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Homenaje al ejemplo de Jacques Delors en el Ateneo de Madrid


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Organizado por la Agrupación Ateneística Agustín Argüelles y las Secciones Ateneísticas de Filosofía y Salud, hemos celebrado el pasado 22 de enero, en el histórico y señorial Salón de Plenos del Ateneo de Madrid, un homenaje al político francés Jacques Delors, que con sus 96 años sigue siendo un referente clave de la construcción europea.

El acto fue inaugurado por Antonio Chazarra, Presidente de la Sección de Filosofía del Ateneo, que destacó en Delors, entre otras cuestiones, su visión de un horizonte federal, su papel en el programa Erasmus y, cuando dejó la Comisión, su informe “La educación encierra un tesoro”. Elogió su decidido empeño para conseguir más competencias para el Parlamento europeo y dar a luz una Constitución europea.

A continuación, José Antonio García Regueiro, Presidente de la Sección de Ciencias Jurídicas y Políticas del Ateneo y de la Agrupación Agustín Argüelles, presentó el acto y a los intervinientes, que fueron Carmen Barahona, Luis de Benito, Carlos Carnero, Jesús Gallego y Enrique Barón. Antes de las intervenciones, se leyó un escrito de Cristina Narbona sumándose a este homenaje y recordando la influencia que en ella siempre ha tenido Delors para su hacer político.

Resumiendo los diversos aspectos tratados, se recordó el homenaje que también se hizo en el Ateneo a Manuel Marín, otra figura española que tuvo una especial importancia en la construcción europea, especialmente en la entrada de España en las comunidades europeas (Carlos Carnero), se calificó a Delors como ciudadano de honor de Europa, y se subrayó que se movió siempre en el marco de la defensa de la democracia y de los derechos humanos (Carmen Barahona); se explicó la compatibilidad de su sindicalismo cristiano cuando era trabajador en el Banco de Francia en los años cuarenta, con sus convicciones socialistas, las cuales fueron tomando más fuerza con el paso de los años (Jesús Gallego); se recordó la importancia de sus buenas relaciones con Francois Miterrand y Helmut Kohl y su anuncio, en enero de 1985, de que procedería a reclamar la supresión de todas las fronteras internas de la comunidad europea, iniciativa que seis meses después dio lugar al llamado “libro blanco”, así como que para Delors ya no cabía esperar todo del Estado pues abogaba por un socialismo donde tuviera especial relevancia la iniciativa individual (Luis de Benito).

Clausuró el homenaje Enrique Barón, ex Presidente del Parlamento Europeo, que habló de Delors como amigo, como responsable y como militante, y comunicó al auditorio que le había transmitido, a través de una persona de confianza, que se estaba celebrando este homenaje. Destacó su sensibilidad hacia todo lo español pues, entre otras razones, estuvo casado con una vasco francesa. En este camino de consolidación de Europa subrayó que los objetivos de la “Conferencia sobre el futuro de Europa” se están ya haciendo realidad con los esfuerzos de coordinación y solidaridad de la Unión Europea frente a la pandemia. Concluyó diciendo, como el poeta, que Delors se fue de su cargo ligero de equipaje.

Como sabéis, desde la Agrupación Ateneística Agustín Argüelles siempre hemos procurado trasladar la importancia de una Europa unida que refuerce los valores de la democracia dentro y fuera de sus fronteras. Para ello es preciso salir de un laberinto de intereses mediante un camino claro y firme, de tal forma que no nos detengamos ante ninguna dificultad sea cual sea su naturaleza. En este sentido, Delors pronto se dio cuenta de que la mayoría de las medidas que se iban tomando desde las instituciones europeas eran paliativos provisionales que no nos libraban de los peligros principales y que había que establecer unas bases nuevas más sólidas.

Fue decisiva su perseverancia para no dejarse desanimar por las obstinadas resistencias de los Estados a ir cediendo soberanía. Apreció con agudeza que era urgente evitar este peligroso renacer de los nacionalismos basados en políticas que sólo se veían cómodas cediendo en cuestiones comerciales pero no políticas y de derechos humanos. Por ello, abrazó con ardor una visión europeísta que comprendiera lo político, trascendiendo lo económico.

La reciente salida del Reino Unido de la Unión Europea nos indica que no estaba equivocado Delors sobre los peligros que encierran determinados discursos de fuerzas reaccionarias europeas que recuerdan al “América Primero” del ex Presidente Trump. Sus eslóganes simples, que exaltan un nacionalismo excluyente de las demás culturas, seguirán calando con facilidad en determinados sectores sociales si Europa no sabe satisfacer las justas demandas de sus ciudadanos. Para ello la política debe prevalecer frente a la macroeconomía.

En conclusión, frente a estos peligros la trayectoria vital y política de Delors debe ser un ejemplo a seguir por todos nosotros.