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Insistir y persistir en la huida


(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Cuesta tratar temas serios con argumentos falsos. La mayoría de catalanes estamos cansados, más bien hartos, de escuchar el “mantra de la independencia”, de boca de personas que no tienen ni idea de la correlación de fuerzas internas y de la complejidad externa.

En un artículo anterior ya dejé claro que la composición interna de Cataluña, entre independentistas y no independentistas, es de 2 a 5. Es decir, si conformamos una comunidad de 8 millones de personas, y los independentistas han conseguido un máximo de 2 millones, en las elecciones de los últimos años, quedan 5 millones que ni han participado, ni han votado, ni han optado por simpatizar o abrazar ninguna opción independentista.

Con estas cifras, queda claro que ningún partido independentista puede hablar en nombre de Cataluña, y menos proponer una huida hacia ninguna parte. Y ésta es otra de las constantes a la que debemos hacer frente, cada semana o cada mes, cuando desde ERC o Junts, les da por echar el pulso, uno al otro.

Curiosamente, los dos han olvidado Quebec (Canadá) y Escocia (Reino Unido). Por lo visto han dejado de ser referentes y ahora quieren marcar un modelo propio: el de la independencia a ninguna parte. Realmente un caso único en el mundo que podría ser estudiado en todas las facultades de derecho y de ciencias políticas. No hay marco legal, no hay fundamentos jurídicos, pero se los inventan. Solo hace falta tomar los textos básicos e interpretarlos a gusto del consumidor. No lo dicen, pero lo querían decir, o lo dicen con subterfugios. Ya está, aquí paz y allá gloria.

Y así estamos desde hace años. Muchos años, perdidos en huidas hacia delante, sin llegar a ninguna parte. Cuando alguien me pregunta si realmente se creen sus mentiras, le respondo que la mayoría no, pero tienen en la mentira el único argumento para contentar una parte de sus bases que son creyentes fanatizados. Les da igual la realidad interna y externa. Quieren marchar, quieren huir, de la pérfida España, y si con un referéndum se les garantiza poderlo hacer, pues a ello se apuntan.

Da igual que se les prometiera con la consulta del 9 N, o la del 1–O, ahora toca hacer otro que sería el definitivo. ¿Cuándo será? Pronto, pero sin fecha. Es la misma táctica que usan las sectas cuando anuncian el fin del mundo, o la llegada de un mesías. Para ellos, la huida es su objetivo. Hacia dónde, es secundario.

Lo que les une es su animadversión hacia España y todo lo que representa. Por cierto, una España que tampoco es la real, sino una de inventada, en la que todo es negativo y deprimente. Lo que se les promete es un país nuevo, ejemplar en todo, con una financiación de lujo, procedente de unos ingresos que no tributarán en una España que absorbe la mayor parte. Por fin, podrán cubrir todas las necesidades sin restricción alguna. Y formarán parte del concierto de las naciones libres, sin dependencias ni exigencias extranjeras.

Sí, sí, se puede sonreír ante semejantes argumentos, pero tenemos una parte del país que los ha comprado. Y unos dirigentes políticos que los mantienen y alimentan para garantizar su subsistencia. Nos toca al resto, hacerles ver la realidad y sobretodo llegar al gobierno para romper este espejismo.

Parece increíble haber llegado hasta aquí, pero con muchos medios y con ayuda de medios de comunicación públicos y privados, generosamente subvencionados, se pueden hacer estragos en las mentes de personas inclinadas a propuestas irreales. Lo hemos visto en los últimos diez años. Ahora toca, rebobinar y demostrar la falsedad de las propuestas, para entrar en la realidad objetiva. En esto estamos, los no independentistas.

 

Presidente del Consejo de la Federación XI del PSC-PSOE. Ex alcalde de Borredà ( Barcelona) y ex diputado del Parlament de Cataluña.