Teatro: ‘Valor, agravio y mujer’. Voces femeninas sobre el Barroco español
- Escrito por Manuel Espin
- Publicado en Cultura
La Compañía Nacional del Teatro Clásico pone por primera vez los ojos en una obra de Ana Caro de Mallén, granadina del XVII de apasionante biografía, que muere muy joven a consecuencia de la peste, y cuya obra es una auténtica laguna en la historiografía teatral española, convertida en un fantasma desconocido del que no se encuentra mención en libros españoles sobre literatura y teatro de los centros educativos. De no ser por las búsquedas y rescates de Juana Escabias, escritora teatral, desde hace dos décadas investigadora sobre la vida y obra de Caro hasta hacerla el motivo de su tesis doctoral y sobre la que posteriormente prolonga en distintos libros y publicaciones, seguiría en el más injusto de los olvidos. La única 'explicación' ,que no justificación, de esa discriminación se podría encontrar en que durante siglos las aportaciones femeninas a la cultura se consideraron de segundo o tercer rango al proceder de 'seres intelectualmente inferiores' respecto al género masculino.
Ahora la CNTC estrena 'Valor, agravio y mujer', en versión de Juana Escabias, y dirección de Beatriz Argüello, por lo que se podría hablar de un diálogo a lo largo del tiempo entre tres mujeres, Caro/Escabias/Argüello a través de una comedia vibrante, llena de chispa, bajo una acción frenética y un verso de singular riqueza conceptual, en un texto que merece codearse con lo mejor del teatro español del Siglo de Oro y el Barroco. Esa mirada se pone de manifiesto en la protagonista, Doña Leonor/Leonardo es lo más distante a la mujer pasiva, sometida al hombre, resignada o secundaria por los condicionantes de su destino. Al contrario, como Juana Escabias recuerda, los textos que se conocen de Ana Caro (no todos porque buena parte de su obra se ha perdido) muestran damas con una gran soltura, independencia y audacia, que no se relegan a ser el complemento del varón.
La lectura que hace Beatriz Argüello de ese texto de ritmo casi frenético está a la altura del desafío. Sin recurrir a los anacronismos, manteniendo la identidad conceptual de la época en la que transcurre, desarrolla una trama llena de incidencias y aventuras escénicas donde su dinámico tono hace que las casi dos horas de duración parezcan un suspiro. Argumentalmente se basa en un equívoco, tan frecuente en las comedias clásicas, en la que una mujer se traslada desde España a Flandes para ajustar cuentas con Don Juan de Córdoba, el hombre que ha ofendido a Leonor, y que se disputará entre los planos de la muerte o del amor, pero es tomada por hombre, poniendo de manifiesto las contradicciones del personaje femenino en lo que constituye una original lectura sobre el mito 'donjuanesco'. (¿No es todavía más injusto después de ver 'Valor, agravio y...' que la obra de Ana Caro no aparezca entre las visiones sobre ese gran mito nacional; todavía más tratándose de una femenina?). En este caso la 'heroína' no necesita matar a quien la ofendió, sino que su reto está en la afirmación de su identidad como mujer autosuficiente.
La producción, de enorme finura, parte de un decorado nada aparatoso que se readapta a las situaciones, a través de practicables que cambian en escena los propios actores, una buena idea de planteamiento, con vestuario de sobrio y elegante diseño de Rosa García Andújar, y bajo un gran trabajo de iluminación de Paloma Parra, que ayuda a configurar los variados ambientes de la enrevesada comedia.
La vorágine de acción dramática de la producción, además de ser muy divertida, da una referencia sobre cómo mirar a un clásico (en este caso una clásica) con estilo, ironía, desenfado y respeto. Asumida por un reparto a la altura del reto, tanto artístico como físico. Con escenas como las coreografías de esgrima (recibidas con aplausos por el público) con el punto de que los rivales sean mujer-hombre, o el reto superado de decir el verso clásico con entonación perfecta, naturalidad, sin engolamiento, destacando la entrega de todo el reparto, con especial atención a Julia Piera/Pablo Gómez-Pando, en un conjunto de actores que han encontrado el tono perfecto para 'decir' un precioso verso, de una belleza admirable y exquisita.
La oportunidad de ver representada 'Valor...' en las condiciones de esta producción es un hallazgo que demuestra el largo recorrido del texto clásico. Además de acentuar lo que esta representación pueda de tener de recuperación de una autora olvidada o discriminada, es preciso citar que el tono casi frenético de la acción la hacen especialmente recomendada para nuevos públicos que jamás podrían pensar que lo pasarían tan bien con un clásico. Argüello y Escabias, proyectan una propuesta escénica donde no hay 'egos' rimbombantes ni se 'dan lecciones', en el que la lectura del texto y su representación discurren con naturalidad porque Ana Caro de Mallén se lo facilitó cuatro siglos atrás poniendo en evidencia la capacidad de las mujeres para poder ser ellas mismas.
Manuel Espin
Doctor en Sociología y licenciado en Derecho, CC Políticas y CC de la Información es escritor de ficción y no ficción, periodista y autor audiovisual para cine y tv.