La palabra crisis llama a la crisis: sesgos cognitivos y economía
- Escrito por Agustín Madariaga
- Publicado en Opinión
¿Estamos en crisis o está punto de llegar otra recesión económica? Seguramente todos ustedes han respondido que sí. Y al hacerlo y comportarse de acuerdo a esa expectativa ayudan a que efectivamente sea así. Es el denominado Teorema de Thomas: “lo que las personas perciben como real es real en sus consecuencias”.
Tres estudiosos de la psicología del comportamiento económico tienen en Nobel de la especialidad porque explican aspectos del comportamiento de las personas que la ciencia económica por sí misma no puede asumir. Los sesgos, los atajos de nuestra mente a la hora de tomar decisiones, provocan lo que Dan Ariely califica como un comportamiento “previsiblemente irracional”.
El primer sesgo de nuestro cerebro tiene que ver con las expectativas. Dan Ariely estudió en varios experimentos que las expectativas de que un producto fuera bueno multiplicaba el número de sujetos que efectivamente lo calificaban como bueno, frente a aquellos que eran advertidos de su mal sabor o baja calidad. Usted no quiere equivocarse, así que busca, por el sesgo de auto-confirmación aquellos aspectos de la realidad que le reafirman las expectativas.
El segundo sesgo es el disponibilidad. Considera más extenso el grupo de elementos que le vienen fácilmente a la memoria. Aunque haya muchos más en un grupo que no recuerda. Daniel Kahnneman, premio Nobel de Economía, analizó este aspecto psicológico. Y citaba el estudio de una colaboradora. Si yo le pregunto qué proporción de personas mueren por accidente frente a las que mueren a consecuencia de la diabetes...¿Qué me respondería? En el estudio la respuesta fue que 300 veces más. La realidad es un proporción 4-1. Pero... ¿Recuerda mejor las muertes por accidente o por diabetes?
Lo mismo ocurre con los datos que avisan de la inminente llegada de un recesión. Le emocionan (siente temor) y se recuerdan mejor. Y entonces establece como conclusión que hay más datos muy negativos que positivos, neutros o simplemente a tener en cuenta pero sin alarmarse. Usted recuerda mejor los que le alarman. La memoria tiene esas cosas, porque estamos diseñados para evitar peligros. Hay más perros que no muerden que agresivos pero eso se lo dice a alguien que le haya mordido uno o tenga miedo a los canes y verá lo que dice.
Khanneman y otro premio Nobel de Economía (Thaler) estudiaron ese sesgo de disponibilidad en relación al comportamiento ante un riesgo. Kahnneman afirma que “las acciones preventivas de individuos y Gobiernos suelen estar diseñadas para ser las adecuadas en el peor desastre que hayan sufrido”. Es decir, el peor que recuerdan. ¿Se acuerdan del pinchazo de la burbuja inmobiliaria? Está cerca y fue terrible.
En el último trimestre el gasto en los hogares ha tenido un crecimiento nulo a pesar de que los salarios han subido un 2% y el paro ha bajado desde septiembre de 2018. La tasa de ahorro sube dos puntos. El afrontamiento del riesgo tiene que ver de nuevo con un sesgo: la crisis que recordamos. Da igual que los expertos digan que nunca alcanzará esos niveles, cuando se produzca. Este simple temor ya provoca consecuencias reales a una percepción.