¿Cómo se pedía el voto hace cien años?: el caso de los dependientes de pescaderías en 1923
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Textos Obreros
Un análisis monográfico sobre las campañas electorales en la Historia contemporánea española se hace necesario, especialmente del reinado de Alfonso XIII, en plena crisis del sistema de la Restauración y de su propio sistema electoral, basado en el sufragio universal, pero donde se mantenía la manipulación electoral fundada con el turnismo canovista. Pero las primeras décadas del siglo XX vieron aparecer a las masas en la política y, por consiguiente, se pusieron en marcha nuevas técnicas electorales, produciéndose también el surgimiento de un nuevo modelo de partido como organización articulada frente al modelo de cuadros del siglo XIX.
Este artículo no pretende abordar nada de lo expuesto. Su objetivo es muchísimo más modesto, se refiere a ver cómo se pedía el voto por parte del sindicalismo de raíz socialista para las candidaturas del PSOE en las últimas elecciones de la Restauración, las que tuvieron lugar a finales del mes de abril de 1923. Nos interesa ver a qué se apelaba.
La petición de voto fue publicada en el número del 27 de abril de 1923 de El Socialista, en vísperas de la jornada electoral. El voto era pedido por la directiva de la Sociedad obrera de dependientes de pescadería.
Lo primero era una apelación a la reflexión, continuada por la consiguiente llamada a actuar, y como la situación exigía, dado el momento en el que se encontraba el país. Se iban a celebrar unas elecciones en las que se debían resolver “los problemas de mayor gravedad” que registraba la historia contemporánea, y de la solución que se diera a los mismos dependía la vida entera del país, es decir, se llamaba la atención sobre lo trascendentales que se consideraban dichos comicios. Sin aludir todavía, implícitamente, se estaba hablando de la profunda crisis marroquí y de la brutal represión que se estaba ejerciendo en Barcelona. Después sì se concretarían estas cuestiones en la justificación para pedir el voto por los socialistas.
Para ello aspiraban a volver a ser diputados los que se consideraba como los que con su conducta habían llevado al país a la ruina, eso sí, con una excepción, calificada de honrosa, la de los representantes socialistas, los únicos sobre los que esta Sociedad Obrera tenía confianza.
¿Por qué?
La respuesta venía a continuación. Porque los diputados socialistas habían sido los que en las Cortes anteriores habían protestado contra la locura que se cometía en África, siendo los únicos que habían fustigado a los ministros que mantenían la represión, y habían condenado lo que se estaba haciendo en Cataluña, defendiendo en la Cámara que se restablecieran los derechos públicos que llevaban tres años suspendidos. Ellos eran los únicos que sabrían pedir el cumplimiento “de lo justo en cuanto a responsabilidades militares y civiles por lo sucedido en España”. Por eso la directiva de la Sociedad Obrera pedía el voto para los socialistas, porque votando a estas candidaturas se votaba a uno mismo, porque eran la encarnación de la clase explotada. Votando a los socialistas se contribuía a la obra de la emancipación.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.