Con cierta frecuencia interpretamos la realidad reduciéndola para tratar de hacerla asequible y comprensible, manejable a nuestro entendimiento y solemos recurrir a reducir su comprensión a elementos sencillos lo que es un sesgo reiterado y que, con frecuencia complica las cosas, nos lleva a conclusiones erróneas e incluso nos puede llevar a cometer importantes errores e injusticias.
Estas interpretaciones frecuentes se ven hoy incentivadas por una forma de ver la realidad muy de acuerdo con el neoliberalismo moderno que es mucho más que una propuesta de sistema económico y se centra especialmente en construir marcos de interpretación de la realidad que sean favorables a un mundo de competencia continuada y sin freno en todos los ámbitos de la vida.
De esta manera se plantea que todo empieza y termina en el individuo y que el principal de los problemas tiene que ver con cómo el afronta las cosas y que se puede cambiar la forma de ver las cosas y entonces cambian las cosas, en este terreno se culpa a la persona de su vulnerabilidad o de sus necesidades o de sus problemas, parece que es el único universo de explicación y de realidad. Un terreno y una forma de ver las cosas tan reduccionista como peligrosa pues re victimiza a la persona sobrecargándola de responsabilidades que no le corresponden.
Hay un contexto, hay una realidad que muchas veces es injusta, y responder a ella no puede ser quedarse en cambiar la forma de ver las cosas para llevarlo mejor o auto responsabilizarse de lo que ocurre porque las cosas son, primero mucho más complejas y, en segundo lugar, mucho más injustas que esta visión. Hay que cambiar los contextos y poner el foco en que muchas veces la responsabilidad de lo que ocurre está en un contexto, lo enfermo no es el sujeto sino su contexto y lo que hay que tratar es precisamente ese entorno y no a la persona que es víctima de lo que le rodea. De nada sirve sonreír o ver la realidad desde una perspectiva más amable si la realidad es injusta.
A veces da la impresión que es hasta una burla de las personas y su sufrimiento; es como si les dijésemos: te están explotando, pero sonríe y cambia tu actitud, acepta y ve las cosas de otra manera como una oportunidad o me despiden y eso es una oportunidad de cambio.
No, las cosas no se explican solo por elementos psicológicos o individuales, el sujeto siempre está en un contexto, y es el contexto el que explica en gran parte que le pasa, cuando diagnosticamos o establecemos que cosas hay que cambiar hay que hablar de las personas, sí por supuesto, y contar con ellas, pero también de las circunstancias y los elementos que las rodean o estaremos una y otra vez cayendo no solo en sesgos de interpretación sino también y, además en situaciones tremendamente injustas que buscan legitimar la desigualdad, y que las victimas asuman pasivamente y con indolencia lo que les ocurre para que no se rebelen y las cosas cambien; lo mismo que ocurre cuando se habla de que cada uno sea su propio sindicato o su propio partido.