Moción de censura, ¿para qué?
Muchos análisis coincidentes se están realizando sobre la moción de censura impulsada por Vox y protagonizada por Ramón Tamames. Análisis que coinciden en varias cosas:
- Publicado en Opinión
Muchos análisis coincidentes se están realizando sobre la moción de censura impulsada por Vox y protagonizada por Ramón Tamames. Análisis que coinciden en varias cosas:
Recordaba el catedrático de Derecho Constitucional, Javier Pérez Royo, el conocido refrán “lo mejor es enemigo de lo bueno”.
Este año 2023 se cumple el 75 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos. Un buen momento para hacer repaso de la situación, para exigir su cumplimiento y también para plantear nuevos derechos ante el futuro inmediato que ya tenemos aquí.
Cuando Putin invadió Ucrania no imaginaba que el conflicto se alargaría tanto. Un año ya, y no se ve el final.
Las posiciones en vez de debilitarse se aferran cada vez más. Ucrania no está dispuesta a ceder territorio, y Zelenski se ha convertido en el gran líder que lucha por la libertad. Su imagen seria, preocupada, combativa, sin bajar nunca la guardia ni la presión ante Occidente para recibir permanente ayuda militar, vestido con camiseta y pantalones de batalla, mezclado entre su gente, al frente de su pueblo. Zelenski, sin duda, se ha convertido en el personaje esencial de esta guerra.
No podemos negar que existen problemas en España, al igual que existen en todos los países del mundo, en mayor o menor medida. Hay países cuya situación estructural es realmente dramática: pobreza, desigualdad, violencia.
Que levante la mano el español o española que esté satisfecho con la actitud de la banca española. Imagino que tan solo será la élite que se regodea entre billetes mientras pulveriza la confianza en uno de los pilares básicos del sistema económico capitalista. Y no es porque la ciudadanía esté siempre insatisfecha, más bien se debe a que la banca española, con sus banqueros a la cabeza, con nombres/apellidos y sueldos astronómicos, están destruyendo la confianza en estas instituciones.
Jugar con la política como si no tuviera consecuencias es peligroso. Igual que jugar con fuego y pretender no quemarse. Tengo la impresión de que eso está sucediendo con graves consecuencias para la democracia como la pérdida de confianza en los representantes, en la palabra dada, y en la eficacia.
Según las advertencias de los expertos que estudian la huella ecológica, parece ser que el 28 de julio habremos utilizado ya todos los recursos naturales que nos corresponden para el 2023. Es decir, necesitaremos 1,8 veces el planeta Tierra para nuestro mantenimiento. Y no tenemos más planeta alternativo.
No les voy a hablar de fútbol, no se preocupen. El Mundial ya terminó y ahora comienza nueva temporada. Siempre hay noticias en relación al fútbol, sus jugadores, los equipos, las ligas, y un largo etcétera.
Cuando alguien se pregunta cuál es el camino escogido por Feijóo, creo que la respuesta ya está clara. Sencillamente sigue los mismos pasos que, desde que apareció Aznar en el escenario político, ha realizado el PP y la derecha mediática-social en este país, y que sigue varios pasos:
No negaré que en España existen problemas. Estamos además inmersos en una globalidad, en un mundo interdependiente donde los acontecimientos se cruzan y provocan enfrentamientos o consecuencias en territorios diferentes.
Decía Kant que no se enseña filosofía sino a filosofar. Y esa es la actitud que nos corresponde en este siglo lleno de dudas y confusión.
Mientras Europa y EEUU están preocupados, con razón, con la guerra en Ucrania, el mayor problema actual que está generando muertos, desplazados, destrucción y una crisis galopante en los países desarrollados, China termina su congreso realzando la figura de Xi Jinping quien parece haber dado una vuelta de tuerca a su mandato, y consolidando un liderazgo férreo.
En el libro “Como mueren las democracias”, sus autores afirman (con razón) que las democracias no mueren por asaltos o golpes de Estado sino por un debilitamiento de sus propias estructuras.
Feijóo se presentó como un hombre moderado del centro derecha, capaz de dialogar y llegar a acuerdos, muy lejos del extremismo radical de su antecesor Pablo Casado, y hombre más eficaz que Mariano Rajoy.
Hay semanas que las noticias se suceden de tal forma que galopan unas encima de otras, atropellándose sin darnos tiempo a digerirlas. Y eso nos abruma, pero también nos genera cierta indiferencia.
Lo que está ocurriendo en Irán es absolutamente histórico. Es una revolución sin precedentes. Tan significativas en la historia como lo fue la caída del Muro de Berlín. Es la caída de un régimen, es una nueva etapa, es la apertura a un nuevo gobierno. Pase lo que pase, es el triunfo de las mujeres contra la dictadura y la opresión política, social y, por supuesto, religiosa.
Dijo Alexis de Tocqueville que “es más fácil para el mundo aceptar una simple mentira que una verdad compleja”. Y no pienso solamente en esa posverdad que está configurando nuestra manera de relacionarnos socialmente, provocando una desconfianza permanente hacia lo que dice la ciencia, la política, las instituciones, …. No pienso solamente en las fake news que se reproducen de forma exponencial a través de las redes sociales y que generan discursos falsos, imágenes retocadas que incitan a envidias, noticias alarmantes que no existen.
Se nos acumulan los debates políticos tanto a nivel nacional como internacional, porque los lazos se entrecruzan, los problemas hoy son globales, y no podemos ser indiferentes ante lo que ocurre en cualquier parte del mundo.
Resulta comprensible que, como persona de izquierdas, no me agrade que gobierne la derecha. Pero que no me agrade no significa que no lo respete. Todo lo contrario: lo respeto, lo acepto, y soy leal al resultado electoral que se obtiene en las urnas. La democracia propicia, de forma saludable, que haya alternancia en el poder y que la ciudadanía pueda modificar el curso del gobierno en función de sus intereses, deseos, conveniencias, etc.
Cada vez más a menudo tengo la amarga sensación de que pertenezco a una especie invasora. Somos seres depredadores que invadimos cualquier espacio, que dominamos a cualquier otra especie, que destrozamos nuestro hábitat y que incluso nos matamos a nosotros mismos.
La Unión Europea está sorteando bastante bien los graves problemas a los que los europeos nos estamos enfrentando; lo peor es que los problemas no terminan, se aceleran y se acumulan. Vivimos una de las épocas más convulsas y difíciles, mucho más compleja que la crisis vivida en 2008, ante la que la Unión Europea no reaccionó de la forma más solidaria y justa para su ciudadanía, sino todo lo contrario: prefirió la economía a las personas.
Sinceramente, creo que el gobierno tiene motivos para sentirse satisfecho por el resultado del Debate del Estado de la Nación. Por muchas razones:
Toda Europa está sumida en un grave problema de inflación, subida de precios, crisis energética, asunción de costes de la guerra en Ucrania, … ¿Toda Europa? No, ¡todo el mundo! La situación global es delicada con el aumento desbocado de la deuda.