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Francia y la reconquista del departamento 93


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El jueves 24 de octubre de 2005, Ziad Benna y Banou Traeré, que huían de la policía, murieron electrocutados tras trepar a una subestación eléctrica en Clichy-sous-Bois en el departamento número 93 de Saint-Denis. El 27 de octubre se iniciaron los disturbios. Estos se extendieron por toda Francia, y se caracterizaron por el incendio de coches, dotaciones públicas y ataques a la policía. Jamás en Francia se había visto una ola de violencia de esas características, tan solo superada a día de hoy por la de los chalecos amarillos.

Saint-Denis es el paradigma de la banlieus francesas, término que designa un conjunto de zonas urbanas situadas en la periferia de las ciudades. Su construcción data de las primeras oleadas de inmigrantes de la década de los sesenta en el marco de los programas ZUP, “zonas para urbanizar en prioridad”. Actualmente son conocidas como “áreas urbanas sensibles”. Parte de la célula de los atentados del 13 de noviembre de 2015 se escondió tras los atentados en Saint-Denis, uno de los mas de 700 puntos negros donde la presencia del Estado francés es cuanto menos, escasa, fallida.

Las banlieus reúnen a las clases socialmente más vulnerables y poseen una notable precariedad infraestructural. En los últimos años la violencia ha aumentado de manera preocupante. El director general de la seguridad pública en el departamento de Isla de Francia (París y región parisina), Ludovic Kauffmann declaró que “Estamos asistiendo a una escalada de violencia muy fuera de lo común, desde hace años”. Estas se resumen en una serie incidentes habituales en forma de emboscadas planificadas con armas de fuego, ataques con cócteles molotov contra la policía, quema de vehículos y de dotación pública.

Existe en estos barrios un sustrato subcultural y social donde el salafismo se entremezcla con la delincuencia de carácter antipolicial en un contexto de demandas sociales legitimas. Hay una clara ruptura con la sociedad francesa y el llamado contrato social republicano. Los socialistas Jean-Pierre Chevènement en 1998 y Manuel Valls en 2015 ya advirtieron contra la amenaza del "apartheid social". A principios de septiembre, cinco alcaldes del departamento 93 (Saint-Denis, Stains, Ile-Saint-Denis, Aubervilliers y Bondy) anunciaron la intención de interponer un recurso contra el Estado por "violación de la igualdad" republicana.

No es fácil crecer y convertirse en un ciudadano integral en estos entornos. La percepción que de la “grandeur francesa” puedan tener sus habitantes se da de bruces con la realidad. Si bien esta realidad, varía dependiendo de la percepción de los sujetos, esta es construida por estos en sus interacciones cotidianas. Además, el individuo y la percepción del entorno son mutuamente constitutivos. Siendo así y dado que es en estos barrios donde pueden observarse múltiples formas de desventajas: hacinamiento, estatus socio económico bajo, heterogeneidad étnica y altos niveles de delincuencia, el sentimiento de pertenencia al conjunto de la sociedad francesa es escaso, residual. Aun así, estos barrios cuentan aun con asociaciones, entidades y sujetos comprometidos con el progreso y la mejora de su entorno.

Saint-Denis es fuente habitual de promesas electorales sobre el despliegue de grande recursos sociales. El gobierno de Macron ya habla desde hace unos meses de la necesidad de una “reconquista republicana”. Se han realizado numerosos informes y visitas ministeriales. El 31 de mayo de 2018 se presentó a la Asamblea Nacional un informe sobre Seine-Saint-Denis con el titulo de "la República fracasada" elaborado por el del Comité Evaluación y Control (ECC) de la acción del Estado en este territorio donde se apunta al despliegue inadecuado y desigual de recursos por parte del Estado. La tasa de desempleo ronda el 13%, tres puntos por encima de la media nacional, los ingresos medios son de 1300 euros, 300 euros por debajo de la media nacional y 500 euros por debajo de la media regional. La tasa de pobreza es del 28% y `posee una media de familias monoparentales muy superiores a la media nacional. Existe una tasa de abandono escolar y una tasa de ausentismo laboral por parte del profesorado, médicos y policías muy superiores a la media, además su número es menor. Por ejemplo, los funcionarios de la policía judicial equivalen al 9,4% del total, frente al 16,9% de París, el 12,4% de los Hauts-de-Seine y el 15,2% del Val-de-Marne. El numero de médicos es un 30% menos, y la tasa de criminalidad está muy por encima de la media, 90.3 por cada 1000 habitantes (contra 54.8 ‰ en otros departamentos). La tasa de mortalidad infantil es superior al resto y el porcentaje de viviendas particulares en estado de ruinas llega a 7,5%. Existe, según el informe, una falta de estrategia de recursos humanos de la función publica, convirtiéndose en una “escuela de formación” para funcionarios en prácticas, con un gran numero de bajas y rotación. En cuanto a la educación publica, clave de bóveda de la republica francesa, tal y como dice el sociólogo Benjamin Moignard "el menos equipado de los establecimientos educativos parisinos sigue estando mejor equipado que el más equipado de los establecimientos de Seine-Saint-Denis".

En otra puesta escena, habituales ya en Édouard Philippe, el primer ministro, visitó Seine-Saint-Denis el jueves 31 de octubre junto a seis miembros de su gabinete incluidos Christophe Castaner, Ministro del Interior, Laurent Núñez, Secretario de Estado del Ministerio. Durante la rueda de prensa presento su plan “El Estado, más fuerte Seine-Saint-Denis” el cual incluye 23 medidas que se aplicaran durante los próximos 10 años.

En el primer bloque pretende hacer de Saint Denis un territorio atractivo para la función pública. Para ello se reubicara la prefectura, se dará un bono de 10.0000 euros a los funcionarios y se concederá a estos prioridad para beneficiarse de la subvención de vivienda para empleados estatales. En el bloque dedicado a la seguridad pública se aumentará en 100 el número de agentes de la policía judicial y se abrirá un centro de capacitación. Será zona prioritaria para el plan de prevención de la delincuencia y del proyecto de estructuración de video vigilancia. Además se prevén partidas presupuestarias para renovar las comisarías. En el ámbito educativo, durante los próximos tres años, se realizará un programa de prácticas para estudiantes en el ámbito laboral por el que se beneficiaran 500 estudiantes al año. Se crearán grupos de apoyo educativos para reforzar la supervisión dentro y fuera de las instituciones y se invertirá en la renovación de las escuelas. En cuanto a la sanidad, se hará hincapié en la problemática de la insalubridad de las viviendas, se aumentará el número de médicos y se renovarán y modernizaran ambultarios y hospitales. En Justicia, el plan sigue la misma tónica con el aumento del número de funcionarios.

El Gobierno de Emmanuel Macron lleva dos años prometiendo la “reconquista republicana” de unos 700 puntos del hexágono donde el Estado no puede asegurar la seguridad, el orden público y el normal desarrollo de la administración publica.

La reconquista es la vuelta del territorio a la soberanía republicana. Esta promesa ya fue realizada con anterioridad por Nicolás Sarkozy y François Hollande. Aun así y pese a las dificultades de las banlieus el Estado no puede abdicar de su responsabilidad.

El Estado no puede garantizar el adecuado desarrollo psicosocial del individuo, pero debe de desplegar todos los recursos que estén en su mano para mejorar las condiciones sociales de sus habitantes que en bolsas de marginalidad, son a día de hoy, un foco de pobreza tendente a estallidos violentos y cultura comunitaria.

Román Echaniz Carasusan es politólogo de formación, especializado en Seguridad Ciudadana y Política Anti Terrorista.