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En medio de la desolación madrileña: ¡Volvamos a Kant!


(Tiempo de lectura: 3 - 5 minutos)

“Nuestros políticos aseguran que se ha de tomar a los seres humanos tal como son y no como los pedantes ajenos al mundo o los soñadores bienintencionados imaginan que deben ser. Pero ese como son viene a significar en realidad lo que nosotros hemos hecho de ellos merced a una coacción injusta y mediante alevosas maquinaciones” (Kant, El conflicto de las Facultades)

Ángel Gabilondo se permitió aludir a Kant en medio de la campaña electoral madrileña. El texto kantiano citado versa sobre filosofía de la historia e intenta responder a la pregunta de si el género humano progresa hacia lo mejor. Se suele recoger junto a ¿Qué es la Ilustración? La repuesta kantiana es obvia. Dependerá de lo que hagamos, porque nada está escrito y somos los guionistas de nuestro destino.

La mención de Gabilondo a Kant circuló por twitter y suscitó algunos comentarios inquietantes. Desde luego no corren buenos tiempos para la divisa ilustrada del pensar por cuenta propia. Resulta muy cómodo que algunos taumaturgos piensen por uno y nos prescriban las consignas a seguir. A lo largo de la historia, estas derivas han anunciado tiempos muy oscuros y sombríos.

Hace dos años el candidato del PSOE ganó las elecciones, pero Ciudadanos decidió mantener al Partido Popular en una gobiernos regional donde sus lideres tienen oscuras hojas de servicio. Ha recibido su justo pago y lo anómalo es que siga manteniendo su pacto en la Alcaldía. Siempre creí que Villacís debía haber sido la primera edil, pero he cambiado de opinión y sólo se merece acreditarse como militante del PP.

¿Qué ha pasado en este lapso bianual? El auge de los populismos a un lado y al otro del arco parlamentario. Una polarización que sepulta los argumentos y la deliberación, que dinamita los puentes del diálogo y atrinchera en sus posiciones a los más extremistas. Por eso Ayusopolis, que no Madrid, ha devenido la capital de Trumpilandia. La franquicia ha sobrevivido al varapalo que su matriz tuvo en las últimas elecciones norteamericanas.

Escribo estas erráticas líneas bajo el impacto emocional de los primeros resultados electorales. Celebro que pese a la pandemia el índice de participación ciudadana haya subido. Pero no doy crédito a que un discurso absolutamente vacuo haya podido calar en una mayoría tan abrumadora. Hacer lo que a uno le venga en gana ha sido la descripción del vivir a la madrileña.

Al menos Mas Madrid ha salvado los muebles, mostrando que se podía mantener un discurso coherente y atento a los problemas reales, en lugar de ponerse a vociferar consignas opuestas, cayendo en la trampa de unas burdas provocaciones. Pablo Iglesias no se quedará en la Asamblea e hizo un flaco favor al bloque progresista con una épica que hacía el juego al adversario.

Condecorar a Cifuentes es un testimonio de los tiempos que corren. Quienes falsificaron las actas de su falso master son condenadas, pero ella se va de rositas y presume de haberse visto acosada. Da igual que Ignacio González haya sido encarcelado por sus desfalcos al erario público. Accedieron al poder en Madrid comprando a unos parlamentarios por una cifra que pocos rechazarían y que devela un volumen de negocio inimaginable. Veremos que pasa con Esperanza Aguirre.

El denominado efecto Ayuso es una mala noticia. Que triunfe la simpleza y genere ilusión en tanta gente causa desconcierto. No atravesamos únicamente una crisis de índole sanitaria y con unas devastadoras consecuencias económicas. Hay un déficit cultural que pagaremos muy caro a corto plazo. La moral del esfuerzo está muy devaluada y se considera una directriz para lo que Trump considera perdedores.

Lamento ser tan intempestivo, pero quiero secundar a quien fue ministro de Educación y reivindicar la figura de Kant. En su ciudad natal se le hurtó poner su nombre al aeropuerto, porque no había sido un patriota ruso y escribió libros que casi nadie lee o comprende. Pero el filósofo de Königsberg seguirá inspirando en el futuro a quienes lo lean. A él recurrió Cassirer cuando quizá combatir al nazismo desde la historia de las ideas.

Veo en los informativos corear a quienes han ganado las elecciones madrileñas la palabra libertad. Me gustaría saber a qué se refieren con ese lema. Han conseguido retorcer los conceptos y apropiarse de las causas que combaten, pero el engaño ha funcionado y hay que descubrirse ante su eficacia. Pero no puedo evitar sentir una desolación infinita frente a una trivialización tan frívola de algo tan primordial como es la política.

Trump debería fichar a Miguel Ángel Rodríguez para su próxima campaña electoral. Si ha sabido encumbrar a una persona con las cualidades éticas y dianoéticas de Ayuso, es obvio que podrá hacer maravillas con el gran aprendiz de brujo, aunque por ahora Biden está logrando revertir sus absurdas políticas.

Hay antecedentes históricos de lo que ha pasado en las elecciones madrileñas. Hace un siglo también triunfó ese lado de la historia, pero esto es otra historia, pese a que debería alertarnos y ponernos en guardia sobre los próximos capítulos protagonizaos por el casting que se ha fichado hoy. Debo reconocer que no comparto esta opción mayoritaria.

Queda la esperanza de una Mónica García que se ha esforzado por traducir en votos los aplausos lanzados desde los balcones. Qué pronto se nos ha olvidado quiénes llevan sobre sus hombros el quehacer cotidiano del país. Es hora de que nos cuenten toda clase de mentiras y se victimicen como perseguidos por aquellos a quienes persiguen. Madrid se ha convertido en Ayusopolis, pero no pasarán de ahí. Comparen su definición de la libertad con lo que Kant nos dice a ese respecto. Es un pelín más complejo pero mucho más fecundo e interesante.

Profesor de Investigación en el IFS- CSIC (GI TcP) e Historiador de las ideas Morales y Políticas. INconRES (PID2020-117219GB-I00) / RESPONTRUST (SGL2104001) / ON-TRUST CM (2019HUM5699) y PRECARITYLAB (PID2019-105803GB-I0)