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Sistema público cultural


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Llamamos sistema a la estructura organizativa pública destinada a crear y desarrollar un conjunto de organismos con competencias en las distintas administraciones, junto a los correspondientes espacios, personal, normas, dotaciones presupuestarias y acciones dedicados a ofrecer al ciudadano un derecho. En este caso se trataría de la mejora de un derecho social. El de la cultura.

Serían titulares de este derecho los ciudadanos españoles y aquellas personas que residan en España.

Existen otros sistemas conocidos por todos: El de salud, educación, pensiones…

De financiación pública y abarcaría todo el territorio nacional.

¿Por qué es necesario un sistema público cultural? Por la sencilla razón de que este derecho no está garantizado, hace aguas, se pierden los objetivos en los despachos, se manipula al antojo de los gestores de lo público en las distintas administraciones, no fija objetivos claros ni prioriza quienes son sus destinatarios.

Recordemos los bienes de Patrimonio Nacional y cual es la administración encargada de su custodia. El bien es nacional y quien debe cuidar de él es la administración en donde está ubicado. Así, cuando por casualidad, los ocupas, toman posesión de ese espacio, actualmente ninguna administración sabe quien tiene la obligación de cuidarla: Unos creen que el Estado tiene que autorizar y pagar por su cuidado, la C.A. es la que debe gestionarlo, otros piensan que tal vez es el ayuntamiento el que debe sufragar estos gastos. Y mientras miran a ver en que tejado está la pelota, los ocupas siguen albergados en un espacio considerado de Patrimonio Nacional.

En educación se sabe en qué espacio debe estudiar un alumno a lo largo de su vida académica, el sanidad se conoce donde debe estar ubicado cada paciente según el estadío de su enfermedad, que unidades deben procurar su salud…, pero en cultura artística todo son incógnitas. En educación existen los Consejos Escolares, donde profesores y vecinos, junto a los grupos políticos controlan la deriva de la institución. Lo mismo ocurría en los Centros de salud, hasta que alguien se le olvidó mantener ese derecho en algunas CCAA.

A lo largo de una serie de artículos relacionados con el derecho a la cultura he venido ofreciendo pistas sobre el difícil acceso a la cultura pública, entendiendo como parte de esta las distintas áreas artísticas donde es necesario diseñar una estructura cultural primaria de base o de proximidad al vecindario, al igual que un Centro de salud cubre las necesidades primarias relacionadas con la salud en una zona básica, se debe implementar en los pueblos, y barrios este derecho a la cultura de base y crear espacios para su desarrollo. Sería la estructura de primer nivel, con una ratio en la que se observara que debe existir un determinado número de salas de exposición por cada 100.000 habitantes y un determinado número de butacas por cada 10.000 habitantes. La lista sería larga, pero esto nos queda claro a todo el mundo. Cada pueblo o distrito debería contar con una dotación cultural proporcional al número de vecinos que la habitan.

Pero vamos a concretar analizando un subsistema, el de las bibliotecas. Se debe habilitar una biblioteca en el momento que estén empadronados 5.000 almas, hay pueblos con gestores diligentes que las crean con menos censo, pero hay bibliotecas que da pena ver lo que tienen y cómo tienen depositados sus libros. La ley ordena crear la biblioteca, pero no especifica como dotarla de contenido, es decir, cuantos libros nuevos debe adquirir cada año, tampoco dice a quien se le debe comprar esos nuevos libros. Pensemos que se adquieren los libros a las editoriales, todos sabemos que en su mayoría pertenecen a dos grupos editoriales multinacionales. Resultado, poco favor se hace a los trabajadores de la cultura si el librero del pueblo o del barrio no puede surtir a la biblioteca de libros.

Supongamos que la publicidad nos encauza en la idea de compra de bets seller, y estos no suelen ser de autores españoles. Poco favor se hace a los autores españoles y poco se promociona la cultura de autores de la región, comarca o distrito. Debe existir el equilibrio, en esto de la literatura también.

Las grandes superficies van a su negocio, las librerías tienen el suyo. Pero las bibliotecas están alejadas del negocio y ofrecen un servicio a la sociedad.

Las bibliotecas, esos estancos culturales que, por suerte, van aumentando el catálogo de actividades y productos, deberían ser estimuladas y patrocinadas para aumentar su oferta cultural, su relación con el grupo social de cercanía y mejorar sus posibilidades de difusión. Para llevar a cabo esto, las bibliotecas tendrían que aumentar sus espacios. Ya existen algunas con grandes posibilidades, que albergan multitud de actividades y llegan a ser el eje que vertebra ciertos barrios y poblaciones, pero son una minoría. Desde la modestia, entiendo que las bibliotecas están sin desarrollar, deberían mantener espacios para exposiciones itinerantes dedicadas a los artistas visuales, del mismo modo que el ministerio y consejerías del ramo, deberían aportar más dinero en producir este tipo de eventos itinerantes que den a conocer las tendencias del arte visual. Sí, ya sé que no es nada nuevo, que La Barraca ya lo hacía en la década de los 30, hace prácticamente un siglo, pero por qué no mejorar la idea y ofrecer al vecino una red de bibliotecas dotadas de espacios para exposiciones itinerantes que den cobijo a las artes visuales: artes plásticas, videoarte… y a las audiovisuales: documentales, cortos cinematográficos… Activar otras industrian emergentes lo mismo que se viene haciendo con la música desde hace años.

De momento lo dejamos aquí, la cultura tiene muchas ramas y nos da para reflexionar mucho sobre lo que no tenemos y nos convenía tener. Esto solo han sido unos pergeños sobre los déficit estructurales que tiene una parte de esta sociedad. Navarra, es una excepción, Navarra tiene 90 bibliotecas públicas, para algo menos de 700.000 habitantes, pero lo compensa Madrid capital, con distritos de aproximadamente 150.000 habitantes con solo dos bibliotecas públicas.

Meditemos sobre el futuro de la cultura de cercanía, de la escasa oferta en las distintas artes. En Madrid capital solo existe una escuela municipal de artes escénicas, para albergar las necesidades de tres millones y medio de vecinos. Meditemos.

 

Ergónomo PhD. Profesor del Master Prevención de Riesgos Laborales en Suffolk University Campus Madrid. Sindicalista. Dramaturgo y Escritor. Vicepresidente del Colectivo de Artistas Liberalia. Guionista y conductor de los programas de radio: Mayores con reparos, Salud y Resistencia y El Llavero.