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Teodosio el grande y la masacre de Tesalónica


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En el año 390 de nuestra era, la guardia pretoriana de Tesalónica masacró a miles de ciudadanos que se habían alzado por la muerte de un auriga acusado de mantener relaciones homosexuales.

Teodosio I el Grande (347-395), de origen hispano, fue el último emperador romano antes de la definitiva división entre Occidente y Oriente. Hizo del cristianismo la religión oficial del Imperio; su exceso de celo contra la herejía le llevó en mayo del 390 a dictar Leyes contra las relaciones homosexuales ("actos contra natura").

Roma no se caracterizó por perseguir las relaciones homosexuales, las leyes no contemplaron ni penas, ni prohibiciones. Con la legalización del cristianismo y la sustitución del paganismo por esta religión, empezaron las primeras leyes que criminalizaban las relaciones homosexuales consideradas antinaturales. Esto ocurrió en el año 325, siendo emperador Constantino el Grande.

Los convulsos años siguientes paganismo y cristianismo fueron pugnando en una lucha desigual. El neo-platonismo y las corrientes estoicas se fueron acercando a un cristianismo que veía todo acto sexual no reproductivo como algo anti-natural. Finalmente con la llegada al poder de Teodosio aparecieron las primeras sentencias de muerte en el nombre de dios.

Fue en esta época en Tesalónica, cuando un famoso auriga de la ciudad fue detenido, acusado de haber intentado seducir al Jefe de la Guardia Pretoriana, de origen godo. Las autoridades aplicaron contra él las leyes antihomosexuales dictadas por el emperador.. La población de la ciudad se levantó en su defensa y asesinó al Magister Militum de origen godo. Enterado Teodosio ordenó represalias, la guardia pretoriana enfurecida se lanzó a una dura respuesta contra los habitantes de la ciudad macedonia. La cifra de muertos se cree que pudo estar entre los 5.000 y los 10.000. El levantamiento se dió no solo en defensa del popular auriga, también por el descontento contra la guardia pretoriana, que eran godos romanizados.

Enterado Ambrosio, el todopoderoso obispo de Milán, enfureció y excomulgó al Emperador hasta que éste mostrara su arrepentimiento. Para expiar su culpa, el Emperador, viajó a Milán y allí se arrodilló frente al obispo Ambrosio, después fue perdonado. Aunque la autoridad imperial no estuvo en cuestión en este proceso, la importancia política de los representantes de la iglesia nunca quedó tan clara, y fue un hecho que el emperador no pudo ignorar en el futuro. Como el obispo de Milán remarcó: "El emperador está en la iglesia no por encima de la iglesia."

Este hecho fue interpretado, por los sectores cristianos integristas, como el reconocimiento de que el poder de Dios, representado por la Iglesia Romana, está por encima de los poderes del estado. El ambicioso Cirilo de Alejandría, copto, así lo interpretó y obligó al Prefecto de la ciudad a humillarse delante de las Escrituras (1). Aún hoy vemos como algunas autoridades civiles se humillan ante el poder eclesiástico, el origen procede de unos sucesos que ocurrieron en Tesalónica el año 390 de nuestra era.

(1) La escena está bien narrada el film Ágora, de Alejandro Aménabar, aunque no está claro si fue el ambicioso Cirilo o su tío Teófilo, también patriarca de la ciudad e igualmente integrista.

Experto en historia LGTBI.