¿Candidato a presidente o jefe de la oposición?
Pocas veces se ve en la vida política un fenómeno tan curioso y hasta esquizofrénico en el que un mismo político quiere jugar dos papeles antagónicos. Pocas veces ocurre, de modo que hay que fijarse con mucha atención en la conducta de Núñez Feijóo cuando le veremos, con muy pocas horas de diferencia, desempeñar el papel de líder de la protesta callejera y a continuación, casi sin cambiarse de ropa, acudir al Congreso de los Diputados para transformase en candidato a Presidente del Gobierno. Se me dirá, con razón, que todo líder de la oposición que se precie quiere ser Presidente del Gobierno y para ello moviliza a su partido para convencer de sus cualidades gubernamentales al cuerpo electoral. Ello es cierto, pero el papel de líder de la posición se inicia DESPUÉS de que un Parlamento otorgue su confianza a un candidato; es decir, se trata de una secuencia temporal en la que el Parlamento otorga la confianza a un candidato y a continuación otro líder de otro partido, al constatar que no ha sido elegido presidente del Gobierno, se erige en líder de la oposición. Pero, no es usual que una figura política practique ambos roles con muy pocas horas de diferencia.
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