Los que saben de todo
Me declaro enemigo intelectual del cuñado o, lo que es lo mismo, del todólogo. Durante esta pandemia he sacado varias conclusiones, no todas caben en un artículo. He tenido tiempo para reflexionar, leer y ver mis carencias, que no son pocas. Como casi todo en la vida, he extraído muchas cosas positivas durante este tiempo, pero también he tenido el disgusto de entablar conversaciones con algunas personas que creen saberlo todo: gobernar un país; arbitrar; entrenar a un equipo de fútbol profesional e incluso guiar la vida de los demás, aunque sin saber gestionar muy bien la suya. El todológo suele tener un odio visceral, ya que es considerado por sí mismo como un prodigio desde que su madre lo parió. No hay más verdad que la suya.
- Publicado en Tribuna Libre