La subida de los precios de los alimentos
- Escrito por Carlos Berzosa
- Publicado en Opinión
El alza de los precios de los alimentos es uno de los componentes del índice del coste de la vida que resulta más preocupante. Los alimentos son productos de primera necesidad y no se puede prescindir de ellos, aunque se pueda reducir su consumo, sustituir unos productos por otros más baratos, o simplemente prescindir de algunos de ellos. La fuerte subida de los precios que se está dando afecta de una forma muy grave a los países subdesarrollados, en los que porcentajes elevados de la población padecen hambre y pobreza, y que, además, están creciendo en los últimos años. En los países desarrollados, las personas de bajos ingresos sufren también de una forma severa la carestía de la vida, lo que está conduciendo en bastantes casos a la desnutrición e incluso a padecer hambre. Las clases medias a su vez también salen muy perjudicadas.
Al final de la cadena de distribución se encuentran los grandes supermercados, que cada vez tienen una mayor cuota de mercado, y que por los datos disponibles parece que son los mayores causantes del aumento de los precios
La inflación tiene efectos muy desiguales en los países, según su nivel de desarrollo, y dentro de cada país entre las diferentes clases sociales. La inflación contribuye aún más al aumento de la desigualdad existente que ya de por sí es bastante elevada, tanto la que se da entre los países como la que tiene lugar dentro de cada país. Los efectos de la inflación resultan muy perjudiciales, sobre todo para los que menos tienen. Un incremento de los precios, como al que se está asistiendo, provoca efectos adversos también sobre la economía, frenando el crecimiento fundamentalmente por la disminución del consumo.
Lo complejo en este caso es cómo combatir la inflación, para lo que se requiere determinar las causas que la motivan. En el caso de los alimentos hay dos factores importantes. Uno de ellos, es que se siguen padeciendo las secuelas que ha dejado la pandemia al haberse interrumpido las fases de producción y distribución. Una limitación de la oferta que influye sobre la subida de los precios, que también lo han hecho por el acaparamiento que se ha dado por grandes grupos económicos. El otro factor se debe al incremento de los precios de las materias primas y energía, como consecuencia principalmente a la guerra de Rusia y Ucrania. Todo ello ha influido en los procesos de la cadena alimentaria: producción agrícola y ganadera, industria agroalimentaria, transporte y distribución hasta el consumo final. En todo caso, aunque el alza de los precios afecta toda la cadena, no lo hace en cada uno de los pasos de la misma forma. Por ejemplo, hay una gran diferencia entre el precio que retribuye al agricultor y el que tiene que pagar el consumidor. En el camino está la clave de este excesivo incremento.
La producción es el primer eslabón de la cadena, pero hay que irse a un proceso anterior ya que los agricultores tienen que comprar, además del tractor y otros aperos de labranza, semillas y fertilizantes, cuya venta se encuentra en manos de unas pocas empresas multinacionales. La agricultura es muy dependiente de los grandes intereses económicos. Una dependencia que también se sufre a la hora de la venta, pues esta se encuentra sujeta a intermediarios (nacionales o extranjeros), o a las fábricas, que suelen pertenecer a grandes grupos que los transforman, los limpian y los envasan. A escala mundial, el comercio de estas compras y ventas también se encuentra en manos de oligopolios. Al final de la cadena se encuentran los grandes supermercados, que cada vez tiene una mayor cuota de mercado, y que por los datos disponibles parecen que son los mayores causantes del aumento de los precios. De hecho, sus márgenes de beneficio tienden a crecer en tiempos de crisis. Los precios de los bienes alimenticios no están sujetos a un mercado libre y competitivo, sino a un mercado controlado por grandes oligopolios. Más allá de hechos como los mencionados, pandemia y guerra, hay unos intereses económicos que explican parte de la inflación que se está sufriendo.
Carlos Berzosa
Catedrático emérito Universidad Complutense.