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Billy el niño y la Brigada Político Social


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Francisco Pacheco, más conocido como Billy el niño, fue uno de los más destacados agentes de la Brigada Político Social franquista destinado especialmente a la desarticulación de la protesta universitaria contra la dictadura. Sus métodos, lejos de ser individuales o un caso aislado, seguían una serie de pautas propias de un sistema represivo que en su recta final recrudecía su dureza y contundencia. En 1974, la Brigada Político Social, seguía estando dentro de una de las cuatro grandes Comisarías Generales, la de Orden Público, y dependía directamente del Ministerio de Gobernación". Su estructura militar, su mando político y sus funciones, no habían variado un ápice a lo largo de la dictadura, tras su desdoblamiento dos años después del final de la guerra civil. Tampoco sufrieron grandes modificaciones ni la procedencia ni el perfil profesional de sus componentes. El análisis de las hojas de servicios de algunos de sus miembros más importantes, al frente de las comisarías y jefaturas de la investigación político-social de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza o Bilbao, así lo demuestran. La mayor parte habían accedido a la BPS al final de la guerra, con la desmovilización definitiva del SIPM (Servicio de Información y Policía Militar) en 1941.

Pero lejos quedaba ya la posguerra y a mediados de los años setenta eran ya muy numerosos los organismos internacionales que calificaban de “sistemática” la tortura en España. Denuncias a los que terminaron sumándose los servicios diplomáticos estadounidenses. Un informe sobre los derechos humanos en España, firmado el 12 de mayo de 1975 por el nuevo embajador Wells Stabler, confirmaba las sospechas de tortura. Tras entrevistarse con varios civiles detenidos, sus agentes consulares habían seguido de cerca el sistema de arresto, prisión y procesamiento en España. Había casos donde los derechos humanos aparecían claramente violados y así se lo habían comunicado al Gobierno español. La lucha antiterrorista favoreció la continuidad de la jurisdicción militar en materia de orden público y con ella los métodos policiales de la dictadura. Agentes como Conesa o Juan Antonio Pacheco, Billy el niño, que había sido reclamado precisamente por la justicia argentina por practicar la tortura, siguieron ascendiendo en los primeros años de la Transición. José Sainz, jefe de policía de Bilbao, fue el primer miembro de la BPS en ser Director General de Seguridad, en junio de 1977 y más tarde Director General de la Policía hasta 1980. Su máximo responsable, el Ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, reconoció la dificultad para cambiar los métodos de los jefes y oficiales de la policía. El ministro lo achacaba a que la mayoría procedía del Ejército y estaban muy identificados con el régimen de Franco, en especial, los destinados en la Inspección General de Madrid.

Francisco Pacheco estuvo a las órdenes de Roberto Conesa Escudero que llegó a Comisario General de Información y a Jefe Superior de Policía de Valencia en 1977. Al terminar la guerra ingresó directamente en la Brigada Político Social como agente auxiliar, dada su probada condición de falangista. Debutó en los servicios especiales trabajando en la organización del traslado de los restos de José Antonio Primo de Rivera al Valle de los Caídos. Pasó la década de los cuarenta en la comisaría del Distrito de Palacio, en el centro de Madrid, mientras que los años 50 estuvo destinado en distintas secciones provinciales: Las Palmas de Gran Canaria, Vigo y Palma de Mallorca. Su carrera empezó a despuntar con comisiones de servicios en embajadas y servicios diplomáticos (Irán, Argelia, jefe de seguridad del viaje del presidente de Portugal), por los que recibió las preceptivas medallas al mérito policial. En la segunda mitad de los sesenta se colocó al frente de la lucha antisubversiva a nivel nacional. En septiembre de 1968 detuvo a los miembros de ETA acusados de la muerte de su compañero Melitón Manzanas. Se mantuvo destacado en el País Vasco hasta 1971, donde fue felicitado públicamente por los servicios prestados en todos los períodos de excepción. De vuelta a Madrid, alcanzó gran notoriedad pública al dirigir las operaciones policiales más importantes de final del franquismo: la desarticulación del FRAP, el 13 de septiembre de 1973, y sobre todo las detenciones tras el brutal atentado de la cafetería Rolando, el 17 de octubre de 1974. Comisario Principal, Medalla de Oro al Mérito Policial en 1976, Medalla del Yugo y las Flechas....por último, tras resolver los secuestros y atentados del GRAPO. Fue nombrado Comisario General de Información el dos de junio de 1977.

En el momento en que se haga pública su hoja de servicios será posible saber saber en cuántas de esas operaciones estuvo implicado Billy el niño, y donde fue trasladado tras los años destinados a controlar la protesta universitaria.

Historiador e investigador en historia social. Sus líneas de investigación principales son la Guerra Civil española y la dictadura franquista, así como las relaciones entre historia y memoria. Autor de varias monografías, artículos y proyectos de investigación es Profesor Titular del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la UCM.