Consejeros áulicos, consejeros secretos
Los consejeros áulicos son aquellas personas, poco conocidas del gran público, que asesoran a Jefes de Estado o mandatarios del más alto rango. Se trata de individuos, generalmente varones, inmersos con discreción en la vida civil o militar. Suelen verse acreditados ante el poder bien por capricho, afección o consaguinidad con el poderoso, bien por dominar algunos ámbitos del conocimiento que son considerados necesarios para la buena gobernación. La función de los consejeros áulicos consiste en informarse a través de los órganos de información del Estado, servicios diplomáticos o de Inteligencia, ponderar la información recibida y, con ella, asesorar al mandatario. En ocasiones, reciben encomiendas plenipotenciarias para culminar misiones secretas o muy reservadas ante otros Estados. Pero hay otra función más importante, si cabe. Ellos son los muñidores de la razón de Estado, la pauta suprema por la que los Estados se rigen. Es decir, aquel núcleo de principios tendentes a mantener en todo momento al Estado en la integridad territorial y en el tiempo histórico en el que vive. La acción de Gobierno, que ocupa un nivel inferior respecto a la del Estado, ha de atenerse a aquella razón estatal crucial porque, de no atenerse a ella, el daño causado al Estado puede ser letal.
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