España metaversica
- Escrito por Antonio F. Alaminos
- Publicado en Opinión
En España retrocede la libertad de prensa. Es el titular. Después usted lee el informe de Reporteros Sin Fronteras y su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa y nos dicen lo que sabemos: el deterioro de la libertad de prensa tiene que ver con la industria de la comunicación y sus perversiones; así, la excesiva concentración en manos privadas de los medios, la desinformación donde “la polarización mediática e ideológica y el exceso de opinión con que los medios de comunicación riegan muchas de sus informaciones”. Los medios ya no informan, deforman la realidad siguiendo aquello que más beneficia a sus intereses. Es lo que los liberales llaman “se autorregula”. Y tanto que se autorregula, a su beneficio y conveniencia. Muchas de las empresas que poseen los medios de comunicación en España están interesadas en que gobierne la derecha. En una campaña continua, acomodando la información a su opinión. Y claro que eso amenaza la calidad democrática.
Que la mayoría de los españoles piensen que en su vida cotidiana les van bien las cosas y, contra toda experiencia, en mayoría crean que a España le va mal, tiene todo que ver con la imagen, con la realidad virtual, que fabrica la fábrica de opinión que comercializa a la derecha. Era el mantra mediático de Aznar “España va bien” y que entra en inversión cuando gobierna la izquierda: “España va mal”. Y da igual que Mañueco vendiera que Castilla y León iba de lujo, y que Moreno Bonilla afirme que Andalucía va como una locomotora. O Madrid es el no va más de la libertad según la ínclita. Y me pregunto yo ¿cómo pueden ir las autonomías tan bien y España tan mal? ¿los que habitan la autonomía no viven en España?
La respuesta está en la sociedad de la información. Las desinformaciones y manipulaciones de los medios claramente no son el reflejo de la sociedad. Por el contrario, acuñan (teoría del cultivo) una nueva realidad, una percepción, a la medida de sus intereses particulares. Por ello, la mayoría de los españoles opinan que a ellos les va bien, y la mayoría de los españoles opinan que a España le va mal. Los medios han construido otra España imaginaria, paralela a la sociedad española, en la que pintan todos los odios, todos los miedos, todos sus deseos de más poder. Una España metavérsica donde los ciudadanos experimentan la inmersión en la realidad virtual de las catástrofes ajenas. La paradoja es que los españoles, llegados a elecciones, voten a la España metavérsica en lugar de la que habitan. La gestión mejor o peor se diluye, pues no traspasa a la sociedad virtual. La opinión publicada se ha convertido en el nuevo opio del pueblo (por citar tradición). Lo cierto es que muy pocos medios de comunicación se podrían catalogar hoy en día en el apartado de “no ficción”.
En cierto modo, el metaverso cortocircuita la distinción entre voto racional (según la evaluación de la propia realidad) y el voto irracional (según la ideología). En la medida que el metaverso español, el envés de su trama, es opinión trasmutada en información, la ideología se vuelve funcionalmente “conocimiento” de la realidad. No son las pasiones, son las “informaciones” y con ello el autoconvencimiento y reafirmación en el simulacro de voto racional. No se vota PP o Vox por ser ideológicamente de derechas. Es que la realidad catastrófica metavérsica lo justifica racionalmente. Un voto ideologizado cargado de razones virtuales es el objetivo. Ya saben, ‘Así se las ponían a Fernando VII’ y así se las ponen las empresas de comunicación más conservadoras a Feijóo.
Unas últimas palabras para los trabajadores precarios, mal pagados y en vilo que construyen a base de páginas y titulares ese metaverso paralelo (según el informe con el que empezábamos). Los periodistas con criterio y deseos de respetar su profesión, diferenciando entre información y opinión, lo tienen muy difícil. Prolifera la plaga de los cantamañanas, plañideros y meritorios que se esfuerzan en dar la mejor nota esperando que dios y la empresa les pague por apagar la información, y mejor si es con extintores hechos de insultos en seco. Afirma el informe que los trabajadores precarios son muy vulnerables a la presión de los editores tanto en la selección, en ocasiones incluso creación, de noticias (agenda) como en el enfoque (marco) de lo que cuentan. En mi caso tengo una palabra clave para diferenciar entre medios. Si el medio de comunicación en algún momento o titular introduce la palabra “ahora” (“X dice ahora”, por ejemplo) es casi con total seguridad un creador de realidades virtuales y máster de la España metavérsica. Pruebe y verá cómo funciona.
Antonio F. Alaminos
Catedrático de Sociología Matemática.