Henry George por la jornada de ocho horas
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Textos Obreros
En un trabajo anterior estudiamos a Henry George (1839-1897), que creó una teoría conocida como georgismo, que a grandes rasgos, afirmaba que todo lo que el hombre producía le pertenecía, pero lo que proporcionaría la naturaleza, especialmente la tierra, sería de la Humanidad. Así pues, por un lado, se defendía la propiedad privada, que debería quedar libre de imposiciones tributarias, frente al uso de bienes naturales, como la tierra, insistimos, sobre la que sí debería establecerse la imposición fiscal. George no fue realmente socialista, y ha influido en personajes de distintas ideologías, pero en este artículo vamos a ver un personaje muy en sintonía con el movimiento obrero internacional.
Pues bien, George fue un firme partidario de la jornada laboral de ocho horas, participando en el proceso de lucha por la misma, como demostraría un mitin en New York en el Central Labor Union en la primavera del año 1886. Parece interesante acercarnos a esta dimensión de este personaje.
En el mitin explicó su propia experiencia laboral cuando comenzó a ser cajista de imprenta padeciendo jornadas laborales de diez y más horas diarias, confesando, además, que al principio no tenía conciencia de la necesidad de un acortamiento de las horas de trabajo. Pero también explicó que fue comprendiendo que el hombre no había nacido para desempeñar un penoso trabajo durante toda su vida. Por eso consideraba que el movimiento por conseguir la jornada de ocho horas era uno de los acontecimientos más importantes en la Historia.
Se preguntaba en el mitin si era necesario que un trabajador, a pesar de las grandes invenciones de su tiempo, veía condenado todo su tiempo en el trabajo y en el sueño. Había que introducir a toda costa la jornada reducida de trabajo porque en ello iba la salvación de los productores de las riquezas indispensables para el bienestar de la Humanidad. El trabajador y solamente el trabajador tenía el poder de terminar con esta situación, una afirmación harto interesante viniendo a alguien que no pertenecía realmente al movimiento obrero. George, además, afirmó que no se obtendría esa conquista si no había una organización poderosa y consciente, es decir, otro guiño al movimiento obrero.
Pero, es más, George llegó a afirmar en el mitin que la causa de la miseria de las clases trabajadoras provenía de haberlas despojado de los medios de producción. No era el trabajo el que había declarado la guerra sino el capital. En consecuencia, el mismo debía ser derribado por el primero. La guerra contra el capitalismo había avanzado y debía continuarse sin descanso. A todos los trabajadores les incumbía la tarea de luchar para alcanzar dicho logro, de conseguir fundar la República social, que era la verdadera República.
Para George la esclavitud del salario debía desaparecer, y no debía haber mujeres ni niños extenuados por un trabajo inhumano.
En conclusión, estaríamos ante un George verdaderamente radical, en sintonía con el movimiento obrero.
La reseña del mitin se ha consultado en el número 11 de El Socialista, del día 21 de mayo de 1886.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.
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