Las políticas sociales y fiscales en tiempos de crisis
- Escrito por Carlos Berzosa
- Publicado en Opinión
El gobierno de coalición, el primero desde la restauración de la democracia en 1977, ha tenido ante sí desafíos inesperados que le han obligado a tomar decisiones sobre la marcha, que le obligaron a desviarse del acuerdo de gobierno firmado, para afrontar situaciones de emergencia. Aun así ha salido bien parado de tantas desgracias que han tenido lugar en estos años.
Entre tantos hechos adversos ha habido dos graves crisis. En primer lugar, la pandemia, que tuvo que hacer frente en unas circunstancias complicadas con un sistema de sanidad público debilitado como consecuencia de las nefastas políticas de austeridad llevadas a cabo por el PP. En segundo lugar, la creciente inflación provocada en gran parte por la guerra de Rusia y Ucrania. Por si fuera, poco catástrofes naturales como el volcán de La Palma, la ‘Filomena’ y los terribles incendios que han tenido lugar en este verano tan caluroso.
Los trabajadores y empleados deben saber que este gobierno, en un contexto muy complejo e incierto, ha defendido sus derechos mientras que el PP se los ha negado
Ante tantas desgracias, a la hora de hacer un balance de la situación considero que éste sale positivo para el Gobierno, a pesar de que se hayan cometido errores y haya habido limitaciones e improvisaciones. Pero ha habido de todos modos decisiones que han sido muy eficaces para evitar males mayores. Entre los grandes aciertos han estado: los ERTE, el ingreso mínimo vital, el aumento del salario mínimo, la ley de la reforma laboral, la aprobación de los prepuestos y el gasto público expansivo, si bien éste autorizado por la Unión Europea (UE) y posibilitado a su vez por los fondos habilitados por esta institución para hacer frente a un situación de extrema gravedad.
Los ERTE, por ejemplo, han servido para salvar a muchas empresas y preservado el empleo para millones de trabajadores. De no haber sido por esta medida la catástrofe económica y social hubiera sido de unas dimensiones inimaginables. Además, gracias a los ERTE se consiguió una importante recuperación de la economía española tras pasar lo peor de la pandemia. Proceso que se ha interrumpido en parte por la guerra de Rusia y Ucrania. Una de cuyas consecuencias más negativas está siendo la inflación, que a su vez también viene provocada por la pandemia que cerró la actividad productiva y distribución, y que aún sigue tratando de recuperase.
Las políticas sociales y fiscales han sido determinantes para evitar un derrumbamiento de la economía y lograr defender a los más vulnerables ante una situación nueva e inesperada. El Gobierno, además, ha tenido que hacer frente a todo esto con una oposición irresponsable que ha tratado de poner todos los palos que pudiera en las ruedas para que el gobierno de coalición cayera. El Gobierno, no obstante, ha demostrado una gran capacidad de resistencia ante los infundios, insultos, y descalificaciones recibidas en sede parlamentaria y en determinados medios de comunicación. Mucho ruido que ha tratado de ocultar las cosas buenas que se estaban haciendo. Todo este proceso ha puesto enfrente a un Gobierno responsable frente a una oposición irresponsable.
El ruido mediático y político ha impedido que en lugar de juzgar el contenido de las medidas se haya puesto el acento en los grupos que las apoyaban. Los trabajadores y empleados deben saber que este gobierno, en un contexto muy complejo e incierto, ha defendido sus derechos mientras que el PP se los ha negado. No solamente ha votado ‘no’ a todas las medidas de defensa de los derechos sociales, sino que se alegraba de que no salieran. Es lo que sucedió cuando la presidenta del Parlamento anunció que la ley de reforma laboral no se aprobaba. En ese momentos los grupos de la derecha irrumpieron en grandes aplausos y vítores dejando al descubierto lo que son realmente: enemigos de los avances en los derechos laborales. La alegría les duró unos pocos minutos. Estas cosas son las que realmente importan y las que hay que tener en cuenta a la hora del voto, pues además no sólo afectan a los directamente implicados, sino a gran parte de la ciudadanía debido a que todos tenemos familia y amigos.
Carlos Berzosa
Catedrático emérito Universidad Complutense.