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Diálogos desde el alzhéimer


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Está demostrado que el arte en general y la música en particular, hacen aflorar las emociones, y esto es debido sin duda al vínculo sobre los recuerdos y las vivencias. La música es una de las últimas conexiones con la realidad que tienen las personas enfermas de alzhéimer y que ese paliativo contribuye a mejorar su estado, de ahí la importancia de la musicoterapia en esta enfermedad. La música está presente en todas las culturas, épocas y clases sociales, y también en todas las etapas de la vida, desde las canciones de cuna hasta la música fúnebre.

Se me olvidó que te olvidé // Como nunca te encontré // Entre las sombras escondidas // Y la verdad no sé porqué // Se me olvidó que te olvidé // A mí que nada se me olvida

Son fragmentos de la canción “Se me olvidó que te olvidé” de la que Bebo Valdés y El Cigala han popularizado la última versión y que es el título que la asociación de mujeres artistas Blanco, Negro y Magenta con Paloma Navares como artista invitada, han tomado para la exposición que actualmente puede verse en la sala de La Muralla del Colegio Mayor Rector Peset de la Universidad de Valencia.

El subtítulo es “Diálogos sobre el alzheimer” que surge porque las obras que componen la exposición parecen haber establecido diferentes conversaciones entre ellas, unas mediante el concepto, otras por el color y otras por el modo de representación, pero que en su totalidad construyen una sucesión de relatos delimitados por los espacios de la sala. Las piezas hacen latente el problema que afecta a un conjunto de la sociedad, porque a día de hoy nadie puede estar a salvo de sufrirla en un futuro. Parece significativa la idea de trabajar sobre el Alzheimer en una sala donde los preciosos restos de una muralla es el elemento físico dominante del espacio. A veces, la casualidad forma parte activa de la propuesta y esta sin duda es una de ellas.

Algunas de las artistas que forman parte de la exposición han vivido la experiencia de la enfermedad en personas muy cercanas, padres y madres, una abuela e incluso una amiga, están muy presentes en el proyecto y la huella de esa dolorosa vivencia es fácilmente visible, pero mostradas con una sensibilidad muy especial. La problemática que suponen los cuidados afecta en cantidades muy notorias a las mujeres del núcleo familiar, a las que socialmente se les ha adjudicado esa tarea, pero es un problema de orden social en el que la Administración es la principal responsable de velar y vigilar para que las personas enfermas tengan el nivel de vida adecuado que les corresponde como ciudadanas de pleno derecho.

El motivo de este proyecto tiene también la intención de insistir en el reconocimiento y la aportación social que supone ese cuidado y poner ante los ojos de quienes contemplen la exposición el trabajo callado, abnegado, desvalorizado, poco o nada remunerado, y que es realizado básicamente por mujeres del ámbito familiar, con el desgaste emocional que supone, y también el de migrantes de poca cualificación profesional y que dudosamente cotizan por ese trabajo.

Si bien está demostrado el beneficio de la musicoterapia, también lo es la arteterapia, que entre sus ventajas se encuentran la mejora de síntomas como la ansiedad y la angustia. Al pintor norteamericano William Utermohlen a los 62 años se le diagnosticó Alzheimer. Consciente del deterioro que la enfermedad iba afectar en su capacidad pictórica, entre 1995 y 2000 realizó una serie de autorretratos en los que mostró su evolución no sólo física, fue mucho más allá en la representación de sí mismo: perdió la capacidad de proporcionar, el efecto del color, la firmeza del trazo y desarrolló una nueva capacidad de síntesis que no había aparecido en su producción anterior, lo que provocó un estudio muy interesante. El equipo médico que le atendió no pudo concretar si la diferencia entre el nuevo concepto aportado en las últimas piezas se debió al deterioro de las habilidades físicas o del conocimiento, lo que dejó en incógnita si la capacidad artística prevalece.

Con “Se me olvidó que te olvidé” las artistas de Blanco Negro y Magenta también han querido rendir su personal homenaje a grandes artistas víctima de la enfermedad como el ya citado William Utermohlen, Roman Rockell, Willem de Kooning, Hilda Gorenstein o Eduardo Chillida, pero también a figuras tan cotidianas de la sociedad española como Carmen Sevilla, Rita Hayworth, Antonio Mercero, Pasqual Maragall o el propio expresidente del gobierno Adolfo Suárez, por citar sólo algunas.

Concha Mayordomo

Artista multidisciplinar, comisaria independiente, gestora cultural y directora de cursos de arte.

Premio ARTE Y CULTURA 2019 en la XII edición de los premios PARTICIPANDO CREAMOS ESPACIO DE IGUALDAD.

Colabora con el Blog MUJERES de EL PAÍS, Huffington Post y en TRIBUNA FEMINISTA.

Sitio web: www.conchamayordomo.com