Libertad, Igualdad, Fraternidad
- Escrito por Víctor Berástegui
- Publicado en Opinión
La divisa Libertad, Igualdad, Fraternidad es una idea fuerza, un aporte a l a humanidad hecho por l a revolución francesa a finales del siglo XVIII (1789). Las ideas, los sentimientos, las emociones...tienen un proceso de gestación largo antes de su verbalización. No podía ser de otro modo con la divisa: Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Podemos bucear el origen de este lema en las Aventuras de Telémaco (1699) de François de Salignac de la Mothe, más conocido como François Fénelon (Perigord; 6 de agosto de 1651 - Cambrai; 7 de enero de 1715). Este teólogo católico, poeta y escritor francés es recordado por su Aventuras de Telémaco, un escabroso ataque a l a monarquía francesa. Es una obra utópica que hace una fuerte crítica a las políticas del reinado de Luis XIV. Este libro, que tuvo gran repercusión, habla de un pueblo en el que sus moradores se aman con un amor puro, fraternal, inalterable; y esta paz, esta unión, esta libertad se debe a la privación de las vanas riquezas y de l os engañosos placeres: todos son libres, iguales todos. Así pues: casi un siglo antes del inicio de la Revolución Francesa, aparecen formuladas l as ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad; y tienen gran difusión a través de l a obra de Fenelón.
La Gran Logia de Francia tiene como divisa Libertad, Igualdad, Fraternidad desde el siglo XIX. También es el lema de numerosas obediencias masónicas.
La crisis actual de la religiosidad más tradicional, y del marxismo como esperanza, deja un vacío de referencias vitales y espirituales. En mayor o menor medida, este espacio es ocupado por la ideología del odio, el populismo, la instrumentalización del ciudadano, l a exclusión del otro, el insulto, la manipulación, los fundamentalismos: lo feo.
Nuestra época está en un proceso de cambio y desarrollo acelerado, la sociedad está en vertiginosa evolución. La honestidad intelectual obliga a hacer preguntas sobre la validez de viejos paradigmas; no es que hayamos de desechar lo transmitido por la tradición, se trata de cuestionar los paradigmas heredados; ¿lo que fue válido en 1789 es válido en el año 2020? La humanidad ha visto más cambios en estos últimos 200 años, que en todos los 5000 años de historia escrita. ¿Es posible hacer pervivir en el mundo actual divisas del siglo XVIII? ¿Qué sentido tiene aplicar lemas de una época pasada a la realidad actual? Aceptar la pervivencia de estos paradigmas, solo es posible si reconocemos la existencia de valores universales; aplicables en todo tiempo y lugar...la íntima conexión de la divisa Libertad, igualdad y fraternidad con valores de hoy y de siempre.
La Ilustración y la filosofía moderna han despojado a la ética de su sentido religioso, la razón desplaza a la superstición y al mandato divino. Se habla ahora de la existencia de unos principios universales de convivencia que todos los hombres pueden compartir. Aunque no debemos perder la perspectiva: muchos de estos valores se han impulsado en una cultura occidental de profunda tradición humanista y cristiana. Bastante antes de la Revolución Francesa, en plena Edad Media; Tomas de Aquino (1225-1274), (en su obra Del Gobierno de los Príncipes), defiende el bien común, la justicia distributiva, el Estado justo, e incluso apoya el tiranicidio en determinadas circunstancias.
La divisa Libertad, igualdad y fraternidad ha vuelto a primer plano de la actualidad mediática con la proclamación por el Papa Francisco, en octubre de este año 2020, de la Encíclica Fratelli Tutti. En ella se recogen de forma clara valores del libre pensamiento ilustrado y laico: se habla de Libertad, Igualdad y Fraternidad; las exhortaciones no están dirigidas solo a los creyentes católicos romanos, o solo a los cristianos; está dirigida a toda la humanidad en su conjunto.
La Encíclica Fratelli Tutti es coherente con el Documento sobre l a hermandad humana por la paz mundial y la convivencia común firmado en Abu Dhabi por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyib el 4 de febrero de 2019. En el prefacio del documento se afirma: La fe lleva al creyente a ver en el otro a un hermano al que apoyar y amar y se invita a todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y fe en la fraternidad humana a unirse y a trabajar juntos. En el texto del documento explicita: pedimos a todos que dejen de instrumentalizar las religiones para incitar al odio, la violencia, el extremismo y el fanatismo ciego. Aquí igualmente los destinatarios del documento no son solo los creyentes, está dirigida a todos los seres humanos.
¿Es posible que estemos en el inicio de una ética universal aceptable por cualquier persona, independiente de sus creencias culturales, personales, filosóficas, espirituales o religiosas? ¿Es esto algo totalmente nuevo?: sí, y no del todo. Tenemos l a llamada Regla de Oro; entendida como un principio que vamos a expresar así: trata a los demás como querrías que te trataran a ti o no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti. En la cultura occidental, encontramos la Regla de Oro en Mateo 22:36-40:
-Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
-Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
-De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
La Regla de Oro se encuentra bajo distintas formulaciones en prácticamente todas las culturas, religiones y filosofías, como un principio fundamental. La mención al oro se hace por su valoración con este metal precioso y de gran valor. La Regla de Oro no preconiza determinadas conductas o impone valores concretos, sino que es inspiradora de las relaciones humanas.
Opino que no es posible un nuevo orden, una paz universal, una convivencia...sin una ética universal; pero las i deas, los sentimientos, las emociones...los valores...tienen un proceso de gestación largo antes de formularse, redescubrirse, retomarse y ponerse en práctica: tengamos Esperanza.
Víctor Berástegui
Nació en Las Palmas de Gran Canaria en el año 1955, doctorando por la Universidad de Extremadura; vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoría Masónica de Canarias; ha sido letrado, profesor de español como lengua extranjera y delegado de protección de datos en la administración pública.
Es coautor de libro publicado en Editatum: Masonería, Todo lo que siempre has querido saber sobre esta institución; también coautor del libro publicado en Editatum: Big Data, Inteligencia Artificial y Futuro.