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Cada vez menos y peor avenidos


(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

Las cifras de la Diada catalana independentista de 2022 no dejan lugar a dudas. La manifestación del domingo pasará a la historia local como la confirmación del declive de la capacidad movilizadora del independentismo, tras el fracaso del procés, la pandemia de COVID-19 y la crisis energética global.

Esta ha sido, además, la Diada del distanciamiento "de la calle" independentista respecto a la política institucional realizada por sus partidos; la Diada del cruce de insultos entre organizaciones y dirigentes independentistas; y en fin, la Diada del desengaño generalizado entre los independentistas de a pie.

Las cifras son elocuentes.

En la mañana del 11 de septiembre, apenas 800 personas se concentraron ante el Ayuntamiento de Girona, centro neurálgico del secesionismo catalán de pata negra. En años anteriores se juntaban allí decenas de miles de entusiastas.

En Barcelona, los antaño famosos CDR (en los que participa la familia del ex presidente Joaquim Torra), apenas reunieron 300 individuos en la plaza Urquinaona. Que se sepa, esta vez dejaron en paz el AVE, el aeropuerto del Prat, las autopistas, y hasta la martirizada por ellos Avenida Meridiana.

Arran, una de las marcas blancas de la CUP para la práctica del "terrorismo de baja intensidad", intentó reverdecer las algaradas incendiarias de 2019 y llamaron a asediar, una vez más, la Jefatura de Policía de Via Laietana. Lo cierto es que fueron apenas un par de centenares de "pijoborrokas" los que acudieron a la convocatoria. No hubo incidentes, al haber desplegados más antidisturbios que ardientes patriotas.

La manifestación de la tarde por el centro de Barcelona, convocada este año por ANC y dirigida contra los partidos independentistas, especialmente en contra de ERC y su apuesta por el diálogo con el Gobierno español, movilizó según Guardia Urbana a 150.000 personas, y según la ANC, a 700.000. Ambas son cifras disparatadas, por sobredimensionadas.

La propia ANC informó de que habían llegado a Barcelona 240 autocares con manifestantes de fuera de la ciudad. Docenas de autocares estuvieron aparcados en la calle Aragón durante todo el día, luego de haber trasladado manifestantes de la Catalunya profunda a la ciudad. Ahora bien, considerando que cada autocar tuviera 50 plazas y todos se hubieran llenado, da una cifra de unos 12.000 manifestantes transportados por ese medio. Habría que sumarles, siendo muy generosos, quizá otros 10.000 desplazados por otros medios (coche, tren), y acaso otros 20.000 o 30.000 más residentes en la capital catalana, y tendríamos una cifra más aproximada a la realidad: en la Diada independentista de 2022 se han juntado alrededor de 50.000 manifestantes, como mucho.

Contrastan estas cifras con el apoyo electoral, 1.800.000 votos, que vienen recibiendo los partidos independentistas de modo sostenido en las elecciones autonómicas catalanas desde hace una década, aunque en las últimas, celebradas en 2021 -y ganadas por el PSC en escaños y en voto popular- se detectara por primera vez un claro aumento de la abstención en ese sector del electorado.

En resumen, el independentismo catalán mantiene su fuerza electoral casi intacta, pero pierde de modo palmario capacidad movilizadora en la calle, que ha vuelto a las cifras anteriores al arranque del procés (2011), al tiempo que el bloque político y social secesionista se va llenando de grietas, y comienzan a menudear los abandonos de muy significados dirigentes de la etapa recién vivida.

Escritor. Ha publicado varios libros sobre literatura de viajes, investigación en historia local y memoria colectiva contemporánea. Algunos de sus títulos son “Un castillo en la niebla. Tras las huellas del deportado Mariano Carilla Albalá” (sobre la deportación de republicanos españoles a los campos de exterminio nazis), “Las cenizas del sueño eterno. Lanaja, 1936-1948. Guerra, postguerra y represión franquista en el Aragón rural” (sobre la represión franquista), y la novela “El cierzo y las luces” (sobre la Ilustración y el siglo XVIII).

En 2022 ha publicado “Una quimera burguesa. De la nación fabulada al Estado imposible” (una aproximación crítica al independentismo catalán).

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