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Reflexiones


(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

España no ha querido el sombrío tul

Que la cubra entera de azul.

En principio

No habrá cambio de ciclo.

Las artes y la cultura

Se mantendrán sin censura.

El UPN navarro

Se ha dado el tortazo por guarro.

La libertad de expresión

Se mantendrá sin represión.

Crecerán las pensiones

Y ayudarán a los mayores.

Nuestros derechos

No caerán en barbecho…

Son algunas reflexiones que muchas personas hemos mantenido durante estos días de campaña y compartido, con la esperanza agarrotada, con nuestro yo más íntimo.

El otro día escuchaba las reflexiones de una periodista a cerca del regreso del emérito monarca a su exreino si ganaba la coalición del retroceso. Quizá para el senecto y ambiciosillo monarca sería la vuelta a Utopía. Sí, España fue su tabla de salvación desde muy pequeño, ahora cuando parece que la vida le ha dado todo el sentido y sinsentido a su pasado, no sea el momento de volver a la paz familiar.

Pensé en la opinión abierta y nada discreta de los siempre unidos dirigentes conservadores de las oposiciones al gobierno Frankenstein, y me pregunto: ¿qué pensarán ahora cuando podría darse el caso que la coalición creciera?

Comprendí que los padres de la república de los EE. UU, garantes a todas luces de la democracia y de la república, pues tampoco son tan idílicos como pensábamos. Los republicanos de EE. UU, importan un Trumpismo de escaso poder filosófico, solo la excesiva apuesta por el capitalismo neoliberal que quiebra el planeta y lo llena de intransigente negacionismo.

En el fondo el neoliberalismo es el agente que allana el camino del capital, da igual las preferencias políticas culturales, sociales, económicas que pretenda cada quien y cada cual para su mejor relación con el Estado. No, ya solo cuenta la estrategia del poder financiero con adláteres que sintonizan con el olor a valores privados. De momento España lo ha retrasado.

Esta reflexión dará que pensar a algunas personas: Ahora no es el momento de valorar si deseamos monarquía o república como forma de Estado, tampoco si es el momento de consultas sobre el nacionalismo. Debemos pensar si nos subordinamos a las mentiras del negacionismo capitalista de los neoliberales o intentamos transitar por un modelo de gobernanza que potencie la igualdad de oportunidades, con beneficios a la sociedad y no al empresariado de las multinacionales, ese que a la primera de cambio busca otra patria donde poder albergar mejor la hucha, como diría mi amiga Ana, se van al quinto Pino, y perdón por usar el apellido, porque los principios sociales les importan un Pino, perdón si me reitero con el apellido.

Los fundadores de aquel gran país ningunean los valores que las sociedades evolucionadas perciben como necesarios: feminismo, como forma de entender un mundo enteramente justo, racismo vs, preponderancia de la raza blanca sobre lo que ellos no consideran raza blanca (por ejemplo, a los españoles), esquilmar el planeta y contaminarlo al máximo, mantener siempre encendida la llama de las guerras…

La quinta esencia de las libertades, allá por el siglo XVIII, resulta que es una patata pocha. Ellos exportaron las bombas atómicas, las guerras liberadoras de la opresión social y política, la democracia de papel. Pero de tanto exportar nos contaminaron al resto de naciones y se quedaron sin valores. ¿A qué resulta increíble pensar que esa América idílica esté tan cerca del criterio de república bananera? Creo que aquí nos hemos librado de ese esperpento, por el momento.

Ahora nos toca arrimar el hombro y trabajar desde esta forma de gobierno no querida por todas las personas, para seguir dando lustre a esta nuestra sociedad. España, una parte de una península no tenida en cuenta por la desastrosa gestión de sus gobernantes durante muchos, muchísimos años, ahora tiene la posibilidad de volver, con renovada ilusión, a preparar el camino para aumentar los derechos: igualdad, medioambiente, vivienda, cultura…

Evitemos no mirar para otro lado, colaboremos en forjar un destino cargado de valores desde lo público. Es curiosa la manía que le tienen muchas personas a lo público, a lo que es de todos, suyo también, en detrimento de lo privado, que solo va a satisfacer a una porción de empresarios y accionistas, en definitiva, al capital. Es el contrasentido, el orinar fuera del tiesto, que se ha dicho siempre.

Enhorarrequetebuena a la ciudadanía, mantengamos la energía, la fuerza y la ilusión por la equidad, la memoria histórica y el pleno empleo con propuestas modernas en cuanto al desarrollo industrial y tecnológico, valoremos en lo que vale la libertad de pensamiento, abramos las puertas al laicismo, a la gestión óptima del M. A. y, como siempre:

¡¡Viva el Rock and Roll y las sombrillas que protegen nuestras caras del sol!!

¡¡Felicidades a la ciudadanía!!

 

Ergónomo PhD. Profesor del Master Prevención de Riesgos Laborales en Suffolk University Campus Madrid. Sindicalista. Dramaturgo y Escritor. Vicepresidente del Colectivo de Artistas Liberalia. Guionista y conductor de los programas de radio: Mayores con reparos, Salud y Resistencia y El Llavero.