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José Félix Tezanos

El pesimismo nacional

(Tiempo de lectura: 5 - 10 minutos)

Los españoles tenemos una larga tradición en la práctica del pesimismo nacional. Desde el desastre del 98, la conciencia del colapso del viejo imperio se ha vivido con una cierta delectación en las negatividades, exaltando los pesimismos de aquellos intelectuales agoreros a los que hemos tratado con orgullo. Sobre todo, a la generación del 98”, a la que siguieron otros intelectuales también dados a entender a “España como problema”, o a lamentarse de las “dos Españas”. Una de las cuales estaba destinada a “helarnos el corazón”, según la rima-profecía de Antonio Machado.

Políticos y apolíticos

(Tiempo de lectura: 5 - 10 minutos)

Uno de los recuerdos de mi infancia me sitúa escuchando por la radio uno de los discursos de Franco. Aunque en este aspecto mis recuerdos son vagos, parece que el régimen de Franco había sido objeto “de críticas” -decían ellos- en esferas internacionales, por lo que el gobierno había convocado una manifestación patriótica en la Plaza de Oriente, en la que el dictador afirmó solemnemente: “Esos que nos critican son unos... (pausa) políticoooooos”, concluía subiendo el volumen de su voz. Palabras que eran seguidas por lo que en las ondas de la radio parecía una mezcla de rugido y ovación abrumadora.

Ciclos políticos y ciclotimias electorales

(Tiempo de lectura: 5 - 10 minutos)

Cualquier estudioso de las dinámicas polí- ticas en las democracias de nuestra era puede identificar perfectamente los diferentes ciclos políticos que se dan con el transcurso del tiempo.

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Las políticas de Putin y los límites del poder ruso

(Tiempo de lectura: 6 - 11 minutos)

La opinión pública está viviendo un clima de continua agitación. No solo estamos ante dinámicas de alta preocupación, sino que los propios elementos de inquietud se acumulan unos con otros, dando lugar a auténticas tormentas críticas.

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Los cuatro pilares de la socialdemocracia del siglo XXI

(Tiempo de lectura: 7 - 14 minutos)

El Partido Socialista Obrero Español, desde su fundación (hace 143 años), recogió en sus propias siglas sus grandes pilares de referencia: los ideales emancipadores del socialismo, por un lado, y la representación y defensa de las clases obreras y trabajadoras, por otro, en su conexión mutua. Lo cual implicaba un enraizamiento bien concreto en las sociedades de aquellos momentos.

Encrucijada político-preelectoral

(Tiempo de lectura: 5 - 10 minutos)

Aunque aún queda un año y medio para el final de la XIV Legislatura del actual ciclo democrático español –es decir, poco menos de la mitad–, algunos empiezan a debatir la situación actual con enfoques netamente preelectorales. En realidad, nos encontramos ante una encrucijada político-electoral compleja y abierta que aún no permite aventurar, con un mínimo de seguridad, cómo se orientará la vida política y social española después de las próximas elecciones legislativas. Elecciones que plausiblemente tendrán lugar a finales de 2023, cuando se cumplan cuatro años de las celebradas el 10 de noviembre de 2019, en un semestre en el que le corresponderá a España la Presidencia rotatoria de la Unión Europea.

Nuevos enfoques ante nuevos retos y dilemas

(Tiempo de lectura: 5 - 10 minutos)

En las sociedades de nuestro tiempo el pulso de la calle se encuentra alborotado. Y no faltan razones para ello. Hay que tener en cuenta que estamos ante circunstancias y problemas de alta intensidad, que suscitan preocupaciones e incertidumbres y se traducen en una continua ebullición de los estados de ánimo de muchas personas, con cambios vertiginosos en la opinión pública. Opinión que se ve influida por una estructura de medios de comunicación que en gran parte ha quedado obsoleta, no solo en lo que se refiere a soportes técnicos, sino sobre todo en su capacidad para transmitir informaciones claras y mínimamente ordenadas y veraces. Algo que está dando lugar a una pérdida de audiencias y a inestabi- lidades financieras, que en muchos casos se traducen en una precarización de las condiciones laborales y económicas de los profesionales de la comunicación, acompañada por externalizaciones que tienden a reemplazar el viejo trabajo informativo que se atenía a procedimientos y enfoques meticulosos y objetivos, por las contrataciones externas de artículos –a tanto la pieza– en los que predominan las opiniones, los chascarrillos (a veces demasiado hirientes y descalificadores) y las ocurrencias, orientadas a intentar llamar la atención de las audiencias.

Tiempos de matonismo

(Tiempo de lectura: 5 - 9 minutos)

Vivimos momentos inciertos en los que las preocupaciones ciudadanas se acumulan en torno a diversos motivos y problemas. En pocos períodos de la historia la humanidad se ha encontrado ante tal conjunto de circunstancias y problemas críticos, como los que concurren en nuestros días: con unos desajustes y tensiones económicas que alimentan crisis recurrentes y situaciones de paro estructural que están generando enormes desigualdades que, a su vez, dan lugar a incertidumbres y climas de crispación política y social; con transformaciones aceleradas de muchos de los patrones y estructuras sociales que han sustentado nuestros modos de vida y nuestras identidades; con una epidemia persistente que causa un sinnúmero de enfermedades y muertes y que nos obliga a cambiar conductas y pa- trones de ocio e interacción social; con una crisis energética desbocada conectada a signos muy amenazadores de cambio climático... Y, por si todo eso fuera poco, ahora con una guerra abierta enormemente destructiva y cruel, que se proyecta y se justifica con argumentaciones propias de un matonismo tan primario como descarado.

¿Qué se esconde tras la invasión de Ucrania?

(Tiempo de lectura: 5 - 9 minutos)

Las emociones que suscitan las brutalidades cometidas por el Ejército ruso en Ucrania, unidas al simplismo analítico de algunos comentaristas y medios de comunicación social, están dando lugar a que bastantes personas piensen que lo que está sucediendo en las fronteras del Este de Europa es fruto de la falta de escrúpulos de un autócrata especialmente perverso y agresivo. Por eso, de acuerdo a esta lógica, la agresión rusa tiende a valorarse básicamente en términos morales y de psicopatología de la maldad, prescindiendo de su dimensión geoestratégica; con el resultado final de una subestimación de los peligros reales a los que nos podemos enfrentar a medio plazo. Más allá de las imágenes de muerte y destrucción que tanto nos impresionan a todos los que tenemos un mínimo de sensibilidad humana.

Aquellos que operan con la frialdad e inhumanidad de Putin y los suyos merecen no solo un repudio moral contundente, sino que el mundo civilizado debe intentar que su comportamiento no quede impune, y que pueda ser debidamente enjuiciado por tribunales o instancias internacionales adecuadas. Pero no solo en lo que su proceder tiene de acto de inhumanidad y crueldad, sino también en lo que supone de un empeño agresivo para lograr alcanzar a sangre y fuego determinados objetivos geoestratégicos.

En este sentido, lo primero que hay que entender es que Putin no es un autócrata aislado que mueve, él solo, los hilos de tamaña agresión contra Ucrania. Un tipo de agresión destructiva que no es la primera que emprende siguiendo un guion y unos procedimientos de aniquilación y amedrentamiento similares. En realidad, Putin solo es el vértice de una estructura de poderes e intereses cuyas raíces se encuentran en un régimen que operaba y adiestraba a sus élites y cuadros estratégicos de acuerdo con unos patrones como los que inspiran el actual proceder de Putin y su entorno de poder.

En su día, antes de que la vieja CHECA diera paso en su evolución sucesiva a la KGB, hasta el actual Servicio Federal de Seguridad (FSB), esta tecnoestructura de poder y sus agentes recibían la denominación despectiva de “chequistas”. Personas cuya sola presencia –incluso latente– hacía temblar a no pocos de los “suyos”. Y generalmente con sobradas razones para ello. Por eso hay que ser conscientes que detrás de Putin hay una poderosa estructura de “chequistas” (con más de 300.000 efectivos actualmente) bien adiestrados en las lógicas y métodos de desinformación, dominación, destrucción e intimidación.

Lo que está ocurriendo en Ucrania no debe verse fundamentalmente como el resultado de una psicopatología cruel y destructiva causada por una sola persona, sino como parte de un empeño geoestratégico en el que están involucrados, directa o indirectamente, más países y núcleos de poder y dominación.

Élites políticas y económicas

Esa tecnoestructura de poder político posiblemente sea en estos momentos la única que podría frenar y controlar a Putin y su camarilla más cercana, con más probabilidades de éxito que los grandes oligarcas económicos. Oligarcas que desde las estructuras del viejo régimen lograron hacerse rápidamente con un poderío económico enorme, que no se ha “articulado” a lo largo del tiempo como en la mayor parte de los países occidentales, sino de manera muy rápida casi súbita, a partir de un saqueo sistemático de los bienes y recursos públicos. Lo cual, inicialmente, se pensaba que podía dar más co- herencia y unidad de propósitos a la nueva élite política y económica rusa.

Sin embargo, en la medida que en el mundo actual las élites económicas están cada vez más inter- conectadas internacionalmente y que sus intereses y oportunidades económicas se entrelazan a nivel mundial, conflictos como el actual se ven abocados –como estamos comprobando– a una crisis evidente de intereses. Conflicto que se manifiesta no solo en forma de eventuales incautaciones de yates, propiedades inmobiliarias y cuentas corrientes, sino más en el fondo en la yugulación de las posibilidades de continuar vendiendo e intercambiando bienes y servicios. Es decir, taponando sus posibilidades de continuar haciendo negocios, y obteniendo beneficios, en la economía mundial y en especial en los mercados de los países con mayores niveles de renta.

Parece evidente que los estrategas del Kremlin no esperaban que la reacción de los países occidentales (no solo) fuera tan firme y tan rápida, con lo que se ha generado una contradicción importante de intereses entre buena parte de los grandes oligarcas económicos rusos y la estructura chequista militar que lidera Putin, con poderes casi absolutos y con métodos expeditivos para liquidar o encarcelar a todos los posibles “traidores” internos a su causa.

Por eso, es importante, no solo tener en cuenta las contradicciones que existen, o pueden existir, entre los diferentes grupos y sectores que dominan determinadas esferas de poder en la actual estructura de la sociedad rusa y evaluar las posibilidades internas de control y/o rectificación del actual curso colisivo que encabeza Putin, sino que también es necesario entender qué es lo que hay detrás de lo que actualmente están haciendo las fuerzas rusas en Ucrania, y que antes ya había hecho Putin, a menor escala, pero con la misma brutalidad y propósito de subyugar con el terror en Chechenia, Georgia, Siria, etc. En general, con un éxito estratégico incuestionable en el pro- pósito de ocupación, dominación y subordinación de poblaciones y territorios.

La diferencia con lo sucedido en Ucrania es que en este caso ni su gobierno, ni su Ejército, ni su población se han rendido ante tan aplastante ejercicio de destrucción y de asesinatos generalizados, sin respeto a ningún criterio legal, ni moral. Por el contrario, en este caso, el Ejército ruso se ha encontrado con una resistencia feroz y sistemática, que está llevando a los invasores a utilizar armas de destrucción cada vez más potentes e intimidadoras. Sin que pueda saberse dónde se sitúan los límites a esta escalada de destrucción. E incluso sin saber si habrá límites.

Propósitos geoestratégicos

De momento, por los antecedentes conocidos sobre lo que se ha hecho en los antiguos espacios de la URSS, se sabe que el propósito de fondo es reconstruir –y controlar– un espacio geográfico que progresivamente vaya ampliando –y/o recuperando– las esferas de presencia y dominación del Imperio Ruso y de la URSS en el área central y del este de Europa. Mediante bombardeos de saturación, con acciones que aterrorizan a la población civil, y también –no lo olvidemos– con ayudas económicas y acciones de apoyo a fuerzas políticas y líderes de antiguas repúblicas vasallas del Este de Europa, que estén dispuestos a alinearse internacionalmente con el Kremlin. Y algunos ejemplos inquietantes de este neo-vasallaje tenemos ya, incluso en el seno de la Unión Europea.

No hay que perder de vista que este propósito expansionista no es algo romántico, o idealista, o genérico, sino que tiene unas fundamentaciones estratégicas y económicas bien precisas, que en el caso de Ucrania nos retrotraen a su tradicional consideración como el gran “granero de Europa”, de igual forma que lo es el Medio Oeste para los Estados Unidos de América.

De la misma manera que los teóricos del nacionalsocialismo justificaron su apetencia invasora de Ucrania como el “granero de Europa” que la Gran Alemania necesitara para su espacio vital de expansión, la actual invasión de Ucrania por los ejércitos rusos se explica adicionalmente como una forma de consolidación de los entornos de la vieja Crimea; que no hay que olvidar que también fue ocupada por los ejércitos de Catalina la Grande comandados por Potemkin, con la consiguiente resistencia de los cosacos, y con la ulterior proyección marítima del Imperio Ruso hacia el Mar Negro, mediante una potente flota de guerra.

Es decir, ayer y hoy ante lo que nos encontramos en realidad no es solo ante la psicopatología agresiva de un autócrata despiadado, sino ante proyectos de expansión imperial, con el trasfondo de motivaciones de control de importantes recursos agrícolas y mineros.

¿Está solo Putin en su estrategia de poder?

Posiblemente lo más inquietante de la estrate- gia de poder que está desplegando Putin y su cír- culo de fieles no sea el desprecio por la vida de las personas y por la independencia de territorios y países libres, ni la codicia económica de apropiación de recursos ajenos, sino que Putin ha dado suficientes muestras de que pretende situar su acción militar y geopolítica en el marco de un proyecto general de dominación, en el que pretende involucrar a otros países para configurar –según ha explicado sin recato alguno– una gran área mundial capaz de estructurar un “nuevo orden mundial”, “seguro y disciplinado”, como ha afirmado sin disimulo alguno. Por eso, pretende atraer explícitamente a dicha causa no solo a China y a otras dictaduras más o menos paleo-comunistas, sino también a la India. Lo cual podría llevar al mundo a una situación muy inquietante. Por eso, es preciso permanecer atentos a lo que pueda hacer la India ante este dilema de escenarios y posibles evoluciones de los conflictos en curso. Y, por supuesto, atentos a como reaccione China, a la que Putin y los suyos quieren involucrar en esta proyección estratégica como su verdadero aliado natural.

Evidentemente, no estamos ante ninguna broma, ni ante meras cuestiones de crueldad, sino ante pulsos de poder y de modelo de sociedad y de orden mundial ante los que las democracias –¡otra vez!– debemos demostrar que no nos hemos convertido en un conjunto de países descoordinados, desnortados, corruptos, decadentes y cobardes, incapaces de hacer frente y poner coto a las embestidas de regímenes y élites de poder que no respetan ni la dignidad, ni la libertad de las personas. Ni la independencia y autonomía de naciones que se fundamentan en las libertades de las personas, en la organización democrática y pluralista de los Estados y en la colaboración económica en libertad.

Aunque algunos no lo tengan claro aún, hay que ser conscientes de que los misiles con los que Putin está arrasando las ciudades de Ucrania son algo que a todos nos concierne, y muy especialmente a los europeos. Por eso, la opinión pública y las instituciones europeas están reaccionando con firmeza, resolución e inteligencia, sabiendo que es mucho lo que nos estamos jugando en este envite. Y no solo los europeos.

 

Guerra y civilización

(Tiempo de lectura: 5 - 10 minutos)

La sensibilización existente entre la opinión pública ante la brutal agresión bélica que está sufriendo Ucrania es un indicador claro de la contradicción que existe entre guerra y civilización. Dos semillas que anidan desde tiempos ancestrales en el fondo de nuestra especie humana.

Las subjetividades políticas y la tozudez de los hechos

(Tiempo de lectura: 6 - 11 minutos)

Una de las cuestiones más debatidas entre los expertos en análisis sociales son las inconsistencias que a veces se dan entre las situaciones objetivas y las percepciones personales o grupales de dichas situaciones. Tales inconsistencias, con sus correspondientes tensiones de ajuste y reajuste, han sido recogidas en el lenguaje popular a veces con lecturas encontradas en refranes populares en los que, por un lado, se puede sostener que “nada es verdad ni mentira, sino que todo depende del color del cristal con el que se mira”. Y en una dirección diferente con el adagio de “que al final los hechos son tozudos”.

El “shock de la COVID” y las desmesuras políticas

(Tiempo de lectura: 5 - 10 minutos)

Desde la crisis que arrancó en 2008, la sociedad española, al igual que otras de su entorno, está inmersa en auténticos procesos de centrifugación de sus estructuras y de sus posiciones, a causa de climas de malestar alimentados por los problemas sociales y laborales.

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¿Hacia un nuevo ciclo político?

(Tiempo de lectura: 5 - 10 minutos)

Al igual que ocurre con los biorritmos de la naturaleza y de los seres vivos, en las sociedades también es posible identificar ciclos políticos. Se trata de procesos multidimensionales que se plasman en diversos planos de la realidad económica, social y política y cuyos identificadores se pueden encontrar en el propio pulso de la calle.

¿Hacia qué mundo nos encaminamos?

(Tiempo de lectura: 5 - 9 minutos)

Cualquiera que explore el pulso de la calle en estos días no podrá dejar de identificar elementos de in-quietud e incertidumbre en la opinión pública, especialmente en los sectores que más sufrieron –o vienen su-friendo– los efectos de la crisis del 2008. Crisis ante la que bastantes líderes nada sospechosos de izquierdismo clamaron inicialmente pidiendo reformas profundas, e incluso una “refundación del capitalismo”.

  • Publicado en Opinión

Estado y mercado ante la pandemia

(Tiempo de lectura: 5 - 9 minutos)

Si un observador externo, suficientemente distanciado, analizara la forma en la que funciona este Planeta y cómo sus habitantes hemos hecho frente al reto de la actual pandemia sacaría, al menos, tres grandes conclusiones.

Caramelito

(Tiempo de lectura: 3 - 5 minutos)

Una familia de Marruecos cruza la frontera para pasar el día en Melilla. Van a la playa, comen y después la madre se encamina bajo un sol de plomo con su hija de seis años cogida de su mano a un Centro institucional español. La madre va explicando a su hija que van a un sitio donde la van a dar caramelitos.

Radicalización y bipolarización. ¿Meta o mito?

(Tiempo de lectura: 3 - 5 minutos)

En la sociedad española estamos asistiendo a esfuerzos recurrentes por radicalizar y bipolarizar el debate político. Esfuerzos en los que destacan los líderes de VOX y algunos personajes del PP. acompañados de núcleos muy específicos del poder de los medios de comunicación social.

Más allá de las mascaradas políticas

(Tiempo de lectura: 5 - 9 minutos)

La vida política va a quedar condicionada durante bastantes años por la forma en la que determinados países hemos reaccionado ante las amenazas de la pandemia de la COVID-19. El esfuerzo económico realizado ha sido –ha tenido que ser– enorme y, en algunos aspectos, similar al que tuvo que efectuarse en tiempos no tan lejanos ante grandes conflictos bélicos. Por eso, es necesario entender bien lo que ocurrió entonces y sacar conclusiones que puedan resultarnos útiles en los horizontes de salida de esta pandemia.

Falacias de composición y pesimismos congénitos

(Tiempo de lectura: 4 - 7 minutos)

Entre las experiencias afortunadas que he tenido en la vida, nunca olvidaré la suerte de haberme podido beneficiar del magisterio de profesores universitarios excepcionales; aún en los oscuros tiempos de la dictadura franquista.

Del perro de Paulov a las inversiones mágicas de la sociología propositiva

(Tiempo de lectura: 6 - 11 minutos)

Hay quien sostiene que el perro de Paulov vivía en estado permanente de perplejidad, porque no podía entender cuál era la razón por la que cada vez que él tenía hambre y empezaba a segregar jugos gástricos el bueno de Paulov tocaba frenéticamente una campana. ¿Cómo sabía su amo cuando tenía hambre? ¿Por qué actuaba con tanta solemnidad ante un hecho tan natural como tener hambre, tocando a arrebato una campana?

Las elecciones catalanas y las previsiones preelectorales del CIS

(Tiempo de lectura: 5 - 10 minutos)

Aunque el CIS desarrolla habitualmente muchas actividades de investigación, de análisis, de formación, de documentación y de difusión en el ámbito de las publicaciones académicas, los medios de comunicación social suelen prestar mayor atención –a veces excesiva– a las encuestas preelectorales que se realizan cada vez que tienen lugar unos comicios; aunque este tipo de encuestas no llegan a representar ni el 10% de todas las investigaciones que efectúa el CIS. Investigaciones que en estos momentos, como puede entenderse, están centradas en analizar los efectos y consecuencias de la pandemia del coronavirus. No solo en lo concerniente a la infección y sus efectos físico-clínicos, sino también a sus consecuencias en la vida social, en las actividades, en los patrones de comportamientos, en la salud mental, etc. De hecho, desde que se desencadenó la pandemia, el CIS ha realizado dieciséis grandes investigaciones empíricas sobre estas cuestiones, estando ya previstas otras cinco, así como siete grandes Estudios Delphi entre especialistas en diferentes materias sociales y científicas.

La barbarización de las derechas

(Tiempo de lectura: 4 - 7 minutos)

Los sucesos esperpénticos que han tenido lugar en Washington con el intento de Golpe de Estado de Donald Trump han sido la explicitación pública de un fenómeno que venía incubándose en muchas sociedades avanzadas. Se trata de un fenómeno de barbarización de las derechas que pone en peligro el futuro no solo de los sistemas políticos democráticos, sino de las posibilidades de progreso de sociedades que habían venido caminando en una dirección de civilización, avances y democracia política. Lo ocurrido forma parte de tendencias erosivas que amenazan con abrir un ciclo político similar al que se produjo en la segunda mitad de los años veinte y durante los años treinta del siglo pasado, con ese terrible colofón destructivo que fue la Segunda Guerra Mundial, y su secuela de destrucción, barbarie y desprecio a la libertad y la dignidad de las personas humanas. Un período en el que se dieron hechos tan repugnantes como los campos de concentración y exterminio, los bombardeos masivos a ciudades en las que solo residía población civil, las violaciones sistemáticas en masa… Todo lo cual ocurrió con un desprecio absoluto a las posibilidades de progreso y de avance económico, social y moral.

¿Democracias de quita y pon?

(Tiempo de lectura: 3 - 6 minutos)

El Presidente de Portugal, candidato en las recientes elecciones del domingo 24 de enero, sufrió críticas de procedimiento un tanto insólitas procedentes de personas a las que debemos suponer una razonable formación y una asunción de valores y principios democráticos. Lo que le llevó a afirmar que “la pandemia no puede ser un pretexto para intentar dejar en suspenso la democracia”. Por eso, Portugal ha realizado sus elecciones cuando correspondían. Al igual que ha hecho Estados Unidos de América y otros países durante el terrible período de pandemia que padecemos.