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¡El martes, todos a votar al Ateneo!


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Casi dos millones de euros de agujero económico. Sesenta socios menos de media cada mes. La cantina cerrada por un eterno e irracional conflicto con el concesionario. Actividades en muchos casos muy mediocres – con honrosas excepciones – que ha producido la potencial eliminación de la subvención de 150.000 euros de la Comunidad de Madrid y la reducción en otros 50.000 del Ayuntamiento. Una obra asfixiante y mal ejecutada que ha cerrado parcialmente nuestra otrora Docta Casa con un retraso de año y medio, dejando nuestro patrimonio maltrecho, nuestra biblioteca abandonada y nuestras salas con graves deficiencias. La irrelevancia cultural de la que fuera institución más importante de nuestras letras, nuestra ciencia y nuestras artes. Me limito a dar datos. Ese es el Ateneo que encontramos cuando hace dos años una decena de socios pensamos que esa institución no podía seguir languideciendo.

Luego, hace cuatro meses, tras un proceso electoral modélico, con una participación histórica y una mayoría contundente, varios cientos de socios, unos nuevos y otros veteranos,logramos que la ilusión y el cambio llegaran a la Junta de Gobierno. Desde que tomamos posesión, en junio, y con el verano en medio, hemos recuperado la cantina, hemos logrado mantener (en ello confiamos al menos) la subvención de la Comunidad de Madrid, estamos en conversaciones con otras autoridades, tratamos de agilizar la entrega de la obra y hemos logrado que haya cada mes no sesenta socios menos, sino 70 más. Ya contamos con algún patrocinio adicional, haremos un presupuesto realista y saneado por primera vez en años y el salón de actos ha vuelto a llenarse de música y de programas de un nivel creciente. Estamos organizando talleres, cátedras y nuestros debates y conversatorios del viernes con los que pretendemos que el Ateneo vuelva a marcar la agenda de la ciudad. Salvaremos de la decadencia a nuestra biblioteca y haremos que la casa reluzca como debe. Y hemos resuelto la anomalía de tener 18 empleados pero no un gerente que organice el trabajo al servicio de los socios. Lo logramos con la mayoría absoluta de los miembros de la Junta General.

Naturalmente, muchos de los que contribuyeron al declive del Ateneo se resisten a los cambios. Es compresible. Se trata de pocas decenas de socios conocidos por todos, que aprovechando el desgobierno de la institución y el envejecimiento y la progresiva ausencia de la mayoría, debieron pensar que el Ateneo era solo de ellos. Lo que cuento es muy conocido: juntas mensuales en las que había en los últimos años una participación de no más de 25 socios. Peleas y trifulcas espurias, llevadas incluso a los tribunales de Justicia.

Por todo ello es tan importante votar en las elecciones a las mesas de secciones del 26 de octubre. Las secciones del Ateneo, desde las que se programan actividades, son esenciales para la Casa y habría que devolverles el lustre perdido. Muchos de los nuevos socios no podrán votar porque esa veintena de socios, con sus estrategias de filibusterismo, amenaza y bloqueo, han logrado dilatar el ingreso de muchos socios que, aunque pagan como todos su cuota, no han sido ratificados a tiempo por la Junta General. Lo mismo sucede con las candidaturas, que exigen un año de antigüedad. Pero la llamada del Ateneo de Madrid es más fuerte que las trampas de algunos socios. La ilusión y el empeño de la mayoría de los socios y de la sociedad madrileña por devolverle la luz de sus mejores tiempos prevalecerá.

No hay nada que temer. El Ateneo recuperará con nosotros, con todos, el espíritu genuinamente democrático, abierto, plural y de excelencia de sus orígenes. Mantendremos la independencia, hoy en peligro por nuestras deudas y por la mala gestión. Pondremos la Casa al servicio de las socias y los socios. De todos, no solo de dos decenas. Recuperaremos la vitalidad y daremos estabilidad al Gobierno de la institución. Si para ello hay que modificar nuestro Reglamento, por ejemplo para adaptarlo a las normas de cumplimiento normativo que impone la ley, para fijar un código de comportamiento o para eliminar contradicciones e incoherencias, lo haremos. Solo podremos hacerlo con la mayoría de los socios, por supuesto.

En algo estoy de acuerdo con nuestros críticos, que son muy pocos pero muy ruidosos: hay que votar este martes día 26 para recuperar el Ateneo. Pero quienes pudieron recuperarlo, no solo no lo hicieron, sino que lo sumieron en la decadencia. Desde junio estamos luchando cada día por devolver la luz al Ateneo de Madrid y lo estamos logrando. Votar a las candidaturas del Grupo 1820 es mantener esa esperanza del cambio imprescindible que ya hemos puesto en marcha. Ganará la libertad, ganará la luz y ganará el Ateneo.

Llevo dos décadas trabajando en las bambalinas del poder político, económico y social. Ayudando a definir y aplicar estrategias. Soy sociólogo, profesor universitario y autor de El poder político en escena. Dirijo Asesores de Comunicación Pública, una consultora de artesanos de la comunicación que ayuda a contar mejor sus relatos a los líderes y las empresas y las organizaciones de cualquier parte del mundo; en sus relaciones con los medios, en sus discursos, en situaciones de crisis, en campaña electoral... El escenario, los actores, y también el público, se ven distintos desde la tramoya. Ahora soy además presidente del Ateneo de Madrid.