De las llamas de Agosto al otoño caliente
- Escrito por Gaspar Llamazares Trigo
- Publicado en Opinión
Continúan agravándose los efectos del cambio climático con fenómenos extremos como las interminables olas de calor, los incendios explosivos y últimamente las lluvias torrenciales. Es la demostración palpable de que estamos en la época de las catástrofes que se inició con la pandemia, siguió con la guerra y ahora con los fenómenos climáticos extremos de lo que ya han pasado a ser una emergencia climática.
En esta época de catástrofes y de políticas de emergencia el Congreso acaba de convalidar en el real decreto de ahorro y eficiencia energética aprobado por el gobierno, con el espaldarazo del reglamento comunitario, del plan alemán y el anuncio de planes de ahorro similares sino idénticos en toda Europa. Con ello, en contra de la campaña de la derecha sobre su supuesta fragilidad, el gobierno ha vuelto a demostrar, al margen de los ruidos y las tensiones de última hora, su unidad y su fortaleza parlamentaria, tanto para la concertación social como en relación a la consolidación de la mayoría parlamentaria de investidura en el pleno extraordinario de finales de este mes de Agosto, reafirmando también así la capacidad de iniciativa demostrada en el reciente debate del estado de la nación.
Aunque, el contenido del real decreto sea bastante más que las medidas de ahorro y eficiencia energética, ya que éstas apenas ocupan apenas el diez por ciento del total. Un real decreto que incorpora además lo que es en realidad el tercer paquete de medidas sociales y sectoriales frente a la escalada inflacionista provocada por la restricción del gas ruso como consecuencia de la invasión y la guerra de Ucrania.
Finalmente la convalidación del real decreto, a pesar de haber sido necesaria su tramitación como proyecto de ley, consolida y en algunos casos amplía la mayoría parlamentaria de investidura y con ello orienta la próxima mayoría presupuestaria, prefigurando si se supera el ruido interno una mayoría parlamentaria y un gobierno estable hasta el final de la legislatura. La paradoja es que, a pesar de todo esto, las encuestas continúan premiando el trampantojo de la mezcla de la apariencia de moderación y seguridad de buen gestor frente a la oposición del agitador político del negacionismo que representa Núñez Feijóo, el actual candidato del PP. Además, una parte de los votantes han asumido el relato de que todos los males económicos y políticos que se vienen sucediendo desde la pandemia se deben a las deficiencias de gestión, la desunión de la izquierda y las alianzas con los independentistas, sin tener en cuenta ni sus causas globales o internacionales ni las múltiples medidas sociales adoptadas para reducir su impacto.
Sin embargo, el principal error de Núñez Feijóo ha sido aparecer de nuevo después del verano con el estigma del negacionismo, eso sí vestido de moderación cuando no de victimismo ante las correspondientes críticas del gobierno. Después del pacto fallido sobre el Tribunal Constitucional y el CGPJ, la renuncia de Feijóo al reconocimiento de sus obligaciones con la Constitución y con lo pactado muestra más que una intención de negociar desde cero por parte de su nueva dirección, que no solo no hay coherencia y lealtad con lo pactado, sino ninguna voluntad de negociación.
Es verdad que la dirección del PP aparece condicionada por la radicalidad extrema de la presidenta Comunidad de Madrid y enredada en su rechazo a la herencia de los pactos sobre la renovación de los órganos constitucionales de su predecesor Pablo Casado, pero asumiendo voluntariamente el falso relato trumpista de Isabel Ayuso sobre las componendas de la dirección de Casado con la Moncloa. Por contra, el gobierno de Castilla y León y su coalición con la ultraderecha sí que ha formado parte de una herencia asumida conscientemente por Núñez Feijóo.
El problema no es pues la renuncia a la herencia recibida de Casado ni su dependencia de la radicalidad de Ayuso, sino que mientras Feijóo se identifica con la herencia de la estrategia de oposición obstruccionista y el tándem con la ultraderecha, sin embargo no lo hace ni con los gestos frente a la corrupción ni con los compromisos para la renovación de las instituciones.
El nuevo PP se suma también a la oposición populista al uso del Falcon o de las vacaciones de los ministros del gobierno, que corre en paralelo con el machismo y el puritanismo hipócrita esgrimidos frente al baile de la ministra finlandesa. En definitiva, se trata de una estrategia oposición de tándem con el populismo y el negacionismo, aunque con el trampantojo propagandístico de la moderación. Se alinean de un lado los populismos, la polarización en la oposición y los medios de comunicación conservadores y de otra parte el estrecho margen de la política del gobierno en el contexto internacional, sus dificultades de comunicación y el consiguiente desgaste en la gestión de las catástrofes.
Entre tanto, Ciudadanos, inmerso en la desorientación de fin de ciclo, se precipita hacia la insignificancia de la mano del bajo perfil de la ultraderecha, que a principios del curso político se reafirma en su antagonismo nacionalpopulista y distancia sideral del gobierno de coalición. Por otra parte, el gobierno culmina el bloque de reformas sociolaborales post pandemia después de la reforma laboral en un marco de concertación social, con el estatuto del trabajador autónomo y la ley que garantiza el compromiso presupuestario y la calidad del empleo de nuestros investigadores, con una amplia mayoría, logrando incluso arrastrar al sí incluso al propio partido popular. No así a Ciudadanos y a la ultraderecha.
Asimismo, el gobierno avanza en los compromisos del feminismo, la libertad sexual y la igualdad de genero con la ley del consentimiento o del solo sí es sí en las relaciones sexuales. Otro progreso indudable en la igualdad de género con el movimiento feminista como impulsor de los cambios y las derechas alineadas en su contra.
En relación a la escalada de la inflación, ésta se consolida en la Unión Europea lo que obligará en este otoño a nuevas medidas en Europa sobre la subida de los tipos de interés y sobre el cambio en el método marginalista de cálculo de los precios de la energía, así como más en concreto en España sobre los criterios de cálculo de la tarifa regulada.
Queda pendiente la próxima revalorización del salario mínimo, en la línea de la ya comprometida para las pensiones, aunque de nuevo sin el acuerdo de los empresarios. al igual que parece mucho más difícil el acuerdo confederal con los empresarios, en materia salarial y el tan mencionado como bloqueado pacto de rentas, debido al rechazo desde mayo de la patronal a cualquier cláusula de revalorización salarial.
Tanto los sindicatos como los partidos del gobierno han anunciado los unos movilizaciones sociales y los otros una mayor presencia en la calle.
Los sindicatos para presionar a los empresarios en favor de la negociación colectiva y la revalorización de los salarios, que hoy suponen ya una pérdida de más de ocho puntos de poder adquisitivo, y por parte de los partidos de la coalición de gobierno para explicar las medidas de los decretos que han aprobado para hacer frente a la inflación. Se prevé un otoño caliente.
Entre tanto, el presidente del gobierno relanza la agenda de España como interlocutor privilegiado de la izquierda que después de años retorna a los gobiernos en latinoamérica. Finalmente la guerra de Ucrania se estanca y al tiempo se extrema la polarización interna en los EEUU. La guerra sigue y avanza también el proceso de una nueva división bipolar del mundo y hacia una nueva guerra fría con el riesgo nuclear de fondo. Por otro lado el expresidente Trump, vuelve a mostrar hasta qué punto sigue siendo una amenaza para la democracia y se pone en evidencia la absorción del partido republicano por el trumpismo.
Queda por ver si las instituciones judiciales y parlamentarias estarán o no a la altura del desafío y si deciden descalificar al golpista.
Gaspar Llamazares Trigo
Médico de formación, fue Coordinador General de Izquierda Unida hasta 2008, diputado por Asturias y Madrid en las Cortes Generales de 2000 a 2015.