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28-M, la hora del cinco por ciento


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La afinación instrumental de las encuestas más recientes sobre las elecciones 28-M alcanza tales aproximaciones al detalle y el matiz que cualquier entendimiento de la sensibilidad y capacidad de ajuste de porcentajes y décimas resulta insuficiente para la obtención de sosiegos y tranquilidades para cualquier fuerza política que entienda la perspectiva de futuro como algo natural y científico al calor de las variables manejadas. Comunidad de Madrid, valga el ejemplo, donde se ventilan intereses locales pero de vocación ascendente, porque así ha sido siempre con la política de la capital de España y su envoltorio como región estelar del firmamento público y administrativo.

A lo que se añade, la ocasión adicional que se presenta para su aprovechamiento por la actual inquilina de la Real Casa de Correos, Díaz Ayuso, cuyo potencial alberga una dimensión extraordinaria que supera los confines de la demarcación de Madrid. El mecanismo, el dispositivo electoral, de la expectativa Ayuso permite en una sola jornada una doble exhibición de performance, por la mañana Alcalá de Henares, por la tarde Bilbao, con sendas menciones al papel de Bildu en clave política nacional con argamasa conceptual en el arco de contenidos autonómicos. Sería impensable que una licencia semejante fuese utilizada por otros cabezas de cartel en la plaza madrileña.

La sucesión, día tras día, de encuestas pública y privadas con diversos encargos de medios de comunicación combinan las alianzas favorables y desfavorables que permiten mayorías absolutas, holgadas o suficientes para investiduras. En muy poco tiempo, las fuerzas consideradas emergentes hace dos mandatos, Ciudadanos y Podemos, con todo el futuro en ambas manos hace ocho años, en el momento electoral presente viven espasmos porcentuales en las profundidades de la clasificación, como dice Michel Houellebecq a propósito del Tour de Francia.

Begoña Villacís, ahora mismo en la distinción del ejecutivo de la ciudad de Madrid, no tiene apenas la consideración demoscópica y si salta por encima del cinco por cien, conservará en su mano la posibilidad salomónica de conceder el poder a conservadores o a la izquierda tanto tiempo alejada del poder municipal de la capital. La misma cota del cinco por cien que distingue por ley a los elegidos para los segmentos de representación de los relegados al ostracismo cuantificador persigue a Podemos en la Comunidad de Madrid.

Si supera esa cifra del cinco por ciento resulta menos fácil el acceso de Ayuso a la mayoría absoluta, tan anhelada por la representante de mecenazgo de Miguel Ángel Rodríguez, y si no lo consigue se daría algún respiro soterrado de Feijóo, cuya posición de cara a las generales del próximo invierno necesita de buenos resultados en esta cita primaveral, pero con el adorno de “ni tan, tan, ni muy, muy”. Las mayorías absolutas y los cinco por ciento se encuentran en estos días previos en los “offices” y cocinas profesionales o de encargo solidario con quien las paga. Así están las cifras de ajustadas tanto por arriba como por abajo.

Lejos de las críticas que ejerció el dirigente chino Mao Tse Tung contra Stalin, quien en sus dinámicas revolucionarias “acertó en un setenta por ciento y fracasó en un treinta por ciento”. Ahí empezó el alejamiento geoestratégico de la dos potencias, por la sinceridad de Mao.

Periodista (Ciencias de la Información, Univ. Complutense de Madrid), colaborador en distintas cabeceras (Diario 16, El País, Época, El Independiente, Diario de Alcalá), miembro del Patronato de la Fundación Diario Madrid.