Sumar en tiempos de catástrofes
- Escrito por Gaspar Llamazares Trigo
- Publicado en Opinión
(Presentación del último libro de Gaspar llamazares)
Es el cuarto libro sobre la década populista que comenzó con "La izquierda Herida" en 2020, luego el análisis del caso concreto de la gestión de la pandemia con "pandemónium" y finalmente el titulado "Del sueño de la izquierda a la pesadilla populista" que trata de explicar como, en el contexto de la crisis de la política, el virus del populismo se ha adueñado de la democracia y ha contaminado a las instituciones del Estado e incluso a las de la sociedad civil. También como el populismo ha cambiado de bando para constituirse en la estrategia de la oposición que hoy dirige y capitaliza la extrema derecha.
Lo que ahora se describe en este quinto libro son las reacciones ante el encadenamiento de catástrofes en que unas y otras se solapan, dificultan la elaboración del duelo e impiden la negociación y su aceptación, a diferencia de lo que postula la psicología de las catástrofes que describe el paso de la conmoción a la negación y de ésta a la negociación y la aceptación como ocurrió con la última pandemia.
El libro continúa con los capítulos dedicados a la integración de la ultraderecha, a las dos versiones del nacional populismo y su delirio de ruina, el cambio de ciclo, la crisis sanitaria, para finalizar con la suma para la revitalización de la democracia y de la izquierda.
1) las catástrofes encadenadas son la característica fundamental de esta última época, desde la pandemia de la covid19 a la guerra de Ucrania y ahora en la actual emergencia climática. Un precipitado tránsito de la sociedad del riesgo a la sociedad actual las catástrofes y de las políticas de emergencia en un contexto de incertidumbre.
Pero tampoco son ninguna casualidad: son las consecuencias de la crisis del modelo de globalización capitalista denominado neoliberalismo y de la impotencia de la democracia en beneficio del nacional populismo. También en el ámbito global en que las instituciones internacionales como la OMS o la ONU se muestran impotentes ante la gran dimensión y las réplicas de las catástrofes. No solo para la prevención y protección del planeta y de la población mundial de futuras catástrofes económicas, sociales o ecológicas, sino incluso para adaptarse a la nueva situación y paliar así sus consecuencias.
Sin embargo, las grandes potencias primero y luego las medianas e incluso las pequeñas están aprovechando las transiciones en marcha para rearmarse para la guerra e incumplir los compromisos de salud pública y frente al cambio climático favoreciendo sus réplicas futuras. Sean éstas guerras comerciales, tecnológicas o verdaderos conflictos armados.
2) Las democracias estamos emplazadas a intervenir ante la complejidad y la catástrofe, tanto sobre la estrategia para la adaptación como sobre las medidas paliativas combinando las medidas de emergencia con las transformaciones y adaptaciones del actual modelo económico y social injusto e insostenible ecológicamente. También frente a la digitalización, la inteligencia artificial y las fracturas tecnológicas.
Todo ello con una representación política cada vez más identitaria, corporativa y compartimentalizada ante la que urge la regeneración de la política y de la participación. En que tanto en el ámbito nacional, como regional y local se gestionen las consecuencias de las catástrofes con medidas de emergencia paliativas de la pandemia, el cambio climatico o de la inflación.
Donde el estado profundo emerge en la división y el equilibrio de poderes propios de la democracia que se convierte en el enfrentamiento y la pretensión de supremacía del poder duro de los órganos judiciales y de las fuerzas de seguridad frente a la política representada en el parlamento y el gobierno. Aparece el riesgo del Estado profundo como Estado paralelo.
3) Los ciudadanos, en un contexto de individualismo y narcisismo digital, tan pronto van de la indignación al miedo, como del malestar al agravio individual o corporativo, en ausencia de verdaderas redes de reivindicación y de solidaridad.
La clase media ( percibida como mayoritaria) se ve sistemáticamente reducida y anclada en la nostalgia y el agravio, buscando responsables en los demás y particularmente en los de abajo y en la política.
De igual modo los medios de comunicación conservadores amplifican la suma de agravios entre la subordinación a la propaganda de partido y la antipolítica.
4) Frente a todo ello el populismo se mueve con facilidad atribuyendo las causas de las catástrofes al negacionismo o a la teoría de la conspiración. En relación a las consecuencias, escoge entre el delirio de ruina y las soluciones simples, a la antipolítica e incluso al autoritarismo tecnocrático, todo dependiendo de las circunstancias.
Por eso mismo, la derecha europea e internacional abandona progresivamente el cordón sanitario para adoptar la estrategia populista al rebufo del populismo y la ultraderecha. 5) Aparece el síndrome post pandemia en la sanidad pública con la crisis de la atención primaria, de la salud pública y en general de todo lo público. Una muestra más de la urgencia de recuperar la imagen de la política, de la noción de límite y de la recomposición de la relación entre la política y la ciudadanía.
6) Como conclusión la izquierda tiene que superar las tentaciones del dogmatismo y del populismo. Está emplazada a saber sumar, tanto entre los propios sectores progresistas como también con respecto a otras ideologías democráticas para enfrentar juntos las consecuencias y sobre todo las causas de las catástrofes.
Se trata, por tanto, de reflexionar sobre cómo combinar las actuales legislaciones de emergencia con la participación social, política y parlamentaria. También de evitar que la pluralidad se transforme en división, o bien compartimentos estancos y como consecuencia en debilidad e inestabilidad en favor de la tecnocracia y el autoritarismo. Se trata de garantizar la independencia y el equilibrio de poderes frente al corporativismo y la tentación del Estado profundo como Estado paraleo. Se trata también de promover la colaboración con las instituciones internacionales en defensa de los objetivos de la agenda 2030 y con ella del futuro del planeta, de la paz y el derecho internacional.
En definitiva, el diálogo y la colaboración frente a la incertidumbre.
Gaspar Llamazares Trigo
Médico de formación, fue Coordinador General de Izquierda Unida hasta 2008, diputado por Asturias y Madrid en las Cortes Generales de 2000 a 2015.