El Comité Nacional del PSOE a los trabajadores (1891)
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Textos Obreros
El 1 de febrero de 1891 se celebraron las primeras elecciones con sufragio universal después de la reforma promovida por los liberales de Sagasta y el PSOE se presentó a las mismas. Este artículo versa sobre el mensaje que el Comité Nacional del Partido Socialista dirigió a los trabajadores en vísperas de estos comicios, donde se resumía su programa, y se insistía mucho en presentar a los republicanos como enemigos de clase. Dicho manifiesto se firmó el 22 de enero, y se publicó en El Socialista el día 30 de enero.
Según lo aprobado en el Congreso de Bilbao, el Partido había decidido acudir a las elecciones. El primer propósito para la “lucha electoral” era agitar a la masa obrera, para plantear claramente la división que había entre explotadores y explotados, y sumar las fuerzas que estaban conformes con hacerse con el poder con el fin de destruir los privilegios de la burguesía y conseguir la emancipación de la clase obrera. Los socialistas eran conscientes, en realidad, de su debilidad, y no contemplaban la posibilidad en ese momento de conseguir una minoría en el parlamento, “por ser temprano todavía”.
Dados estos objetivos, y en la línea con lo defendido desde los inicios, el PSOE no contemplaba alianza electoral con los partidos republicanos, los conocidos como “partidos avanzados” porque representaban a la burguesía, y a pesar de que en el seno del socialismo español había sectores defensores de un acercamiento que, como es bien sabido, no se produjo hasta el momento de la resaca de la Semana Trágica. El manifiesto era claro en que expresar que por mucho que dijeran los republicanos, o de sus supuestas apariencias, no eran más que “defensores de la clase capitalista”, seguramente en alusión a los federales, los republicanos más preocupados por la cuestión social. Serían los defensores de la propiedad individual de los medios de producción que originaba mediante la compra de la fuerza obrera por un salario la esclavitud de la mayoría de las personas, es decir, el mantenimiento del sistema.
A continuación, los socialistas recordaban la situación de los trabajadores en la España que comenzaba la última década del siglo XIX, y que consideraban había empeorado, preguntándose qué habían hecho los monárquicos por mejorarla, pero tampoco habrían aportado mucho los republicanos. Para ninguno de los dos ámbitos políticos interesaba mucho la clase trabajadora, ya que sus preocupaciones siempre iban encaminadas a solucionar los problemas de la clase capitalista.
El Manifiesto seguía cargando contra los republicanos, los principales rivales, en realidad, en la lucha por el voto obrero, ya que se les acusaba de no haber combatido en el parlamento las medidas represivas del poder para con los trabajadores, especialmente ante las huelgas. También les criticaron porque los republicanos habían calificado a los principios socialistas como “utópicos, absurdos y disparatados”, además de lanzar todo tipo de injurias y calumnias contra los representantes del Partido Socialista.
Pero los candidatos del PSOE representarían la organización y mejoramiento inmediato de la clase trabajadora, y su emancipación lo antes posible. Para conseguir todo esto el programa socialista era el siguiente:
-Luchar a través de los medios legales porque se ampliasen los derechos políticos de la clase trabajadora.
-Luchar con los mismos medios para ampliar la legislación protectora del trabajo como estipulaba la Segunda Internacional en el Congreso de París, así como, en favor de otras medidas como la fijación de un salario mínimo y un salario igual para trabajadores y trabajadoras, como consignaba el programa del PSOE.
-En relación con la emancipación económica, se buscaba que la clase trabajadora conquistase el poder para que, valiéndose del mismo, transformase los medios de producción en propiedad social, “común o colectiva”, porque era el único medio de abolir las clases y de que triunfase la solidaridad y la armonía.
Como vemos, el Manifiesto pretendía dejar muy claro a los trabajadores que la solución no pasaba por votar a los republicanos, y sí por agruparse en torno a un partido obrero que defendía sus intereses, y así se insistía en la parte final del texto.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.