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Faint Democracy


(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Yo no sé inglés, en mi casa no solemos hablar el inglés en familia, desconozco su gramática, por tanto, “Faint democracy” es un palabro mal sonante que yo utilizo para definir un modelo de sociedad. En román paladino lo traduciría como: Tenuedemocracia. Así denomino a una sociedad tolerante con la intolerancia, pasiva con quienes la desestructuran y la privan de contenidos y derechos.

Sí, cosa rara en mí, hablo de la cultura.

El otro día leía en este periódico un artículo firmado por el doctor en historia Eduardo Montagut. Explicaba el bochornoso acontecimiento protagonizado por unas exquisitas damas de inmensa formación y refinado nivel social.

El hecho ocurrió en 1911, cuando en un local bautizado como Casa del Pueblo, se produjo el insólito acontecimiento.

Para algunas de estas exquisitas mentes, plétoras de escrúpulos sociales, rancias en sus principios, quejumbrosas en cuanto a la equidad, pusieron el grito en el “santo cielo” y hasta llevaron su celo a la denuncia, por la gravedad de lo que ocurrió en ese local llamado Casa del Pueblo: Allí se había llevado a cabo un recital de poesía.

Así como lo oyen.

Para estos esperpentos sociales, las clases obreras, los mileuristas de ayer, les sobraba ese derecho propio de seres refinados. Esa era en síntesis la noticia.

Lo malo es que tras 112 años, casi sin darnos cuenta, la idea sigue ahí. Las personas que gestionan nuestros derechos desde lo público siguen entendiendo que la cultura es algo que se debe evitar en la vida y costumbres de los vecinos mileuristas, parados y pensionistas y debe, por tanto, mantener un escaso nivel de promoción y desarrollo la cultura en los espacios de pueblos y barrios que ellos gestionan.

La cultura debe estar alejada de la clase trabajadora, de los hipotecados. De igual forma, los trabajadores de la cultura, la mayoría minimileurístas, tales como: poetas, pintores, dramaturgos, novelistas, intérpretes en general, son gentes mal valoradas por ellos, salvo unos pocos bien escogidos.

Es el virus que hay que mantener lejos del pueblo, ya que el resto de vecinos pueden llegar a contaminarse por sus ideas reflexivas y pensamiento crítico.

Decía J. J. Rousseau, que la igualdad no significa que todos tengamos la misma riqueza, sino que nadie sea tan rico o poderoso como para poder comprar a otro. Ni que nadie sea tan pobre como para verse forzado a venderse.

Es el momento de no seguir vendiéndose, regalando el voto a quienes nada hacen por mantener nuestros derechos. Dejemos de ser ciudadanos vagos y débiles, dejemos de mantener una democracia tenue, intentemos desarrollar nuestros derechos, intentemos que el mundo laboral en la industria de la cultura, mejore para muchos y las ofertas artísticas y de ocio se lleguen a pueblos y barrios.

Ahora, ciertamente, no se denuncia a quienes hacen recitales de poesía, en la actualidad se ponen vetos a que exista una cultura de proximidad, cercana al vecino. Y esta situación solo será reversible si dejamos de mantenernos tenues, neutralmente callados. La municipalidad necesita dotar a los vecinos con el valor de la igualdad de trato para ejercer, así, la ciudadanía responsable. Debe, como no, facilitar el acercamiento a la libertad de conciencia de los vecinos. A estos principios los podemos valorar como las bases para el laicismo municipal, en los que a todos los vecindarios se les respete por igual: mileuristas, pensionistas, autónomos, adolescentes, migrantes, empresarios…

Evitemos que el proyecto: “Cultura a la basura”, siga primando en la gestión municipal.

Votemos para que cada Junta municipal tenga un área de cultura con un presupuesto específico para desarrollar el nivel de la cultura de cada distrito.

Desarrollar los principios de equidad es responsabilidad de todos.

 

Ergónomo PhD. Profesor del Master Prevención de Riesgos Laborales en Suffolk University Campus Madrid. Sindicalista. Dramaturgo y Escritor. Vicepresidente del Colectivo de Artistas Liberalia. Guionista y conductor de los programas de radio: Mayores con reparos, Salud y Resistencia y El Llavero.