HEMEROTECA       EDICIÓN:   ESP   |   AME   |   CAT

Un dedo en el ordenador


(Tiempo de lectura: 5 - 9 minutos)

¡Hola!, soy un dedo, un simple dedo que se aburre y ha pensado en hacer algo útil, el escribir en un ordenador.

El próximo día 27 de marzo, veinticuatro horas antes de que se conmemore el aniversario de la muerte de Miguel Hernández, poeta, periodista y dramaturgo, el que escribiera: Quién te ha visto y quien te ve, Los hijos de la piedra, El labrador de más aire, un drama rural en verso denso y bello y llevara el teatro a las trincheras con breves obras de teatro que reflejaban escenas de guerra como: La cola, Los sentados, El refugiado o El hombrecito.

El teatro en España se viste de largo horas antes del aniversario de Miguel, el mundo del teatro celebra su fiesta anual y se reunirá en el madrileño y longevo teatro Español, donde la Academia de las Artes Escénicas, por primera vez concederá unos merecidos premios. Bienvenidos los nuevos premios Talía de teatro, que pretenden emular a galardones similares a los Óscar, César o Goyas…, que ofrecen anualmente las Academias de cinematografía.

Sabemos que Lola Herrera, tendrá su premio a la mejor actriz por estar la mitad de su vida haciendo de viuda de Mario y entre horas y horas con Mario, muchas otras obras de teatro en escenarios o en televisión. También María Hervás tendrá el premio al Talento Emergente, junto al bailarín Sergio Bernal. La ONCE concederá el premio por su aporte al cambio social para el gran Roberto Enríquez (Bob Pop), otro premio, el del público, para el musical El rey León y las Comunidades Autónomas, este año le corresponde a la de Cantabria, conceder, por primera vez, el premio extraordinario a Antonio Resines, que el muchacho es de Torrelavega y a pesar de haberse subido poco a un escenario, nadie discute sus capacidades. Cada año una CCAA, elegirá a un destacado intérprete de su comunidad y ahí la Academia ni pincha ni corta ni elige.

La dirección del espectáculo estará a cargo de inefable Antonio Banderas, eso nos hace pensar que todo funcionará como un reloj atómico. Para dar forma y calidez institucional al evento la presentación estará a cargo de la cercana y televisiva Cayetana Guillen Cuervo, la presidenta de la Academia.

Habrá premios para espectáculos operísticos y zarzueleros, danza, circo, música, vestuario, escenografía, iluminación, dirección...

Seguro que habrá algún responsable en esta Academia que existe desde 2014 y cuyo fin es potenciar las Artes Escénicas, como su propio nombre indica, se acordará de los editores que llevan el teatro en formato libro al gran público lector. Como bien dice la Asociación de Autoras y Autores de España “el teatro también se lee”.

En realidad, el teatro está en todo el entorno humano. El teatro refleja el drama, la comedia de la sociedad, es espejo y reflejo de todo lo que ocurre y ha ocurrido en ella desde casi siempre, en ocasiones aporta soluciones o permite al espectador apreciar más claramente donde se encuentra ese su proceso emocional, por donde caminan o donde le está llevando su sensata insensatez. En ocasiones los intérpretes se acompañan de máscaras carnavalescas, otras ególatras y altivos coturnos; hay momentos en que las voces del corifeo y el estático coro dan respuesta sensata a la pregunta transcendental.

Como no podía ser de otra forma, además de entendimiento y emociones, siempre las artes ofrecen entretenimiento, las más de las ocasiones desde la destreza circense, en ocasiones varias los actores y actrices interpretando textos de comedia “astracán”, más propios de la academia de patafísica, acompañados de luces, músicas desenfadadas o que acentúan el patetismo del momento. Con colosales montajes escénicos o en plazas urbanas de fecundas fuentes e inhiestas banderas, algunas cerca de emotivas pancartas, intérpretes bulliciosas que interrogan a los sordos directores del espectáculo social y les preguntan: ¿hasta cuándo el desmán? o ¿para cuándo la catarsis?...

Pero volvamos a los premios que se concederán: habrá premios merecidos y premios que intentan potenciar al trabajador de las artes escénicas, pero…, sí, reconozco que siempre debe haber un, “pero”, unas preguntas que surgen desde mi uña: ¿el estático es intérprete? Ese ser que se acicala cada mañana en una plaza mayor o una vía de mucho tránsito turístico, toma una posición y así pasa su tiempo, hasta que alguien le ofrece unas monedas y el personaje que representa hace un gesto, una mueca o emite un sonido a modo de agradecimiento, para inmediatamente volver a su posición original y a eso de las seis de la tarde, cansado de no moverse, se desmaquilla, se quita su ropa de héroe callejero y vuelve a la habitación de la pensión, en la calle del Ser solitario s/n, ¿ese ser es artista?, ¿tiene derecho a un premio por su original disfraz? Me parece que no. La Academia no ha llegado a tanto. ¿Y cuándo un dedo, así como yo, pueda señalar el drama de un colectivo social vulnerado? ¡Ah!, leo que hay que ser miembro de la Academia de las Artes Escénicas para poder votar lo que la Junta propone. ¡Cuánta crueldad por parte de los académicos!

Pero volviendo al teatro, a ese que sabemos que se puede ver y leer, académicos, ¿cuándo se escucha sin ser visto, deja de ser teatro?

Los lectores más jóvenes seguro que no saben a qué me refiero. Antes, cuando yo era un dedo más frágil y pequeño de uña muy blanda, el teatro se escuchaba a través de las ondas hercianas. Había en las emisoras de radio, unas compañías de cómicos denominadas “Cuadro de Actores”, que daban vida a relatos, novelas y obras teatrales versionadas especialmente para el medio radiofónico. Ahora como todo ha cambiado, esos espacios ya no se llaman “teatro en el aire” o “teatro en las ondas”, ahora los especialistas en audio lo denominan: “ficción sonora”, se llama sonora porque suena y hay un agente emisor y uno receptor, igual que en el teatro, pero sin butacas ni escenario cercano, los intérpretes no se ven, se imaginan, solo se escuchan sus voces. En las ondas los intérpretes amplían la imaginación del oyente y las escenas por extrañas que parezcan se hacen menos ridículas. ¿Alguno de vosotros os imagináis en el teatro a un personaje dialogando con un cuchillo de cocina? Ya, ya sé que todos pensáis en un personaje hablando con una clavera, pero eso es un monólogo, no un diálogo… os pongo otro ejemplo; ¿os imagináis a dos neuronas comentando que la Academia de las Artes Escénicas, debería crear un premio especial denominado: “El rollo que no cesa” ?, destinado a ese circo al que nos tienen acostumbrados oposición y gobierno y que las neuronas acaban por no hacer ni caso. ¿Os imagináis, acaso, a los componentes de un cocido opinando de la deriva de esta sociedad con tantos prejuicios y emociones de censura?

La ficción sonora puede alcanzar un nivel escenográfico más allá del reconocido teatro. Las emoción que puede expresar un garbanzo cuando se encuentra con una cebolleta que ha sido discriminada por ser un bulbo, puede ser única y desconocida por el aficionado al teatro…

En cambio, la interpretación en las ondas no parece que tenga calado. Los académicos se olvidan de los estáticos y de las voces y premian otras cosas más vistosas y no más escuchadas.

Yo, sin afán de molestar, creo que el mundo está variando, Miguel Hernández hizo obras cortas porque la guerra imponía un ritmo y un tempo, el de las trincheras. Ahora pasa lo mismo, la vida marca un ritmo. Hay muchas personas que no van al teatro porque les resulta muy largo el tiempo empleado en desplazarse y ver “El labrador de más aire”, pero pueden, con sus cascos, llegar a emocionarse con lo que escuchan decir a las mujeres esas que forman la cola del carbón, poco antes de que unos aviones las tiroteen.

Lo importante es la emoción que siente el receptor y no importa que esté sentado en el andén del metro o vaya camino a su casa, buscando las zonas de sombra, en una tarde canicular de verano tras una agotadora jornada de trabajo.

Os imagináis una obra de teatro que se estrena en un café, no en un teatro, en un espacio distinto y que solo la ven 30 personas, a pesar de tener un título muy de hacer pensar como: “Las Inmatriculadoras”. Como la autocensura se ha hecho mayor de edad, es muy difícil que la vean más espectadores y podría ser su destino el de un podcast, donde los oyentes la pueden escucharla, en diferido, mientras viajan en el autobús o pasean a “Canitas”, su mascota amorosa.

Yo, que siempre he sido un dedo índice muy juicioso y he solido meterme en la llaga social, creo que la Academia del ramo de las artes escénicas, debería intentar potenciar la música en las ficciones sonoras lo mismo que los efectos especiales y el texto. Me dice mi compi, el pulgar, que existen muchísimos intérpretes de teatro que están en paro porque no se hace la cantidad de teatro que se hacía hace 40 años. ¿Pudiera ser el momento de abrir las puertas al sonoro? Sí, la radio fue la última tecnología en llegar al mundo de la escena, anteriormente, en el siglo XVII, las linternas mágicas mostraban a los espectadores unos magníficos montajes, donde las calaveras animadas hablaban, los fantasmas recorrían la sala y las voces de los intérpretes ponían los pelos de punta a los espectadores. La radio con sus ondas llegaron más tarde que el zootropo, el praxinoscopio o el kinetoscopio. Serán capaces de darle posibilidades a las últimas tecnologías que, ayudadas por los podcast, pueden ser escuchadas mil veces, siempre en diferido; en la campa, la cama o la playa, con viento, lluvia o nieve o mientras desojan la margarita en la sala de espera del consultorio médico. La radio es un medio todo terreno, muy interesante y bueno en el presente.

Estoy seguro que Talía inspira también al estático que pasa muchas horas con su disfraz frente a una fuente y a los guionistas e intérpretes que trabajan para las ondas.

¡Ánimo académicos!, que los próximos premios Talía 2024, tengan en cuenta al estático y a la ficción sonora teatral.

Es hora ya de dejaros, tengo un padrastro impertinente que me impide seguir apretando las teclas del ordenador… Se me olvidaba que la voz del intérprete está presente en los guiñoles, la ventriloquía y en las marionetas… No, en esas no, hablo de las que son de cartón. Os dejo, esto se está inflamando por momentos.

 

Ergónomo PhD. Profesor del Master Prevención de Riesgos Laborales en Suffolk University Campus Madrid. Sindicalista. Dramaturgo y Escritor. Vicepresidente del Colectivo de Artistas Liberalia. Guionista y conductor de los programas de radio: Mayores con reparos, Salud y Resistencia y El Llavero.