Si un ejemplo vale más que cualquier explicación, para saber lo que es un snob nada mejor que fijarse en Frasier, el psiquiatra de la serie televisiva magistralmente interpretado por Kelsey Grammer. Estrella de la radio, hombre de envidiable posición económica, a este personaje le pierde la obsesión por ser aceptado en los círculos más elitistas. Pero este afán por imitar a los que son más poderosos y elegantes, traducido en un complejo de superioridad, viene de muy lejos. En el siglo XIX, el escritor británico William Makepeace Thackeray lo censuró en El libro de los snobs (BackList, 2008), una obra maestra de la prosa cómica, en la que recopila los artículos que aparecieron en Punch, un semanario satírico. Su autor, por desgracia, no ha disfrutado de la fama de su más ilustre contemporáneo, Charles Dickens, a pesar de títulos como La feria de las vanidades o Barry Lindon. Si recordamos este último, es más por la adaptación cinematográfica de Stanley Kubrick.