La seducción del autoritarismo
- Escrito por César Luena
- Publicado en Opinión
Anne Applebaum ha escrito recientemente un interesante libro titulado El ocaso de la democracia. La seducción del autoritarismo. Es particularmente interesante por cuanto que la autora proviene del espectro conservador, desde el que teoriza, partiendo del estudio de casos concretos, sobre la guerra a muerte y sin cuartel que se lleva produciendo desde hace tiempo en el seno de la derecha europea.
Esa guerra por la hegemonía o superioridad electoral ha pervertido el sentido de responsabilidad y compromiso de una parte de la derecha en Europa, que ha ido sustituyendo la democracia por regímenes autoritarios. Véanse los casos húngaro y polaco como los dos mejores ejemplos o síntomas.
Esa seducción del autoritarismo también la estamos viviendo en España. El planteamiento del problema es el mismo que Applebaum desarrolla en su trabajo: una guerra a muerte y sin cuartel entre las derechas. En este caso, sería una guerra entre el PP y VOX y también una guerra dentro del PP. El resultado es un trío autoritario que disputa un terreno de dominio electoral conservador a costa de inclinar al extremo sus posiciones, discursos y propuestas. Ese trío es el conformado por Santiago Abascal, Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado.
Es en este marco conceptual y en el contexto europeo de la deriva de proyectos conservadores hacia el autoritarismo en el que debemos situar y comprender la estrategia de Casado, que no es sino una imitación de las vías seguidas por Abascal y por Ayuso.
Veamos ahora cuatro aspectos de esa estrategia, cuatro muestras que nos confirman la tendencia seguida por el PP y que nos anticipan lo nuclear de su proyecto para España: una trasformación devaluadora de nuestra democracia para convertirla en un sistema autoritario. Reitero y recomiendo de nuevo leer a la autora citada, especialmente cuando explica la evolución de Polonia y de Hungría.
Primer aspecto: el poder interno. Pablo Casado opera su estrategia sobre la base de un pacto a varias bandas que tiene en su epicentro a José María Aznar y a Dolores de Cospedal. Por un lado, la ortodoxia de los halcones neocon y del otro, la responsable de una operación de encubrimiento propia de la “mafia calabresa”, inspector Morocho dixit.
Segundo aspecto: amenazas a los medios de comunicación. Precisamente preguntado por esta operación mafiosa durante una visita en Ceuta, Casado animó al público, seguidores de su partido, a que acallaran las preguntas de los periodistas. Conviene no olvidar aquella actuación, pues es el aviso del rostro del mañana, del verdadero, el rostro de un semblante y de un comportamiento autoritario.
Tercer aspecto: amenazas a los empresarios y a los obispos. El debate sobre los indultos de los condenados del procés y el giro en su evolución ha provocado las iras de todo el autoritarismo tricéfalo. Por eso, Casado tenía que elevar la apuesta y su salida fue amedrentar a la Conferencia Episcopal y al presidente de la organización empresarial CEOE, al señor Garamendi, a este con más y particular saña y denuedo.
Cuarto aspecto: de no condenar el golpe y la dictadura a justificar el golpe y la dictadura. El último debate del pleno del Congreso ha confirmado la tendencia hacia el autoritarismo. La frase escogida por Casado no está dirigida solo a esbozar una interpretación del pasado, no. La frase tiene un contenido de presente y de futuro. Porque disociar la ley de la democracia y justificar el modelo de ley sin democracia no solo marca un cambio en la tradicional posición del PP (que no condenaba el golpe ni la dictadura, pero no los justificaba, cosa que desde este último debate sí hacen: justificar el golpe y la dictadura), sino que los sitúa en el seno de las estrategias autoritarias existentes en algunos países europeos. Esa batalla, esa guerra a muerte y sin cuartel que, de momento, se fragua en la derecha acabará librándose, ya ha empezado a hacerlo en parte, en la arena política y será una contienda entre la democracia y el autoritarismo.
César Luena
Diputado del Parlamento Europeo por España.