Un debate innecesario
- Escrito por Javier García Fernández
- Publicado en Opinión
Como estaba previsto, el debate de investidura de Núñez Feijóo ha acabado con el rechazo parlamentario del candidato propuesto por el Rey. Era lo esperado y probablemente era también esperado el discurso plano del Presidente del Partido Popular, pero el debate de los días 26, 27 y 29 de septiembre permite algunas glosas sobre el acontecimiento.
Antes de entrar en el contenido y formas de las intervenciones de Núñez Feijóo querría comentar tres circunstancias que son: el “paseíllo” de todos los Diputados populares por la Carrera de San Jerónimo, la afirmación repetida por el candidato y por su gente de que ha renunciado a gobernar para no tener que aprobar la amnistía y, en tercer lugar, la feroz crítica de la derecha y de sus medios de comunicación social afines a la intervención del Diputado socialista Óscar Puente, en lugar del Presidente del Gobierno.
No es la primera vez que todo un Grupo Parlamentario, para mostrar cohesión y tener gratis una cierta publicidad, hace un “paseíllo” torero Carrera de San Jerónimo abajo para entrar todos juntos por la puerta de esta calle. Ya lo hicieron en su momento los Diputados de Podemos con Iglesias Turrión a la cabeza y algunos independentistas. Ya me pareció entonces un gesto más propio de un grupo de estudiantes que tiene que mostrar lo unidos que están. Que a estas alturas lo repitan todos los parlamentarios populares con Núñez Feijóo a la cabeza revela la poca importancia dada a los mensajes que el candidato iba a ofrecer en el debate. Por lo que necesitaba un gesto un tanto juvenil e inmaduro para dejarse ver ante la ciudadanía. La política, exitosa o fracasada, se hace en el hemiciclo y no en la calle.
Debe comentarse asimismo la afirmación que lanzó la Diputada Gamarra y luego el propio Núñez Feijóo sobre su renuncia a gobernar por no querer aprobar la amnistía. El candidato popular repitió muchas veces en su discurso inicial que él era de fiar. Y aquí tenemos la prueba de su fiabilidad. El político gallego sabe que eso es una falacia porque si por un extraño azar obtuviera los votos del PNV y de Junts, no tendría los de Vox. De modo que nunca alcanzaría los votos suficientes. En segundo lugar, Núñez Feijóo pagaría con gusto la amnistía como Aznar pagó todo lo que pidieron Pujol y el PNV si eso le permitía llegar a la Presidencia del Gobierno. Por lo que sus afirmaciones además de falaces son indicativas de la facilidad con la que miente.
También merece glosarse la feroz respuesta de los parlamentarios populares a la intervención del Diputado Puente. Oyéndoles llamar cobarde a Pedro Sánchez uno empieza a temer que el Partido Popular esté convirtiéndose en una maquinaria de odio y de desestabilización de la democracia. En términos constitucionales, la renuncia a intervenir del Presidente en funciones es la decisión más acorde a la naturaleza del debate de investidura. Porque el Presidente en funciones no debe hablar de su acción de Gobierno ni tampoco de su futuro programa, en caso de que el Rey le proponga más adelante como candidato. Son los Grupos Parlamentarios, sólo los Grupos Parlamentarios y no el Gobierno, quienes tienen que dar la réplica al candidato. De la misma manera que habría sido impertinente que un miembro del Gobierno pidiera intervenir en medio del debate, como lo permite el Reglamento de la Cámara. ¿Por qué los insultos y los editoriales agresivos de ABC, de El Mundo, etc.? Porque Núñez Feijóo, para confirmar su minuto de gloria, necesitaba un cara a cara con Pedro Sánchez para resaltar su nivel presidencial y, de paso, volver a agredirle como hizo en su primer discurso. Se ha llegado a resaltar en la prensa y en el Partito Popular que Pedro Sánchez intervino en la sonrojante moción de censura de Tamames y de Vox. Pero olvidan que era un debate contra el Presidente y su acción de gobierno y esa es la diferencia constitucional entre uno u otro debate.
Por otra parte, el Diputado Puente era la persona más indicada para desmontar la falacia de la lista más votada. Falacia que Núñez Feijóo sólo exhibe cuando le conviene. Alguna prensa se ha quejado del tono duro del Diputado socialista, pero ¿qué tono se merece un candidato que desde el primer minuto agredió al Presidente del Gobierno y que lleva semanas queriendo dividir al PSOE intentando un nuevo “tamayazo”?
Pasando al contenido del debate, nadie debe extrañarse de la pobreza argumental. Las derechas, naturalmente, tienen un programa político, que sólo cuentan con precaución. Pero una cosa es dar un programa político somero (porque no es cuestión de confesar las privatizaciones de servicios públicos y el empobrecimiento de la población) y otra es no contar nada. El invento de un proyecto de ley contra la deslealtad constitucional y otro contra la malversación tienen poco recorrido y enseguida se vuelve contra quien lo propone. Pero más allá de eso seguimos sin saber si el Partido Popular tiene un modelo territorial y en especial para Cataluña o comparte las barbaridades de Vox. Los ciudadanos se fueron del debate sin conocer el programa de gobierno de Núñez Feijóo aunque al menos sí conocieron que la alianza con Vox es duradera. Porque en lugar de desplegar un futuro programa de gobierno, el candidato, cual Quijote contra los molinos de viento, lanzó so corcel contra la amnistía. De la que por ahora no se conoce nada tangible y que se deberá debatir (si se debate) en otro momento.
Alguna prensa, incluso El País, reconociendo el nivel plano e inconcreto del discurso inicial del candidato, resalta el tono con que respondió en la réplica. Sólo se vio en la réplica a una especie de tertuliano vago, de esos que no preparan sus intervenciones en la radio e improvisan todo el tiempo, con una riada de lugares comunes y de chascarrillos sin gracia.
Como conclusión, dos dudas y dos reflexiones. ¿Cómo pudo ganar en Galicia por mayoría absoluta un candidato tan mediocre? Los Gobiernos de Fraga Iribarne sirvieron para crear una red de caciquismo y de control social que permiten que la derecha gobierne en Galicia con independencia de su candidato a Presidente. Segunda duda y reflexión, ¿Núñez Feijóo será Presidente del Partido Popular dentro de un año? Tras las elecciones al Parlamento Europeo y en Galicia, me atrevo a vaticinar que dejará de ser el líder de la oposición. No parece verosímil, pues, como afirman algunos comentaristas que Núñez Feijóo haya unificado a la derecha y a su partido.
Así acabó un debate que nunca hubiera debido celebrarse, que ha hecho perder dos meses a España y que sólo ha servido para confirmar, como muchos ya sabían, que las derechas en España no saben perder.
Javier García Fernández
Subsecretario de Cultura y Deporte, Director general de Reclutamiento y Enseñanza Militar en el Ministerio de Defensa, Subdelegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Secretario General Técnico de los Ministerios de Vivienda, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Delegado de España en la primera reunión Intergubernamental de expertos sobre el anteproyecto de convención para la salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, organizada por la UNESCO, en los años 2002 y 2003.
Fue fundador y director del anuario Patrimonio Cultural y Derecho desde 1997. Hasta la fecha ha sido también vicepresidente de Hispania Nostra, Asociación para la defensa y promoción del Patrimonio Histórico.