La economía entre dos elecciones (y III)
- Escrito por Carlos Berzosa
- Publicado en Opinión
De lo dicho hasta aquí, se puede deducir que la economía española tiene ante el futuro más inmediato grandes desafíos. El hecho de que la coyuntura vaya bien no puede ocultar las carencias del modelo de desarrollo actual, tal como quedó descrito en el artículo anterior. En todo caso, los buenos resultados económicos se ven oscurecidos por las deficiencias que se han ido gestando años atrás. Hay dos que me parecen muy preocupantes: la desigualdad y la exclusión social.
Ha sido la intervención del Gobierno de Pedro Sánchez lo que ha conseguido descender el crecimiento de la subida de los precios, hasta el punto de que la inflación anual estimada del IPC en junio de 2023 es del 1,9%, de acuerdo con el indicador elaborado por el INE. Un logro importante, sin duda, y que sitúa España en el país de la UE en el que la inflación ha crecido menos
El Informe ecosocial sobre la calidad de vida en España (FHUEM, 2023), ya mencionado, señala que la desigualdad ha aumentado considerablemente en los últimos lustros, sobre todo por la concentración del ingreso y la riqueza en los más ricos. Entre 2012 y 2019 la participación en la renta nacional del 1% más rico se incrementó en casi cuatro puntos porcentuales, superando en 2019 en 2,7 puntos los ingresos salariales del 50% de la población con menor renta. Durante los peores años de la crisis económica (2007-2014), la desigualdad experimentó un considerable aumento, un aumento que no sólo se manifestó en la desigualdad de la renta, sino que también lo hizo en la desigualdad del consumo per cápita –sobre todo por la caída en el gasto en bienes duraderos– así como la desigualdad de la riqueza. El crecimiento de la renta del 1% más rico se ha producido en los últimos años a costa de la renta de las clases populares que constituyen el 50% más pobre. La distribución funcional de la renta en España muestra por tanto un aumento de las rentas del capital a expensas de la caída de las rentas del trabajo.
Por lo que concierne a la pobreza, siguiendo los datos del Informe, actualmente el 27% de la población española se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Este porcentaje se ha incrementado un 16% desde 2008, superando el umbral de los trece millones de personas afectadas. La pobreza infantil afecta en España a uno de cada tres niños menores de 16 años, siendo ya el país con mayor tasa de pobreza infantil de toda la UE. No obstante, a pesar de la pandemia y la guerra de Ucrania, se ha reducido la brecha con los países de la UE en la tasa de población en riesgo de pobreza, según los datos del INE y recogidos por Eurostat. El indicador, un 26%, se sitúa al nivel más bajo desde 2015. Sin embargo, se encuentra entre los peores de la UE. Este descenso, aunque leve, pone de manifiesto los efectos positivos de la reforma laboral.
En un contexto marcado por la elevada desigualdad y la pobreza, la inflación ha golpeado con dureza a los grupos con menor nivel de renta. La subida de los precios provoca un alto malestar. Por ello es por lo que, ante estos hechos, hay que hacer pedagogía económica, pues, por un lado, la desigualdad y la exclusión social vienen de años atrás y su disminución lleva un tiempo, y de hecho ya ha habido una ligera mejoría, y, por otro lado, que la inflación no ha sido generada por la acción del gobierno, sino que tiene unas causas, a las que ya me he referido en otros artículos. En todo caso, lo que sí que hay que resaltar es que ha sido la intervención del Gobierno lo que ha conseguido descender el crecimiento de la subida de los precios, hasta el punto de que la inflación anual estimada del IPC en junio de 2023 es del 1,9%, de acuerdo con el indicador elaborado por el INE. Un logro importante, sin duda, y que sitúa España en el país de la UE en el que la inflación ha crecido menos.
Las elecciones del 23-J, por todo lo mencionado, son decisivas, pues la opción es elegir entre el progreso o el retroceso. En este último caso, tendrá lugar la disminución o eliminación de los derechos, y se encaminará hacia el desastre ecológico. Como presidente de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) tengo que mostrar, además, mi gran preocupación por lo que puede suceder con los refugiados y emigrantes.
Carlos Berzosa
Catedrático emérito Universidad Complutense.