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La derecha desenfadada o como queda demostrado


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Ilustración de Fito Vázquez Ilustración de Fito Vázquez

Son bromas de la vida. Tras la denuncia del presidente de la presión que ejercen los grupos de interés corporativo para derrocar al gobierno y poner en su lugar a otro partido más afín a sus intereses, el diario El mundo publica en su versión digital la noticia clave “¿Dónde coloco los huevos en la nevera?”.

Debemos entender que así responde subliminalmente, dado que ninguna terminal mediática se hace eco de la denuncia. Y digo ninguna. El viernes 1 de julio las versiones digitales que están trabajando en ello, callan.

Eso sí, como un medio de opinión si se calla revienta, dedican días posteriores a justificarse con más descalificaciones. Un quien se excusa (en forma y manera de atacar al denunciante) se acusa. Es difícil encontrar mayor prueba de que es cierto lo denunciado.

Las terminales mediáticas, ante una noticia de calado como es que determinados grupos de presión organizan una campaña de difamación para influir en la opinión pública y colocar un partido afín a sus privilegios, no tienen nada que decir, con lo que todo está dicho.

Quizás, de tener éxito, después escriban libros contando su experiencia a lo Pedro J. Ramírez y otros, como se analiza en el artículo de Alaminos y Penalva (2010). Nada nuevo. Entonces ganaron y ahora vuelven a por más y esperan que mejor.

Todo hay que decirlo, es una campaña que reproduce punto por punto la de principios de los 90 y parte de esa estrategia incluye la promoción de individuos “que van en romería con la cofradía del santo reproche” (según definición de Sabina); para ello arco en ristre juegan a mover la manzana de sitio.

En la foto de papel, la manzana ya está clavada en la flecha antes de lanzar. Una manzana que horas más tarde desaparece digitalmente y termina en la diana clavada. Que es un emplazamiento publicitario lo demuestra el mover la manzana.

No fue la mano invisible de la fuerza de la gravedad actuando sobre la manzana. Fue la mano visible de un publicista descontento con su resultado, que enseña el truco contenido en el trato. No es la fuerza de la gravedad de un cambio de ciclo la que mueve escaños a “punta pala”.

Es la misma mano que calla el 1 de julio y menea manzanas sin hacer sidra. En fin. Visto lo leído corresponde hacer como los medios de comunicación de opinión ante la denuncia de montajes para condicionar la opinión pública. La única verdad tras la publicidad es que responde a unos intereses. Pues vale.

Llega el verano y todo es uno en este silencio ambientado por Johnny Infalible y su orquesta de percusión Twittera. Ya cansan, con tanta potencia de aspiración cuando se les ve el plumero en la mano. Y sin embargo algo se mueve. Ya le digo.

Los votantes pródigos del PP que vuelven a casa una vez desenfadados (segunda acepción). Es más, vuelven muy enfadados con la inutilidad de Ciudadanos. Ha sido un viaje de ida y vuelta, casi catártico.

Las muchedumbres de votantes del PP molestos con la corrupción y decepcionados con las promesas de 2011, que tras vagar por el desierto ideológico de Ciudadanos vuelve a casa. Para ello necesitaban un PP desenfadado, y lo han encontrado al desaparecer el enfadado Casado.

El otro desenfado (primera acepción RAE) llegará del votante Vox; Vox habita una paradoja: ser fachas desfachados (“Sus insultos son galones en mi pecho” afirmó Olona). Y esa desfachatez es muy “soy pepero de pico y barrena” que nada le espanta. Menudo petardazo las rentas medias de más de 100000 euros de Ayuso.

Otra desenfadada de puertas abiertas al votante Vox. Son votantes que reconocen desenfadadamente ser racistas, xenófobos, aporofóbicos y liberales. Esos volverán a colgar sus nidos en los balcones del PP, un partido de amplio espectro que incluye todo tipo de fantasmadas.

Y en la venta del gato por liebre, se publicita en todas las esquinas la idea de que el votante socialista trasfiere su voto al PP. Es tan transparente. De ser así, el PP esta en el centro geográfico. Es tan moderado y desenfadado que hasta los votantes de izquierdas le votan.

Esa idea sí que es un gran acelerador de hadrones hacia el centro. Y la van a ordeñar hasta secar cerebros. En Andalucía de darse algo fue voto dual, de quita y pon, y lo saben. Más aun, las matrices de transferencia en estos tiempos están cargadas como dados de tahúr.

¿Qué validez contienen las transferencias con los recuerdos recargados (distorsionados)? Otra vez me olvidé que los medios de opinión no van de análisis, van de opinión camuflados de ciencia numérica, una erótica mental con mucha política y muy poco seso. Eso sí puedo afirmar.

En ese negocio de trileros mediáticos cada vez quedan menos ignorantes útiles. Hace pocos años eran muchos más. Ahora la mayoría pasan por caja (de dineros o de promesas) para colocar los emplazamientos publicitarios tipo “la mayoría de los dentistas lo recomiendan” o “el votante socialista vota conservador”.

La frase la escribió el ABC hace unas semanas: “el consenso demoscópico”. Para los “callados” ahora la demoscopia no es estadística, es la puesta en común de las estimaciones persiguiendo el bien con un o de un o para un.

Una intencionalidad “callada” que sirve tanto para apuntalar como para dar palos.

 

Catedrático de Sociología Matemática.