que la inclusión es democracia.
Carecer de los valores humanistas que definen a la democracia real. Multicultural. Heterogénea. Inclusiva. Ecuánime y justa. Esa falta aclara las causas por las que el odio al diferente pretende justificar los muertos por la violencia represiva. Los desastres de guerras aún sin explicar.
Ese salvaje deseo de tomar el poder, a toda costa. Con golpes de estado parlamentarios, o judiciales, por ejemplo. Suelen precederse con campañas mediáticas que proclaman la ilegitimidad de las urnas. Son siempre para mantener privilegios inadmisibles. Ilegítimas herencias de pasados ya caducos.
Así, se ingresa cómodamente en las prácticas falaces, los discursos endebles y los ataques personales como recurso de los miserables de espíritu. Estos son los que exhiben un notable estado de indigencia moral. Estas personas son las que rompen, o pretenden romper, los equilibrios democráticos. Los miserables se distinguen por un comportamiento vil. Tienen mala intención. Son avaros, mezquinos. Sus miras no son nobles. Al contrario, solo buscan el beneficio a costa del esfuerzo de los demás. Son aporafóbicos pero, paradójicamente, necesitan a los pobres. Los enriquecen. Por ello, los miserables no son altruistas.
Según el informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social presentado en 2022, sobre El Estado de la Pobreza se conoce que las estimaciones realizadas durante 2020 mostraban que la tasa de pobreza relativa podía pasar del 20,7 % de 2019 al 22,9 %, lo que supondría un millón de personas más por debajo del umbral de pobreza. Así mismo, vaticinaban que la pobreza severa podría aumentar en casi 800.000 personas. Ahora, con los datos oficiales, se puede afirmar que la pobreza aumentó en unas 319.000 personas. En 2021, el 10,3 % de la población española, unos 4,8 millones de personas, viven en pobreza severa. Es decir, casi la mitad de la población pobre está en esta situación. La cifra es ocho décimas superiores a la del año anterior. Sin embargo, en combinación con el aumento de población supone unas 372.000 personas más.
El Índice de Gini en 2021, antes de la guerra en la que nos han metido, era de 33. En la totalidad del período 2008-2021, el índice ha aumentado 0,6 puntos. En la comparación europea, para el año 2021, el Índice de Gini puede considerarse como muy elevado. La cifra española es 2,9 puntos superior a la media europea y se sitúa como el sexto país con la cifra más alta, solo superado por Bulgaria, Letonia, Lituania, Rumanía y Portugal. Veremos el impacto de la factura armamentística que deberán afrontar los sectores más vulnerables de la población.
Según Intermon, en medio de la pandemia, los 23 milmillonarios españoles entre el 18 de marzo y el 4 de junio 2020, 79 días de COVID, vieron incrementado el valor de su riqueza en 19.200 millones de euros. Esto no ha sido noticia para contrapesar los lamentos y amenazas de las grandes empresas de este país.
Es miserable que la avaricia y la aporofobia se agazapen en el discurso de los perversos. Es poco edificante que se quieran mantener privilegios a costa del rechinar de dientes y del llanto de tales grupos de habitantes de este país. Los miserables son xenófobos y mezquinos. Poco patriotas. En ellos se cumplen las más oscuras tradiciones de nuestra historia.
Finalmente, la desigualdad también es muy elevada con respecto a los estándares europeos y se incrementa más rápidamente. Por una parte, en el año 2021 el 20% más rico de la población disponía en su conjunto de una renta anual que era casi 6,2 veces superior a la del 20% más pobre. Esta diferencia coloca a España como el cuarto país con mayor desigualdad medida por el S80/S20 de toda la Unión Europea. Por otra, el Índice de Gini en 2021, era de 33, valor que es 3,1 puntos más elevado que la media del conjunto de países de la Unión Europea y el sexto más elevado de todos ellos.
"Nunca ha resultado más urgente poner fin a unas desigualdades tan violentas y obscenas, rompiendo con la acumulación de poder y de riqueza extrema de las élites. No hay marcha atrás, es el momento de impulsar medidas fiscales para redistribuir estos beneficios extremos y que se reintegren a la economía real para así salvar vidas" (Franc Cortada, director de Oxfam Intermón)
Cito a Goethe, cuando afirmó en relación a los causantes de la miseria, “Amigo mío, el que es un miserable no deja de ser miserable en carroza, a caballo y a pie. Por eso no creo nunca a ningún miserable, ni en el arrepentimiento de ningún miserable.”
Me pregunto qué España deseamos. Entre la España de los miserables y la España de los patriotas es la elección. Dilucidarla estará en pocos meses en tus manos.
Alberto Vila
Economista y analista político, experto en comunicación institucional.