HEMEROTECA       EDICIÓN:   ESP   |   AME   |   CAT
Apóyanos ⮕

Escuela de calor en la precampaña electoral


(Tiempo de lectura: 3 - 6 minutos)

"Arde la calle al sol de poniente,

Hay tribus ocultas cerca del río

Esperando que caiga la noche.

Hace falta valor, hace falta valor,

Ven a la escuela de calor".

Sigue la ola de altas temperaturas en toda España, aunque en especial en el valle del Guadalquivir, lo que ha obligado a adelantar las medidas de emergencia por parte de algunos ministerios como los de agricultura, trabajo o sanidad frente a los efectos directos del calor, en particular sobre los sectores y los grupos más vulnerables.

Otra catástrofe que se suma a las ya vividas, prácticamente desde el mismo inicio de la legislatura, primero con la pandemia de la covid19 y luego con el volcán de La Palma y más recientemente con los efectos de la guerra de Ucrania sobre los precios de la energía y en la actualidad sobre todo de los alimentos.

En primer lugar se han tratado de anticipar las medidas incluidas en los respectivos convenios colectivos para evitar el estrés térmico y el golpe de calor, muy en particular en la agricultura, en la construcción y en la hostelería, y en general de extremar las medidas de protección a niños, ancianos y a todos aquellos colectivos vulnerables, bien porque sufren patologías previas o con determinados factores de riesgo. 

Sin embargo, las medidas estructurales frente a la emergencia climática así como las de adaptación a sus efectos más evidentes como en el caso de la prolongada y extrema sequía o de los incendios prematuros y explosivos son algo mucho más difícil de desarrollar, ya que suponen un cambio profundo de nuestros actuales modelos agrario y forestal, así como de los de comercialización y de consumo.

Ya que siendo España una de las cuatro primeras potencias agrarias de Europa, el objetivo de mantener el liderazgo en el contexto de emergencia climática y de la consiguiente desertificación estamos emplazados a incrementar las medidas de ahorro y eficiencia en el uso y reutilización del agua, un recurso cada día más escaso, como también a programar incluso la sustitución de cultivos en función de las nuevas características del territorio y también de la distribución y el consumo de los alimentos. 

Ante un asunto tan complejo, del mismo tipo que lo han sido las políticas de paliativas y de prevención realizadas ante las catástrofes anteriores, surge la tentación del recurso populista al bulo y la teoría de la conspiración sobre su origen y por extensión a las soluciones fáciles de  problemas complejos propias del negacionismo.

Esa es la razón por la que los efectos políticos del intento de regularización de regadíos ilegales en Doñana por parte de la derecha, como señuelo electoral para las próximas elecciones municipales, se han amplificado hasta convertirse en un enfrentamiento institucional en toda regla primero entre el gobierno andaluz, el gobierno central y la Comisión Europea y ahora, con la entrada en el conflicto del partido conservador europeo de parte del Partido Popular, entre su presidente Manfred Weber y la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von del Leyen.

Algo similar a lo que ha ocurrido con la estrategia de tierra quemada seguida por la derecha primero para vetar y luego para descalificar las medidas adoptadas para enfrentar los impactos de las sucesivas crisis sobre la economía. Todo aunque al final la profecía de ruina y furia no se haya cumplido en absoluto. Muy por el contrario, los buenos resultados de los ERTEs en respuesta a la pandemia y más tarde la aprobación de los fondos de recuperación y la eficacia de las medidas adoptadas frente a la inflación, han tenido un efecto mucho mejor del esperado, incluso superando los pronósticos realizados por parte de los organismos internacionales.

Sin embargo, a pesar de los datos y las evidencias en contrario, da la impresión de que la derecha seguirá utilizando los temas del debate general como estrategia para las elecciones autonómicas y municipales, con la idea obsesiva de convertirlas en la primera vuelta de las elecciones generales. Tampoco la izquierda acaba de capitalizar los indudables avances sociales del gobierno ni de definir el balance de su gestión en el ámbito local y autonómico.

Por eso, la temperatura política de la campaña electoral no parece que vaya a ser muy distinta de la tórrida temperatura del adelanto del verano sufrida en los últimos días. También aquí se ha pasado sin solución de continuidad del Vía Crucis de las rebajas y excarcelaciones a raíz de la ley del solo sí es sí a la reforma promovida por el PSOE con el apoyo del PP y al enfrentamiento consiguiente entre los socios de gobierno y de Podemos con el proyecto de Sumar. Por otro lado del conciliábulo de Feijóo con los fiscales conservadores refuerza la estrategia de deslegitimación y desestabilización del gobierno con la mayoría conservadora de jueces y fiscales. El reciente veto del gobierno madrileño de Ayuso al ministro de la presidencia en la fiesta del dos de mayo muestra quién lidera en realidad esta estrategia desde la época de Pablo Casado. 

Como consecuencia se acentúa la polarización entre la propuesta del PP de derogación del sanchismo y la respuesta del PSOE sobre la inutilidad de Núñez Feijóo como alternativa de gobierno como posiciones enfrentadas de cara a la futura campaña electoral, de la que la actual aparece solo como una primera vuelta. Más que una correlacion de fuerzas, una correlacion de debilidades, en palabras del maestro Vázquez Montalbán. 

Sin embargo, el último debate sobre la ley y las medidas en materia de vivienda, debería marcar el camino de una campaña electoral autonómica y municipal dentro del marco mental de las izquierdas, junto a la defensa de los servicios públicos y de la movilidad activa. Tampoco sindicatos y patronal han podido evitar verse arrastrados a la liza preelectoral en el uno de Mayo. Los unos reclamando el incremento de salarios, el reparto de los margenes empresariales y la contención de los precios, como corresponde a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, pero sobre todo los empresarios aprovechando la ocasión para continuar haciendo caja y para al tiempo agitar el malestar social contra el gobierno socialcomunista. El bloqueo de la negociación colectiva es, además de económico, también político.

"No des un mal paso, no des un mal paso,

Esto es una escuela de calor".

Radio Futura.

Médico de formación, fue Coordinador General de Izquierda Unida hasta 2008, diputado por Asturias y Madrid en las Cortes Generales de 2000 a 2015.