Funciones del socialismo argentino (1912), de nuevo con Adolfo Posada
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Textos Obreros
En un artículo anterior reflexionamos sobre la pregunta de ¿por qué socialismo en Argentina?, con Adolfo Posada, que conocía bien esta cuestión. Las opiniones de este fundamental jurista asturiano y uno de los grandes regeneracionistas españoles se publicó en octubre de 1912 en la revista Vida Socialista, en su número 140. Pues bien, en el número siguiente, siguió haciendo un análisis del Partido Socialista de Argentina, que ahora recuperamos para completar nuestro conocimiento sobre la materia.
Para Posada el movimiento socialista argentino se desarrollaba por tres poderosos influjos.
En primer lugar, estaba la influencia europea. El socialismo llegaba a Argentina por los inmigrantes, por un lado, y por otro, con la comunicación del pensamiento. El socialismo sería la conjunción de la agitación e inquietud proletaria, labor del espíritu y sentimiento de los inmigrantes y de la labor reflexiva de los intelectuales.
Posada citaba a Horacio Rivarola (Las transformaciones de la sociedad argentina y sus consecuencias institucionales. 1853-1910, Buenos Aires, 19111) cuando afirmaba que hacia 1895 un hecho nuevo se presentaba en Argentina, que también era producto de ideas traídas por los trabajadores europeos. Ese hecho era la aparición del socialismo, que comenzaría en Buenos Aires porque allí era donde más obreros extranjeros había. Posada también citaba al doctor Justo, el gran padre del socialismo argentino.
En todo caso, estas influencias para que pudieran arraigar y desarrollarse tenían que encontrar eco, un sustrato fundamental, siendo este el segundo influjo. En ese sentido, Buenos Aires contaba con un proletariado numeroso, inquieto y fuerte. Y Posada recurría de nuevo a Rivarola cuando afirmaba que ante el encarecimiento de la vida y con los deseos y aspiraciones proletarias el hecho extraño que era el socialismo se hacía nacional, es decir, arraigaba en la Argentina. Había muchos obreros y, en consecuencia, el Partido crecía con intelectuales propios a la cabeza, y la formación plantea aspiraciones claramente distintas a las de otros partidos.
El tercer influjo procedía del hecho de que los socialistas argentinos cumplían la función específica de un partido radical que hacía falta en la República. Posada creía, además, que no sólo cumplía esa función sino también la de elevar la “tonalidad ética de la política” frente a la oligarquía monopolizadora del poder público. El Partido Socialista era partícipe y protagonista de la aspiración democrática argentina, de la importancia de las elecciones.
Así pues, el Partido Socialista era:
- Un partido de clase con un programa de mejoramiento obrero.
- Un partido político de soluciones radicales porque reivindicaba la democracia y mantenía las soluciones propias del socialismo europeo.
- Un partido de protesta ética y social, que quería dignificar, elevar y sanear las luchas políticas, convirtiéndolas de pugnas personalistas, y por la posesión y goce del poder, en luchas por ideas y por intereses colectivos.
- Un partido de orientación socialista, que empleaba como generador de su fuerza el principio de la lucha de clases, y perseguía como última aspiración la socialización de los medios de producción.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.