El 28-M, prueba y error
- Escrito por Antonio Campuzano
- Publicado en Opinión
El proceso electoral del 28 de mayo ha emprendido la marcha adecuada de los grandes acontecimientos de consulta, anticipatorios de la gran cita de final de otoño, con las generales en el horizonte y con ellas la posibilidad del cambio de dirección gubernamental, lo que impediría la continuidad del primer ensayo de coalición de izquierda desde los verdores de la transición tras la dictadura de cuyos símbolos se trata en estas fechas en la variante de la exhumación y traslado a otros espacios de muy difícil exaltación histórica.
Mientras los estandartes humanos de la atrocidad se exhuman, los restos de las consecuencias trágicas no se pueden inhumar por indiferencia o por continuación en la derrota tras tantos años del drama nacional. El uso del prefijo latino no aminora el tajo a la convivencia y al entendimiento de la historia. La publicación de candidaturas municipales en cerca de 8000 poblaciones y en las comunidades del común, al margen de las de contenido extraordinario histórico, hace sonar el tan tan de un proceso electoral que siempre instruye una participación popular para la continuidad o la transformación.
Lo que ocurra a finales de mayo no se le escapa a nadie que puede resultar un preludio de lo que suceda a finales de año. Sería pues un ejercicio de ensayo para la tentativa continuadora o cambiante de la acción de gobierno que se emprendió en enero de 2020, previo a una epidemia planetaria y una guerra con sintomatología de contienda mundial. El entendimiento ilegítimo de gran parte de la representación conservadora respecto de la formación de aquel gobierno de coalición planea en muchos espacios políticos y desde entonces se abrió una contestación y una réplica a aquella constitución con auxilio de las peores maniobras, ente las cuales sobresalen los chirridos dialécticos de marzo de aquel 2020 de Santiago Abascal y Cayetana Álvarez de Toledo, desplazada esta última por la incompatibilidad declarada con la dirección de Pablo Casado.
Tony Judt, en “Pensar el siglo XX” (Taurus, 2012), dice que “un hombre no debería tomar prestado más que lo que puede devolver, pero esta restricción no se aplica a un Estado”. Esta composición en adverso no puede ser entendida por las fuerzas conservadoras en contienda a menos que sean ellas las que disfrutan de la dirección en el gobierno. Y de aquel pensamiento nacen muchas de las argumentaciones en contra del gobierno actual, que es presentado como pésimo administrador de los recursos económicos del Estado. A lo que se añade la combinación sentimental de la ruptura de la noción de ese mismo Estado con préstamo interesado con las fuerzas nacionalistas que son admitidas en los establecimientos electorales pero con exclusión de la representación obtenida si su predicamento no coincide con las pretensiones de quienes impugnan.
Este grosero entramado se pondrá sobre el tablero de campaña en los grandes municipios y en comunidades señaladas como claves como es el caso de Madrid y Valencia. El resto de municipios y regiones de menor repercusión en el mapa general atenderán más a capítulos de administración y distribución de recursos. Un mes por delante para la manifestación extra municipal y comunitaria de censura a la acción de gobierno de los últimos años. La figura invasiva de Díaz Ayuso se presenta como un perfil que excede con mucho los confines de unas elecciones en la Comunidad de Madrid para expandirse con propósitos apenas disimulados encaminados al ejercicio de liderazgo potencial en su partido, el PP, en caso de necesidad ante la posibilidad de un fracaso de su máximo representante, Núñez Feijóo. Las anteriores elecciones generales, en noviembre de 2019, estuvieron precedidas de unas municipales celebradas a modo de paréntesis entre dos consultas. Lo que abunda en la conclusión que presenta a las elecciones municipales en España como una prueba de capital importancia para la temperatura política nacional. Una vez más.
Antonio Campuzano
Periodista (Ciencias de la Información, Univ. Complutense de Madrid), colaborador en distintas cabeceras (Diario 16, El País, Época, El Independiente, Diario de Alcalá), miembro del Patronato de la Fundación Diario Madrid.