Revanchismo antidemocrático
- Escrito por Miguel Ángel Vázquez
- Publicado en Opinión
Hay decisiones políticas que sólo buscan la provocación y la revancha, que exclusivamente persiguen romper la convivencia, generar división y crispación y activar las bajas pasiones latentes en determinados sectores de la sociedad española. Dentro de este grupo de iniquidades se enmarca la iniciativa de la extrema derecha (Vox), apoyada por Partido Popular y Ciudadanos, para retirar las referencias en el espacio urbano de Madrid de dos personalidades democráticas de la República, los socialistas Francisco Largo Caballero, ministro y presidente del Consejo de Ministros, e Indalecio Prieto, quien dirigió varios ministerios en este periodo histórico.
Las derechas han retorcido y manoseado la legislación vigente para cometer este atentado contra la razón y la historia desde su delirio ideológico, haciendo una demostración de supremacismo que desnuda talantes y tics preocupantes. Dicen actuar avalados por la ley de Memoria Histórica de 2007, curiosamente un texto tan denostado por los sectores más conservadores de este país y nostálgicos de épocas lúgubres recientes. Pero no, evidentemente no es así. Lo hacen con la mentira y poniendo las vísceras sobre la mesa, malinterpretando la norma para arrimar el ascua a sus fantasmas particulares, a sus obsesiones de diván.
La ley, en su artículo 15, sostiene que “las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”. Ni con una lectura sesgada ni con la manipulación más burda se puede apelar a este precepto para proceder a semejante tropelía, a tamaña injusticia. La actitud frentista de Vox y sus mariachis (PP y Cs) choca con el espíritu de una ley que busca la construcción de un relato objetivo, sosegado, desapasionado y que nos identifique a todos.
A estos tres partidos ni le asiste la razón jurídica ni la verdad científica. Un centenar de historiadores han elaborado un manifiesto que es una enmienda historiográfica seria y rigurosa a la totalidad hacia una decisión que raya la ignominia. Sostienen estos académicos que esta medida aprobada en el Ayuntamiento de Madrid se basa en “viejos y desacreditados clichés pseudohistóricos de la propaganda franquista” y que estamos “ante maquinaciones de la baja política”.
Por si quedaba alguna duda, las derechas se han puesto una vez más del lado de los golpistas agrediendo a los que fueron defensores del orden constitucional, la libertad y la democracia. Las derechas, que tanto se ofendieron cuando el dictador Franco fue exhumado del Valle de los Caídos en un ejercicio de reparación en virtud, esto sí, de la ley, se toman la venganza con una patada a la historia y un desaire a la memoria y a la verdad. En cierta medida, siguen sin romper política e intelectualmente con los verdugos y se afanan en torpedear la trayectoria de representantes legítimos con valores democráticos y constitucionales, al tiempo que desoyen (e incluso desprecian) el clamor de las familias que reclaman justicia y desagravio para los cien mil desaparecidos que siguen en las cunetas. Tremenda paradoja: las derechas continúan aferradas al pasado y persiguen a las víctimas y a los represaliados por los golpistas.
En la edición de El Socialista del 9 de agosto de 1936, se recogen unas ilustrativas palabras de Indalecio Prieto ante las milicias republicanas que nos muestran su calidad humana: “Ante la crueldad ajena, la piedad vuestra; ante la sevicia ajena, vuestra clemencia; ante los excesos del enemigo, vuestra benevolencia generosa. Quienes constituimos esta generación que declina nos podremos ir de la vida con la angustia de dejar una España endurecida de corazón, insensible a la solidaridad humana. […] pechos de acero, pero corazones sensibles, capaces de estremecerse ante el dolor humano y de ser albergue de la piedad, tierno sentimiento sin el se pierde lo más esencial de la grandeza humana”.
Más de ocho décadas después, las derechas de este país hacen gala de un revanchismo antidemocrático, no dejan de supurar irreverencia ante la historia y la verdad, y, siguiendo a Prieto, siguen sin ser albergue de grandeza humana. Su injusta manera de reconocer a estos dos demócratas socialistas de la República es equipararlos a los represores golpistas, borrándolos de las referencias públicas y, por ende, del imaginario colectivo. Un doble castigo para españoles de bien que defendieron la República, la Constitución de 1931 y la libertad, primero dentro de España y luego desde el exilio forzado.
No es aceptable este revisionismo histórico ni este ataque gratuito a la memoria democrática española. Por eso, es más necesaria que nunca la reforma de la Ley de Memoria, que ya está en marcha, para llevar nuestra historia a las escuelas y poner coto a los que intentan reescribirla desde una óptica deformada e inicua. Las heridas del pasado sólo se curan con más verdad.
Miguel Ángel Vázquez
Senador socialista por Andalucía, y periodista.