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La OCDE aumenta al 2,1% su previsión de crecimiento para España en 2023 y al 1,9% en 2024


(Tiempo de lectura: 5 - 9 minutos)

La OCDE ha mejorado sus perspectivas para la economía española y anticipa un crecimiento del 2,1 % este año, que de confirmarse sería el más fuerte de los grandes países desarrollados, y un 1,9 % el próximo.

En su informe semestral de Perspectivas publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revisa al alza en cuatro décimas sus propias estimaciones del mes de marzo para 2023 y en ocho las que había hecho en noviembre.

Es algo más optimista que la Comisión Europea, que a mediados de mayo había augurado una progresión del producto interior bruto (PIB) del 1,9 %, y se alinea con las proyecciones del Gobierno, que en el Programa de Estabilidad que envió a Bruselas en abril había calculado también un 2,1 %.

Es verdad que eso supone un ritmo de progresión que no llega ni a la mitad del de los dos últimos años (5,5 %), que fueron de recuperación tras el abismal batacazo que sufrió España por la covid en 2020 (-12,2 %), pero es más del doble del que se espera para el conjunto de la zona euro (0,9 %).

Y es superior al de todas las grandes economías desarrolladas, como son Estados Unidos (1,6 %), Corea del Sur (1,5 %), Japón (1,3 %), Canadá (1,4 %) y Australia (1,8 %).

Por no hablar de los pesos pesados europeos, que todavía están en un estado de convalecencia peor que el de España por el choque de la guerra en Ucrania en los precios energéticos y alimentarios, con subidas anémicas del PIB del 1,2 % en Italia del 0,8 % en Francia, o del 0,3 % en Reino Unido y del estancamiento de Alemania.

El quinto país con mayor crecimiento en la OCDE

Este año sólo habrá cuatro países de la OCDE que tendrán un crecimiento superior al de España: Grecia (2,2 %), Portugal (2,5 %), Costa Rica (2,8 %) e Israel (2,9 %).

En cuanto al año que viene, aunque el 1,9 % en términos históricos es una cifra relativamente baja, son dos décimas más que en la anterior previsión de la propia OCDE y es casi lo mismo que lo que ha calculado la Comisión Europea (2 %), cuando el Gobierno de Pedro Sánchez confía en una aceleración (2,4 %).

Los autores del estudio consideran que, en el contexto de la invasión rusa de Ucrania iniciada en febrero de 2022 “la economía española se ha comportado notoriamente bien”, y para ilustrarlo se refieren a que el PIB aumentó un 0,5 % en el primer trimestre del año y un 3,8 % en doce meses.

Mejora de la confianza de empresas y consumidores

Las claves de ese resultado son la mejora de la confianza de las empresas y de los consumidores (aunque la de estos últimos sigue muy baja), el dinamismo del mercado laboral, con una tasa de desempleo que ha pasado del 13 % en diciembre al 12,7 % en abril y una inflación que se ha situado en el 2,9 % interanual en mayo según el índice armonizado (3,2 % en el IPC).

La OCDE, no obstante, no cree que la inflación se vaya a quedar a ese nivel, que es en parte el efecto matemático de unos precios de la energía que han bajado mucho después de haber aumentado también mucho, y anticipa un 3,9 % de media este año y otro tanto en 2024.

Son cifras, sobre todo las de este año, de las más bajas en Europa e, incluso, en el G20. Como en todos los países de la OCDE salvo Corea del Sur, a causa de la inflación los salarios en España perdieron poder adquisitivo entre el segundo semestre de 2021 y el segundo de 2022, en concreto un 2,66 %, menos que en Italia (4,39 %), que en Alemania (4,08 %) o que en el Reino Unido (2,74 %), pero superior a Estados Unidos (2,49 %) o Francia (1,27 %).

Sin embargo, las estadísticas del ingreso real disponible, que es un indicador que integra impuestos, cotizaciones y prestaciones, ponen en evidencia que en ese periodo España fue uno de los once países de la organización (hay 38) en los que aumentó (un 0,56 %).

España seguirá siendo el farolillo rojo del paro en la OCDE, pese a que la tasa de desempleo bajará del 12,9 % de media el pasado año al 12,8 % en 2023 y al 12,4 % en 2024.

Y en cuanto al déficit público, los expertos de la organización consideran que va a reducirse pero de forma moderada, del 4,8 % del PIB en 2022 al 3,5 % este año y al 3,2 % en 2024.

Eso permitirá también recortar la deuda pública justo por debajo del umbral simbólico del 110 % el próximo ejercicio.

La OCDE mejora sus previsiones, pero le preocupan la inflación y los tipos de interés

La OCDE ha revisado al alza, como ya hizo en marzo, sus previsiones de crecimiento para las principales economías del mundo porque se han moderado algunos riesgos que enturbiaban la coyuntura económica, como el tirón de los precios de la energía o la reapertura de China tras la larga hibernación por la covid.

Pero las tasas de crecimiento en su informe de Perspectivas Económicas publicado este miércoles son relativamente bajas, si se comparan con las que había antes de la crisis del coronavirus, y además hay nubes en el horizonte porque la inflación subyacente sigue elevada y porque la subida de los tipos de interés ha puesto en evidencia las vulnerabilidades de los mercados financieros.

Ante un nivel de deuda muy abultado, que aumentó mucho en algunos países por los gastos por la pandemia y después también con medidas para paliar la escalada de los precios de la energía con la guerra en Ucrania, el mensaje de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es que el gasto público debe limitarse y ser más selectivo, dirigido a los más necesitados.

Mayor crecimiento, pero sigue siendo bajo

El informe calcula que la economía mundial crecerá un 2,7 % este año, una décima más de lo que había anticipado en marzo y cinco más que en noviembre. Para 2024, espera una ligera aceleración, hasta el 2,9 %. En cualquier caso, todavía netamente por debajo del 3,4 % que hubo de media entre 2013 y 2019, justo antes de la covid.

La OCDE ha aumentado las expectativas de cara a este año para la mayoría de los miembros del G20, pero hay notables diferencias entre la progresión del producto interior bruto (PIB) que espera en los gigantes emergentes que son la India (6 %) y China (5,4 %) y las potencias occidentales.

Recuperación del nivel de actividad precovid

Entre éstas últimas, España presentará la mayor expansión en términos relativos (2,1 %), aunque hay que recordar que en el primer trimestre era uno de los cuatro países de la OCDE (junto a Alemania, Reino Unido y República Checa) que todavía no había recuperado el nivel de actividad precovid.

Por debajo del 2 % se quedarán Estados Unidos (1,6 %), pero también Australia (1,8 %), Corea del Sur (1,5 %), Canadá (1,4 %) y Japón (1,3 %), por no hablar de las grandes economías europeas como Italia (1,2 %), Francia (0,8 %), Reino Unido (0,3 %), y en particular Alemania (0 %), totalmente estancada.

Los dos miembros sudamericanos del G20 presentan suertes muy diferentes: el aumento del PIB de Brasil se ha revisado al alza notablemente (siete décimas desde marzo) y debería ser del 1,7 % este año, un ritmo en todo caso anémico para las necesidades de una población joven y en crecimiento. Y tampoco será mejor en 2024 (1,2 %)

. En cuanto a Argentina, el preludio es un nuevo descenso este año (-1,6 %), al que seguirá el ejercicio próximo una recuperación incompleta (1,1 %).

La economía rusa baja, pero no se hunde

El caso de Rusia merece un análisis aparte. En junio del pasado año, la organización le auguraba un hundimiento del 10 % de su PIB en 2022. Luego moderó esas previsiones, pero aun así quedó lejos del descenso efectivo del 2 %.

En noviembre, cuando ya veía que sus cálculos no se iban a cumplir para 2022, dijo que la recesión se iba a agravar en 2023, con un retroceso económico del 5,6 %.

Ahora de nuevo ha tenido que recalibrar abruptamente esos cálculos y espera un descenso del PIB del 1,5 % en 2023 y del 0,4 % en 2024.

Efecto limitado de las sanciones

Detrás de todo eso está la constatación de que las sanciones han tenido un efecto limitado, probablemente porque al margen del frente occidental, Rusia ha seguido comerciando con muchos países emergentes, empezando por China y la India, que son los que han sustituido a Europa como principales mercados de sus hidrocarburos.

La economista jefe de la OCDE, la británica Clare Lombardelli, avisa de que las restricciones comerciales y de inversiones que han impuesto algunos países por la tensa situación geopolítica y por las preocupaciones sobre las cadenas de aprovisionamiento constituyen una amenaza.

Esas restricciones pueden reducir las ventajas del comercio internacional y perjudicar las perspectivas de desarrollo en los países pobres, considera Lombardelli.

A su parecer, “sólo unas reformas políticas estructurales ambiciosas pueden aumentar de forma sensible el crecimiento económico a largo plazo y la calidad de vida de las personas en todo el mundo”.

El Gobierno insiste en que las previsiones de la OCDE muestran “dinamismo y fortaleza” de la economía

El Ministerio de Asuntos Económicos ha considerado que las previsiones de la OCDE conocidas este miércoles muestran “el dinamismo y la fortaleza de la economía española”, ya que se espera un crecimiento del 2,1 % este año y de confirmarse será “uno de los países desarrollados con mayor crecimiento”.

“España crecerá más del doble que la zona euro (0,9 %) y medio punto más que el conjunto de la OCDE (1,4 %)”, lo que evidencia “el dinamismo y fortaleza de la economía española”, señala el ministerio de Nadia Calviño en un comunicado tras conocer estas proyecciones.